El escritor británico Ian McEwan, que acaba de publicar en nuestro país su última novela, Lecciones (Anagrama, 2023) considera que "si la novela tuviera que morir, hace años que habría desaparecido". En una rueda de prensa virtual desde Gran Bretaña, McEwan ha subrayado que piensa que "la novela no desaparecerá aunque los intelectuales tendemos a ser pesimistas". Amante de las series de televisión, McEwan reflexiona que "a priori, parecería que nadie puede resistirse a tantos capítulos que componen series como The Office o Succesion", y añade que cuando va a festivales literarios, incluso con mal tiempo, "hay personas apasionadas" y tiene una explicación: "Todavía no hemos encontrado una forma superior de búsqueda del entorno humano como la novela, ni siquiera la poesía ni el teatro". El autor de Operación Dulce concluye que "las novelas tienen tentáculos muy largos y entrar, penetrar en las mentes de otras personas es realmente un gran regalo, cosa que no creo que proporcionen las series de televisión". Según su opinión, la novela es "la mejor manera de ilustrar el flujo de la conciencia, poder ser otra persona o hasta qué punto nos parecemos también a veces entre nosotros".

Reconstruyendo los recuerdos

Ian McEwan (Aldershot, 1948) ha resaltado que escribió la novela durante el confinamiento, una época en la que ha recordado que pudo abandonarse totalmente a la escritura y hacer una inmersión total en la vida del protagonista, y que "hay un elemento muy potente de memoria". El escritor británico ha querido mostrar cómo los "acontecimientos en mayúsculas tienen capacidad de penetrar en la vida más íntima", como muestra actualmente la guerra de Ucrania, y ha apostillado que las guerras son una máquina brutal para entrar en las vidas privadas.

Lecciones (Anagrama) se centra en el personaje de Roland Baines, con quien el autor comparte algunos elementos, que fue enviado por sus padres a un internado, donde aprendió a tocar el piano con una joven profesora, con quien tuvo una experiencia fascinante y traumática a partes iguales, que marcaría su vida para siempre. Con el tiempo, Roland viaja y vive en diferentes lugares, se casa y tiene un hijo, pero su vida se hunde cuando su mujer, Alissa Eberhardt, lo abandona sin dar ningún tipo de explicación. Entonces se ve empujado a reconstruir sus recuerdos para tratar de entender lo que ha pasado, desde su infancia en Trípoli, donde su padre militar estaba destinado, pasando por los grandes acontecimientos de los últimos setenta años: "la crisis de Suez, los misiles de Cuba, la caída del Muro de Berlín, Chernóbil, el Brexit, la pandemia". Admite McEwan que "muy pocos de nosotros nos encontraremos alguna vez en la posición de hacer alguna cosa como lo que hace Alissa, que quizás nos parece condenable y, de hecho, en este sentido se condena más las mujeres que los hombres", una doble vara de medir que el autor quería explorar.

McEwan asiste con escepticismo y preocupación a los actuales recortes de la libertad de expresión y de creatividad

Igual que al protagonista, el mismo McEwan vivió en Trípoli "un acontecimiento tan importante para Gran Bretaña, Francia, Israel o Egipto como fue la crisis de Suez". Entonces tenía ocho años. "Solo ahora al escribir la novela he entendido cómo de importante fue aquello para mí, que significó el final del engaño del sueño imperial", explica. Aquello forjó un carácter, una sensación de libertad que lo empujó a imaginar que "solo como escritor podría experimentar la vida más libre posible". Preguntado sobre juzgar el pasado con ojos del presente, McEwan ha dicho que es un ejercicio útil preguntarse cómo verá la gente del futuro el periodo actual, y ha remarcado que "la vida es compleja, no hay nada que sea blanco o negre". Eso sí, asiste con escepticismo y preocupación a los actuales recortes de la libertad de expresión y de creatividad, no solo en estados autocráticos, sino también en otros democráticos como los Estados Unidos. "Allí jóvenes y mayores no quieren leer ciertos libros para no sentir incomodidad. Si no quieren leer, que no lo hagan, pero que no impidan a otros hacerlo".

Cubierta de la edición catalana de Lecciones, la nueva novela de Ian McEwan

Finalmente, preguntado por su generación literaria, la conocida en nuestro país como la "Armada Invencible" del editor Jorge Herralde, confiesa que con la muerte de Martin Amis o de otros compañeros tiene la impresión que "una parte de mi vida se va con ellos". Una generación, por cierto, "dominada exclusivamente por hombres, cosa que no tendría que haber sido así, pero que tiene que dar paso a un relevo de una nueva generación". McEwan se despidiende afirmando que "nos estamos desvaneciendo porque vamos desapareciendo o dejando espacio a otras voces. Tenemos que tener otras narrativas, otras voces".