En el anterior artículo veíamos que decir quelcom en catalán era el único modo de echar el castellanismo algo. Sin embargo, seguro que alguna persona torce el morro ante esta propuesta. Por ejemplo, alguien dirá: oh, es que un arcaísmo. De entrada, dejadme decir que quelcom se dice de forma natural en la Cataluña francesa. Por tanto, nada de arcaísmo (como pretendieron hacer ver algunos correctores de medios de comunicación en los años 80 y principios de los 90). (Por cierto: la palabra hom también se dice de manera natural en la Cataluña francesa, generalmente un hom: Un hom no sap què fer, en casos així! —¡uno no sabe qué hacer, ante casos así!— Por ende, tampoco es ninguna antigualla).

Pero hay otro hecho sociolingüístico que esos correctores no supieron ver: cuando un medio de comunicación de masas empieza a decir de forma generalizada una palabra, esa palabra se extiende muy rápido y pasa a ser dicha por la gente de forma espontánea. Si en 1983 en TV3 y Catalunya Ràdio hubieran pasado a decir quelcom sin reparos, no hay ninguna duda de que en 1985 todo el mundo habría dicho quelcom en todo momento (y ahora, cuarenta años después, no estaríamos haciendo este artículo).

Otros quizás se escuden en el hecho de que, si dicen a menudo quelcom, sus amigos, conocidos y compañeros de trabajo lo verán como una pedantería. Esto ocurrirá la primera vez, quizá incluso la segunda. Pero la gente se acostumbra a todo y lo que al principio ve extraño al cabo de nada ya lo ve normal. Por tanto, la cuarta vez que lo oigan ya lo considerarán lo más natural del mundo. Os diré más: al cabo de dos o tres semanas veréis que vuestros colegas de trabajo pasan a decir quelcom ellos mismos de forma espontánea, sin apenas darse cuenta. El resultado será que, al cabo de poco, la palabra quelcom habrá empezado a arrinconar el vocablo algo.

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La palabra quelcom encaja de lleno con el sistema lingüístico

Si alguien alega que se rompe la lógica del sistema lingüístico catalán, en el sentido de que algo enlaza con las palabras algú —'alguien'— y algun —'algún, alguno'—, dejadme que os cuente que, en las Baleares, la gente no dice algú y algun, sino qualcú y qualcun (Qualcú havia de dir-ho —'alguien tenía que decirlo'—; He vist qualques persones caminant descalces —'he visto a algunas personas andando descalzas'—). Por lo tanto, quelcom sí respeta la lógica del sistema lingüístico catalán.

Un último apunte (que entronca con lo de la lógica del sistema). El catalán también conoce, como sinónimo de quelcom, la palabra algom (con tonicidad en la última sílaba). Históricamente se ha dicho en Andorra, la Cerdanya, la Garrotxa... [como muestra, este ejemplo andorrano de principio del siglo XX: Los pobles no són sols materia; tenen algom d'espiritualitat que'ls don vida —'los pueblos no son solo materia; tienen algo de espiritualidad que les da vida'— (revista Les Valls d'Andorra, 1917-1919, número 4, página 1)]. Ya veis que el catalán, sin la interferencia del castellano, es extremadamente lógico, ya que usa las terminaciones -om —'cosa'— /  —'persona'— / -un 'determinante indefinido' añadiéndolas a las raíces qual- y alg-: quelcom / qualcú / qualcun y, a la vez, algom / algú / algun. En fin, ya lo sabéis: si queréis hacer algo para salvar la lengua catalana, emplead siempre la palabra quelcom.