Francesc Roma i Casanovas nos ofrece en Ja hem fet el cim! Episodis històrics de l'alpinisme català (ed. Albertí) una recopilación de anécdotas de montañeros catalanes en un repaso de la historia del alpinismo catalán que no quiera ser ni exhaustiva ni sistemática, sino más bien fresca y sugerente. Y que, inevitablemente, nos habla mucho más que de deportistas y de montañas, porque el alpinismo en Catalunya, ha tenido mucho que ver con el amor a la tierra, con la reivindicación nacional, con la represión...
Desde los inicios
Este libro, en un principio, trata de explorar, con cierto humor, los discutidos orígenes del alpinismo catalán. El autor está tentado atribuirlo a Pedro II, el hijo de Jaime I, quién según una leyenda fue el primero al subir el Canigó donde se habría encontrado un dragón. Pero le parece más coherente situarlos en una escalada excepcional, en 1851, en la Roca del Moro de Montserrat, por parte de un par de jóvenes que ya habían practicado el alpìnismo en otros países. Evidentemente, Roca hace muchas referencias al Centre Excursionista de Catalunya y a sus precedentes inmediatos, pero también retrata a algunos personajes que pasaron por el mundo de la montaña: de Verdaguer (que retrataría La Maladeta en el poema La Malehida) a Pompeu Fabra, pasando por Francesc Macià.
Los de verdad
El texto, además de los simples aficionados a la montaña da un repaso por los auténticos genios catalanes del alpinismo, desde Norbert Font o Sagué, abanderado del espeleología, hasta Toni Sors, el montañero que se fumó un cigarrillo en la cumbre del Everest, pasando por mosén Jaume Oliveras, que subía las montañas con sotana y que fue el precursor de la célebre travesía Matagalls-Montserrat, y por Teresa Mestre, de quien se decía que era la musa de Ramon Casas y la inspiradora de la Ben Plantada de Eugeni d'Ors. Pero también se explica la historia de aquellos catalanes que en 1960 subieron una Moreneta al Nevado Montserrat, en los Andes. Y no faltan referencias al smorts, porque la historia del alpinismo catalán también ha sido salpicada de accidentes, como el de Toni Sors, héroe del Everest y muerto en el Himalaya unos años después de su ascenso al techo del mundo.
La montaña, para todo
Esta no es una obra enciclopédica. A buen seguro que faltan algunos episodios relevantes, y ni siquiera se señalan las fuentes de información. Rechaza todos los tecnicismos e intenta ser muy claro para los que no saben nada de alpinismo. En realidad, de algunos alpinistas, como el president Francesc Macià, el filólogo Joan Coromines o Teresa Mestre, el autor se preocupa más por otros aspectos de su vida que por su dedicación a la montaña. Pero no le faltan razones en este planteamiento, porque en Catalunya, la montaña es mucho que un montón de piedras; el alpinismo, mucho más que un deporte; y el Centre Excursionista de Catalunya, mucho más que un club. La cultura de la montaña y del alpinismo ha impregnado a la sociedad civil catalana. Y la historia del alpinismo también se quedó marcada por la tragedia de la guerra: Josep Costa, el primero al subir el Cavall Bernat, murió en Gandesa, en la Batalla del Ebro; algunos de los mejores montañeros se integraron en las Brigadas Pirenaicas de la República. Y con la derrota republicana las cumbres se convirtieron en reductos donde se podían dejar mensajes y lemas catalanistas. No es extraño que la llegada de una bandera catalana al Everest conmoviera a los catalanes. Este libro, pues, está lleno de referentes muy próximos a todos los catalanes, y no sólo a los alpinistas. Y por eso esta obra está llena de historias curiosas e interesantes, que van más allá del alpinismo. Esta no es "la" historia del alpinismo catalán, pero es un libro que nos transmite las emociones de los alpinistas catalanes, de ahora y de otros tiempos.