El Gobierno Militar de Barcelona, en el Portal de la Pau, acoge la exposición Ingenieros, soldados, sabios, organizada por el Ministerio de Defensa. Se trata de un intento, por parte del ejército español, de ofrecer una visión amable de la relación entre el ejército español y Catalunya. Alguien incluso la definió como: "todo lo que ha hecho el Ejército por Cataluña, en una exposición". Ingenieros, soldados, sabios se centra en dos instituciones militares de gran prestigio creadas por los Borbones en Barcelona, el Real Colegio de Cirugía (situado frente al actual Institut d'Estudios Catalans), donde se formaban los cirujanos militares y también civiles, y la Real Academia de Matemáticas y Fortificación de Barcelona, creada por Verboom para formar a los mandos de Ingenieros y Artillería (situada, justamente, donde hoy está el Parlamento y más tarde trasladada al convento de Sant Agustí Vell).

Espacio museográfico del ejército

Después del cierre del Museo Militar del Castell de Montjuïc, se decidió la creación de un gran Museo Militar en Figueres, pero este todavía no está en marcha: una parte de la colección se puede visitar, pero muchos fondos no son accesibles. Quizás por eso el ejército ha querido habilitar un espacio en un lugar bien céntrico de Barcelona para exponer sus fondos y explicar su visión de la historia de España. Ahora bien, la habilitación de las antiguas dependencias administrativas del ejército ha sido mínima: la exposición está ubicada en unas salas que dan al patio interior del edificio, con las puertas permanentemente abiertas y sin ningún tipo de climatización: en pleno invierno la temperatura en las salas es gélida. Se precisa de espíritu militar y resistencia al frío para contemplar toda la exposición.

La modernización

Toda la exposición está rotulada en catalán, castellano e inglés, y los vídeos pueden ser visionados en cualquiera de las tres lenguas (una práctica lingüística hasta ahora poco habitual en el ámbito militar). La exposición Ingenieros, soldados, sabios es una exposición de una calidad notable a nivel museográfico; muy diferente a lo que se exponía al Museo Militar de Montjuïc, ya que aunque tenían algunas piezas notables, el conjunto estaba caracterizado por un montaje anticuado y descuidado. Esta exposición aporta algunas piezas de gran interés, una de ellas una maqueta interactiva, articulada con un vídeo, sobre la historia del complejo militar de Drassanes y las fortificaciones barcelonesas. Hay un magnífico vídeo sobre el castillo de Figueres, elaborado por encargo del Patronato del Castillo. Sin embargo, la exposición temporal en algunos casos incorpora objetos que bien poca relación tienen con el tema que se analiza: algunas armas sin vínculos con lo que se relata, el uniforme del general Álvarez de Castro, que resistió el asedio napoleónico en Girona, o un cañón "capturado al enemigo en la guerra de la Conchinchina" (sin ninguna mención a quién era el enemigo ni a qué hacía exactamente el ejército español en la lejana Conchinchina).

Fortificaciones sin motivo

El principal problema de la exposición Ingenieros, soldados, sabios es que no explica en absoluto la relación entre el ejército español y Barcelona y Catalunya. Se nos explica que en Barcelona, en el siglo XVIII "se levantaron nuevas fortificaciones" sin explicar que estas fortificaciones tenían como objetivo el control de la ciudadanía. La fortificación parece ser un simple elemento de mobiliario urbano. En ningún caso se explica que las fortificaciones creadas por los ingenieros militares fueron atacadas por los ciudadanos (como durante la Jamancia, en 1843, en que los rebeldes intentaron asaltar la Ciutadella). Ni tampoco que estas fortificaciones sirvieron para bombardear Barcelona en numerosas ocasiones. La explicación sobre el complejo militar de les Drassanes se interrumpe en 1935. Ninguna mención al hecho de que los militares de estas instalaciones se levantaron el 18 de julio ni de que fueron derrotados por la intervención ciudadana. Esta exposición, en buena parte, entraría dentro de la categoría de la "historia sin gente": el ejército queda desviculado de la sociedad de su entorno, y la historia militar funciona como un ente autónomo con lógicas y valores aisladas de los de la sociedad.

Aportaciones

La exposición hace un homenaje a los arquitectos militares por la construcción de fortalezas e instalaciones militares en Catalunya, España y las Américas, pero también por su participación en la realización de obras civiles, como la universidad de Cervera o el puente de Molins de Rei. Se hace especial énfasis en José Martín Cermeño y Pedro Martín-Cermeño, constructores del barrio de la Barceloneta, la catedral de Lleida, el castillo de Figueres, el castillo de Montjuïc y numerosas obras civiles y militares de este país. También, como en todo, triunfa la descontextualización: hay fortalezas sin tiros. Y eso que la parte de la exposición destinada a los arquitectos e ingenieros militares es, sin duda, más vistosa y más completa que la destinada a los cirujanos (incluye planos, maquestes, viejos libros de la biblioteca de la Real Academia...).

500 años complicados

La tercera sala de exposiciones del Gobierno Militar está reservada a una pequeña muestra sobre los 500 años de historia del ejército español. Se inicia con una vitrina dedicada a los "Tercios de Flandes", en que se los define como "primer ejército permanente y glorioso". Es el tono que domina toda esta muestra, marcada por la indefinición y los vaivenes entre un intento de incorporación de la catalanidad y una clara vocación imperial y autoritaria. El ejército intenta reforzar sus vínculos con Catalunya mediante la presentación un tanto desordenada de algunos elementos que vinculan Catalunya con el ejército español. Un ejemplo claro es la presentación de una copia del cuadro de Pieter Snayer "El socorro de Lleida", sobre el asedio a la ciudad de Lleida durante la Guerra de los Segadores. El cuadro, y el cartelito que lo acompaña celebran, de forma inequívoca, la victoria del ejército español sobre las fuerzas "catalanofrancesas": claro está quien se identifica como enemigo. La exposición dedica un amplio espacio a la guerra del Rosselló, de 1793-1795, en que el ejército español colaboró con las fuerzas catalanas, y trata de forma más discreta los continuos conflictos civiles. En esta exposición se naturaliza la acción colonial española, tanto en América como en Marruecos. No se hace ninguna mención al uso de armas químicas ilegales por el ejército español en el Rif, pero se muestra un busto hagiográfico dedicado a Diego Flomesta, un subteniente de artillería que se murió en una huelga de hambre después de negarse a enseñar a los rifeños cómo usar los cañones españoles (y que tiene una calle con su nombre en Barcelona). O un cuadro de exaltación de un "caballero legionario" catalán que había combatido con las fuerzas franquistas... Una exposición mínima, con una serie de piezas aisladas que dan una confusa imagen de la historia del ejército español.

¿Misión imposible?

La exposición obvia a todos los catalanes que el ejército español ha matado a lo largo de la historia, que no son pocos. El ejército español sigue presentándose como el heredero del ejército de los Tercios de Flandes, de la Legión en Marruecos y de las fuerzas franquistas en la guerra civil. Por eso, cualquier intento de aproximación a Catalunya tiene que incluir medias verdades y silencios ominosos. No importa que en los compases finales de la exposición se recurra a blanquear la imagen del ejército con referencias a las misiones de paz (incluso con un diorama en que los soldados españoles en el Líbano dan Chupa-Chups a los niños árabes). El ejército ha hecho, quizás, un ejército de moderación y de aproximación a Catalunya en esta exposición, pero a pesar del interés indudable de algunos aspectos de la muestra, con piezas muy valiosas, esta exposición no refleja una visión del ejército español con la que pueda sintonizar la mayoría de la sociedad catalana. En el fondo, probablemente, porque ni el ejército español sintoniza con la mayoría de los catalanes, ni la mayoría de los catalanes sintonizan con esta institución.