Imma Monsó ha ganado el Premi Òmnium Cultural a la mejor novela del año con La mestra i la Bèstia, un libro que pone en el centro la Catalunya de la posguerra con el personaje de Severina como protagonista, una joven maestra poco empoderada que tendrá que afrontar su pasado para seguir mirando hacia el futuro. "Agradezco al jurado que no haya tenido en cuenta las tendencias mayoritarias, porque este libro tiene una muestra romántica que no está de moda", ha valorado Monsó al recoger el galardón. La escritora también ha aprovechado su discurso, ya como ganadora, para hacer un llamamiento a defender el catalán. "Defiendo la lengua haciendo las novelas más honestas de las que soy capaz; quiero que la lengua viva, y que viva es ensuciarse y evolucionar, porque la lengua es del pueblo; no podemos permitir la manera en qué se esta arrinconando en territorios como el País Valencià o las Baleares, y se tiene que denunciar".
Las otras dos finalistas que optaban al reconocimiento que da la entidad eran A casa teníem un himne (L'Altra Editorial), de Maria Climent, y Una vegada va ser estiu la nit sencera (Malas Hierbas), de Elisabet Riera. En total, tres obras que, como ha definido Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural, se convierten en "tres universos muy alejados del imaginario más habitual, y que tocan, con una sensibilidad finísima, el corazón de la humanidad". Además, el presidente también ha querido subrayar la importancia de que sean tres escritoras las finalistas, además de tres mujeres de generaciones diferentes.
El tuétano de la novela de Monsó es cuando Severina, una joven maestra de vocación dudosa, decide marcharse a una escuela del Pirineo de la Ribagorça. En un viaje entre su infancia y su vejez, con la soledad como bandera desde pequeña y una crianza que se ha movido entre el aislamiento del Régimen y el miedo a la normalidad, llegará un momento en que empezará a encajar las piezas de su pasado colectivo con un sentido crítico, pero en un contexto gris y dictatorial. Una visión personal de la Catalunya de la posguerra, que ha servido a la autora para radiografiar y comprender el pasado. "Una de las cosas que me llevó a escribir la novela es que vengo de un matriarcado muy potente, me ha costado entender el feminismo, y tenía la sensación que podía dar lo que quería sin carencias; pero con la edad me he ido preguntando cosas", ha explicado Monsó. "Al final te das cuenta de que todos somos hijos de nuestro tiempo".
Las otras finalistas del premio Òmnium a mejor novela del año
"Una de las cosas que quería tratar es como se van heredando los traumas generación tras generación", ha explicado Climent sobre A casa teníem un himne, un libro que habla de la historia de tres mujeres, una madre y dos hijas muy diferentes, todas ellas personajes extremados y cómicos que presentan diferentes dilemas en todo el relato. Maternidad, trauma y conflicto se entremezclan en la segunda obra de la autora, más madura y trabajada que su novela debut, y que busca la empatía con las figuras femeninas por encima de todo.
Imma Monsó: "Agradezco al jurado que no haya tenido en cuenta las tendencias mayoritarias, porque este libro tiene una muestra romántica que no está de moda"
Por su parte, Riera ha creado lo que ella denomina "una oda a favor del romanticismo como una manera de estar en el mundo". La escritora ha firmado una novela que no es de corte clásico, aunque hay talante ensayístico y lírico. "No se fija en lo que pasa, sino en el cómo pasa", ha matizado. Una vegada va ser estiu la nit sencera se fija en la forma, con tres voces entrelazadas y musicales: con un informe médico temblándole en las manos, una mujer decide emprender sola un viaje a pie en invierno, siguiendo el rastro fugitivo de la trobairitz medieval Alba de Peralada y acompañada por las notas románticas del Winterreise de Schubert. "Funciono mucho por obsesiones, supongo que todos los escritores, pero en mi caso es muy acentuado, y me obsesioné con las trobairitz", ha explicado. Un viaje interior a tres bandas que la autora ha reconvertido, con ritmo, en un viaje físico.
Una celebración de la literatura catalana y la lectura
"A Òmnium nos apasiona lo que hacemos, y tenemos un problema, porque se nos nota", ha arrancado Antich antes de anunciar el nombre de la ganadora de este año. "Reconocemos la literatura catalana como una de las más exigentes de Europa; desde Òmnium estamos comprometidos en su difusión y somos muy conscientes de que una sociedad que lee es una sociedad más preparada, maduras y críticas". Antich ha emplazado a todo el mundo a dejar de tener complejas, demostrando que la literatura del país está en un buen momento dentro y fuera de nuestras fronteras. "Gracias a su calidad y diversidad, ha conseguido el reto llegar al gran público, sintonizando con la sensibilidad y las preocupaciones actuales, y aportando una riqueza en el imaginario", ha remarcado.
Según ha recalcado Antich, los libros en catalán, en un año, han crecido en un 12%; una noticia que ayuda a entender la incidencia social que la lectura y la literatura tienen en la calle, con el 60% de obras compradas en librerías. "Y hace falta recordar que eso pasa en un momento en qué no solo hay mucha competencia, si no también en un mundo en que el libro tiene que competir con la potentísima industria audiovisual", ha subrayado al presidente. El Premio Òmnium a mejor novela es el galardón mejor dotado económicamente a obra publicada, concretamente con 25.000 euros (20.000 euros directos para el autor y 5.000 más para promoción). De la preselección de nueve obras, publicadas entre noviembre de 2022 y octubre de 2023, un jurado independiente, formado por Magí Camps, Neus Real, Marta Pessarrodona, Toni Puntí y Marta Segarra, ha escogido a las tres finalistas.
Esta ha sido la séptima edición de este reconocimiento. La primera vez que se hizo entrega de este galardón fue en 2017, con un aplauso que fue para Raül Garrigasait y la obra Els estranys (Edicions de 1984). Después vendrían Marta Orriols y su ya popular Aprendre a parlar amb les plantes (Edicions del Periscopi); Martí Domínguez con L'esperit del temps (Proa); Eva Baltasar con Boulder (Club Editor) y Joan Lluís-Lluís con la novela Junil a les terres dels bàrbars (Club Editor). En la última edición, fue Sebastià Alzamora quien consiguió despertar el mayor interés del jurado con una propuesta narrativa, Ràbia, que explicaba la relación entre un hombre de mediana edad y su perra a partir del envenenamiento improvisado de esta, una situación que pone en alerta sentimientos como la soledad, la amistad, el descontrol y la belleza.