¿Qué sabor tienen los besos? ¿Qué ruido hacen? ¿Cómo se da un beso? ¿Por qué se hacen? Los humanos se hacen besos para demostrar afecto, entre otras cosas. ¿Sin embargo, sabías que incluso los peces, las abejas y las serpientes también se hacen? Esta es una de las cosas que se pueden aprender en el libro Besos de Marta Comín (Zahori, 2021). Según la enciclopedia catalana, la definición de beso es justo el "acto de tocar con los labios una persona o alguna cosa pillándolos y abriéndolos en el momento del contacto, produciendo un pequeño ruido característico." ¿En este sentido, cómo se dan besos los peces, los elefantes o los pajaritos?

Besos es un libro interactivo. No interactivo como una tableta, pero sí de los que se pueden tocar y tocar los diferentes elementos que aparecen al libro. Ideal para los más pequeños (e inquietos) que les gusta tocarlo todo. Solo abrir la primera página, ya cae una sonrisa. Los peces, aunque son tímidos, también se hacen besitos y les gusta mucho. Bajo el agua, cuando todo está tranquilo, se tocan los labios para demostrarse que se han echado de menos. En la siguiente página se encuentran unas abejas. Unas abejas que no son nada agresivas y que en vez de saludarse picándose, se hacen besitos para llamarse buen día. Como las mariposas que se esconden dentro de las flores o las mariquitas.

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Portada del libro Besos de Marta Comín

Más allá, unos patitos también se saludan y juegan a perseguirse, pero entre ellas, también caen besitos. Solo, pero, cuando se giran para hacerse, si no parece que se vayan persiguiendo todos entre todos. Un pez, bien escondido bajo unos nenúfares, se lo mira de reojo. En la página siguiente sale el sol en medio del desierto, hace calor y reina la quietud. Pero de repente, unas serpientes sacan el cap. Unas serpientes divertidas y sonrientes que también tienen ganas de jugar y saludarse porque hace mucho tiempo que no se ven.

Aunque todavía hay más besitos para repartir. En medio de la selva, se esconden unos elefantes bien simpáticos, con unas orejas muy grandes que también esconden sorpresas –sabías que las hormigas también se dan besos?– y en pleno paseo matinal, los dos gigantes también se saludan con un movimiento de trompas.

El libro no se centra en los besitos de animales... antes de acabar, todavía hay una pizca más de espacio para que un niño –que podría ser el pequeño lector– dé un besito a sus padres. En definitiva, un libro cargado de amor, ideal para la época que nos ha tocado vivir.

 

Imagen principal: una madre alpaca le hace un besito a su cría / Unsplash