El testimonio de las víctimas de los abusos sexuales denunciados en el Aula de Teatro de Lleida (Segrià) centran El techo amarillo, una película documental que se estrena el próximo 16 de diciembre y que su directora, Isabel Coixet, considera "la primera realmente útil" de su carrera. "Lo realmente importante es que el caso se va a reabrir a partir de lo que explican algunas mujeres en el documental y eso me hace sentir por primera vez, de una manera rotunda, que las películas sirven para alguna cosa", afirma la realizadora.
El filme describe el perfil del agresor, más que las vejaciones que sufrieron las víctimas, para "no entrar en sensacionalismos" y porque las mujeres no quieren ser revictimizadas, según ha aclarado una de las exalumnas entrevistadas por Coixet, Miriam Fuentes. La directora ha recordado que supo del calvario que habían sufrido estas mujeres cuando leyó el artículo que publicaron en el diario Ara los periodistas Albert Llimós y Núria Juanico. Denunciaban que más de veinte alumnas, algunas de ellas menores de edad, habían sufrido abusos de dos profesores, uno de ellos el director del centro, entre los años 2001 y 2008.
Un proceso largo y doloroso
En el 2018, nueve de estas mujeres presentaron una denuncia contra ellos, pero el caso ya había prescrito y se archivó, cosa que las denunciantes vivieron como una nueva humillación, según explican en la película. El acusado fue despedido del Aula de Teatre, una buena noticia para las denunciantes que se empañó cuando supieron que había recibido cerca de 60.000 euros de indemnización, con los cuales se había ido al Brasil, donde ha seguido trabajando en el ámbito teatral.
Poco a poco nos hemos ido atreviendo a hablar y ahora estamos satisfechas porque la película ha sido muy reparadora y sanadora
"El proceso ha sido largo y doloroso", ha asegurado Aida Flix, actriz que inició su formación en el Aula de Lleida y que sufrió abusos siendo menor de edad. "En muchos momentos nos hemos sentido solas y sin el apoyo de quien nos lo tendría que dar, pero poco a poco nos hemos ido atreviendo a hablar y ahora estamos satisfechas porque la película ha sido muy reparadora y sanadora", ha añadido.
Un patrón de comportamiento
En el largometraje, las mujeres explican su experiencia, pero el relato evita entrar en los detalles escabrosos y prioriza la descripción del abusador y de sus métodos porque, según Coixet, existe un patrón de comportamiento. "En Francia se está exhibiendo una película de ficción que se llama Les Amandiers, que es la historia de la escuela de teatro de un director muy carismático, Patrice Chéreau, y las dinámicas de poder recuerdan mucho las dinámicas que se pueden ver en El techo amarillas", ha señalado.
Muchas veces confundimos la admiración y la seducción con alguna cosa que no tiene nada que ver con la admiración y la seducción, y que es puro provecho de alguien que ejerce el poder
Coixet siempre ha estado interesada por este tema: "veinte años antes del 'metoo' ya me resultaban sorprendentes las cosas que pasaban en ciertas escuelas y como muchas veces confundimos la admiración y la seducción con alguna cosa que no tiene nada que ver con la admiración y la seducción, y que es puro provecho de alguien que ejerce el poder".
Mucho camino por recorrer
Las mujeres que ofrecen a su testimonio en la película reconocen que han tardado en atreverse a hablar y que dar la cara ha sido muy difícil "porque Lleida es una ciudad pequeña y si te dedicas al teatro fácilmente te encontrarás con personas que conocen al agresor y que te pueden hacer sentirte mal".
Soy pesimista en general y veo que falta mucho camino por recorrer, pero también creo que las cosas empiezan a cambiar de verdad
Pero están satisfechas de haberlo hecho porque "hemos visto que la historia ya ha empezado a llegar a otras chicas y las puede ayudar a saber cuáles son los límites e identificar este tipo de abusadores", según Flix. "Soy pesimista en general y veo que falta mucho camino por recorrer -ha agregado Coixet-, pero también creo que las cosas empiezan a cambiar de verdad".