Jair Domínguez (1980) es escritor, guionista y humorista, pero sobretodo es conocido por su humor ácido, su ironía mordaz y su mirada crítica sobre la actualidad política y social. Trabaja en el programa de televisión Està passant, y en El Búnquer con su pareja Neus Rosell Peyu, que acaban de anunciar que esta es la última temporada. Ha publicado varios libros, que destacan por su estilo directo y provocador y ahora acaba de presentar su última novela, Els xiprers (Columna). Con una trayectoria marcada por la irreverencia y la libertad de expresión, Domínguez se ha convertido en una de las voces más singulares y polémicas del panorama mediático catalán. Charlamos con él sobre su última novela, pero también sobre la situación de la lengua catalana, del país, del auge de la extrema derecha, de las relaciones abiertas, las drogas, la censura y de la polémica por las acusaciones de Ana Polo, Charlie Pee y otras mujeres hacia Quim Morales, su compañero del programa de radio La segona hora (RAC1).

JAIR DOMINGUEZ / Foto: Montse Giralt
Jair Domínguez, autor de 'Els xiprers'.  / Foto: Montse Giralt

En este libro hablas de una urbanización idílica en el Empordà, haces una crítica a los boomers, que los tildas de idiotas y a sus hijos, también. ¿Por qué?
Porque es la manera con la que creo que nos podemos identificar más a los padres de esta generación. Son bastante idiotas.

¿Tú te incluyes?
Yo me incluyo, evidentemente. Creo que hemos pecado, a diferencia de las anteriores generaciones, de preocuparnos en exceso por nuestros hijos, dejarlos escoger mucho, darles un exceso de libertad que creo que es contraproducente. La generación de mis padres han estado muy castigados, muy maltratados, muy sometidos al orden y a una dictadura patriarcal. Y nosotros creo que ya hemos experimentado una cierta libertad, un salir de casa sin que nadie sufriera por nosotros, dejarnos hacer un poco, exigirnos que sacáramos buenas notas, que fuéramos personas de provecho. Y nosotros ya no estamos exigiendo nada de eso a nuestros hijos.


El tema de la educación de las criaturas la vivo desde los dos lados. Eres padre de chiquillos adolescentes, y además Neus es maestra y lo vive desde dentro de una escuela. Supongo que conversaciones de estas tenéis a menudo.
Sí, muy a menudo.

No podemos cargar la responsabilidad de educar a nuestros hijos a los profesores y a los maestros, tenemos que ser nosotros, tenemos que ser los padres


¿Estáis los dos de acuerdo?
Sí, bastante. Lo que pasa es yo lo vivo desde el punto de vista de la familia, de un punto de vista práctico. Y ella, al ser maestra y pedagoga, lo vive con el teórico y el práctico, porque evidentemente tiene 25 niños en clase que tiene que sufrir cada día. Y tiene que educar, tiene una cierta responsabilidad. Que no tendría que tener, que eso es otra de las cosas que hablo al libro, no podemos cargar la responsabilidad de educar nuestros hijos a los profesores y a los maestros, tenemos que ser los padres.

Me gusta mucho el título, 'Els xiprers'. ¿Qué quiere decir que en una masía haya uno, dos o tres cipreses?
Siempre me había preguntado qué hacen los cipreses en las masías, y es un árbol que no sirve absolutamente para nada. Es un árbol que no da fruto, ni siquiera da sombra. Sí que se ha servido durante mucho tiempo en el Empordà para parar la tramontana, y tiene esta simbología. Si hay un ciprés en casa, es que te darán de comer, si hay dos te darán de comer a ti y al caballo, si hay tres te podrás quedar a dormir.

JAIR DOMINGUEZ / Foto: Montse Giralt
Jair Domínguez y Alba Richart en el plató de ElNacional.cat / Foto: Montse Giralt



¿En el libro también hablas de la muerte, del amor, de la depresión, e incluso del Alzhéimer, de donde surgen estas temáticas?
Supongo que me he hecho mayor, y tenía ganas de hablar de cosas que me afectaran. Y son los temas universales. Al final, si hablas de cualquier historia, hay amor, ha muerto y hay desgracias, que es lo que nos acompaña en este tráfico de la vida.

Y también introduces ciencia ficción.
Siempre me ha gustado el tema de la ciencia ficción, de crear una civilización imaginaria. Cuando escribo ficción me gusta imaginarme universos paralelos para estar más tranquilo. Como tampoco hay presupuesto en las novelas, puedo imaginar lo que quiera.

En las escuelas se tarda mucho en hablar de la Guerra Civil o de la Segunda Guerra Mundial, y todo lo que les llega a mis hijos sobre estos temas es a través de Tik Tok


Aparecen muchos personajes. Empiezan unos niños de unos ocho años y acaban ya a la vida adulta. Tú tienes dos chicos adolescentes. ¿Qué te preocupa de tus chiquillos?
Que sepan distinguir qué está bien y qué está mal ante el auge de la extrema derecha. Están superexpuestos a mensajes, prácticamente nazis, desde bien pequeños, a bromear sobre Franco, sobre Hitler, que estoy muy a favor de bromear sobre nazis, siempre, pero porque yo conozco el contexto, sin embargo, banalizar unos temas sin saber de dónde bajan, y qué son, y qué representó, es como un poco alucinante y encuentro que hay una falta de información brutal. En las escuelas se tarda mucho en hablar de la Guerra Civil o de la Segunda Guerra Mundial, y todo lo que les llega a mis hijos sobre estos temas es a través de Tik Tok, es demencial.

Hace un año y medio que dejé el alcohol y estoy bien

Eres un buen ejemplo, para ellos, porque has dejado el alcohol.
Sí, ahora hace un año y medio que lo dejé. Estoy bien y creo que es un ejemplo bueno para ellos, y me preguntan de vez en cuando "¿papa, cómo estás"?

JAIR DOMINGUEZ / Foto: Montse Giralt
Jair Domínguez con el libro 'els xiprers'' / Foto: Montse Giralt

¿Y de drogas hablas con ellos?
Sí, también, porque es un tema que sale, aunque no tengo la fórmula de cómo hablarle a un adolescente sobre drogas. Pero ellos son inquietos y me preguntan: ¿"Papa, tú has hecho eso? ¿Tú has fumado eso"?

¿Y qué les dices?
Les digo que sí, les digo la verdad, y les digo cómo de horrible y pernicioso es todo eso, y que, evidentemente, ellos serán libres de hacer lo que quieran, pero que tienen que saber que lo que puedan sacar de aquí es todo negativo, y pintárselos muy mal, sin ocultarles que es una realidad y que lo verán, y que tendrán amigos que les pasarán porros, y que habrá drogas nuevas que yo no sé cuáles serán.

En 'La Sotana' dijiste que te habías desenganchado de la cocaína.
Sí, yo estoy limpio de todo.

No he probado nunca la heroína. No me he pinchado nunca caballo. Me da mucho respeto


¿Qué droga no has probado nunca?
Hombre, la heroína, no me he pinchado nunca caballo. Me da mucho de respeto, sobretodo por las agujas que cualquier otra cosa. Pero bueno, no tengo interés en probarlas todas, realmente. Tengo un carácter aditivo, me engancho fácilmente a cosas.

Te he sacado el tema de las drogas porque Bru, el protagonista de tu novela, es un hombre que tiene todos los recursos a su alcance, pero se acaba perdiendo por el camino de las drogas y la depresión.
Sí, es un tio complicado que tiene muchos prismas y muchas capas, como tanta gente que he conocido super inteligente con muchos problemas con las drogas, precisamente para no poder controlar este cerebro superdesarrollado. Fumar o zamparse pastillas es una vía de escape.

JAIR DOMINGUEZ / Foto: Montse Giralt
Jair Domínguez / Foto: Montse Giralt



Hace poco dijiste que leías muchas biografías. ¿Qué te gustaría que dijera en la tuya?
Una vez tuve una charla con mi padre de estas que se tiene una vez a la vida, super profundas, y él me dijo que le era igual a que me dedicara, que solo quería que fuera un buen tio. No aspiro a nada más.

¿Cómo te educaron tus padres? ¿Eran hippies?
Relativamente. Me educaron con mucha libertad, cuando tenía cuatro años, fuimos a vivir a Garrigàs, un pueblo de 100 habitantes. Te puedes imaginar cómo era aquello, en los años ochenta, con ovejas muertas en la calle. Y en mi casa siempre ha habido muchos instrumentos y muchos libros.

Vendí gnomos de jardín en verano a los turistas de Empuriabrava y me disfracé de mascota de parque acuático

En la solapa del libro dices que estudiaste Historia del Arte, que te has dedicado al cine, a la televisión, a la radio, y a cosas de las cuales no estás tan orgulloso. ¿Cuáles son estas cosas?
Son trabajos que no son tan vistosos, los trabajos que hemos hecho todos, vender gnomos de jardín en verano a los turistas de Empuriabrava, repartir flyers, disfrazarme de mascota de parque acuático.

En el libro hay una pareja que mantiene una relación abierta. ¿Tú has tenido alguna vez alguna?
Mmm... Explícitamente no.

Neus ha tenido muchas parejas abiertas. Yo he sido muy chapucero siempre con mis relaciones y lo he hecho todo muy mal

Ostras.
A ver, no, no, no a ver, es que el tema de las relaciones abiertas tiene una base teórica muy compleja que es muy seria. Y mi pareja, Neus, que sabe mucho de estos temas, ha leído mucho sobre poliamor y ha tenido parejas abiertas, quiero decir, requiere unos pactos, un explicárselo, un nivel de conexión muy potente con tu pareja, y yo he sido muy chapucero siempre con mis relaciones y lo he hecho todo muy mal, siempre.

¿Has puesto mucho los cuernos?
He hecho las cosas muy mal. He estado casado muchos años, también. Pero el tema de las relaciones abiertas no lo he hecho bien, como se tendría que hacer, explicando las cosas. Lo he hecho todo como no tenía que haberlo hecho.

¿Encajas bien las bromas? Tengo una en la cabeza pero es un poco ofensiva.
Adelante, adelante.

JAIR DOMINGUEZ / Foto: Montse Giralt
Jair Domínguez / Foto: Montse Giralt



He pensado que te pareces a Risto Mejide por dos motivos. Porque siempre llevas gafas de sol y porque te gustan las mujeres mucho más jóvenes que tú.
Podría ser que nos pareciéramos en alguna cosa. A Risto lo conozco y siempre hemos tenido buena relación.

¿Sois amigos?
No, pero estuvimos a punto de trabajar en un proyecto juntos que al final no salió cuando yo hacía de guionista en la tele. Y Risto es un tio muy inteligente.

Neus es diez años más joven que tú, ¿podrías estar con una mujer diez años más mayor?
Ah, sí, y tanto. Hay momentos en que el tema de la edad es delicado cuando alguien de los dos es demasiado joven, aunque está la falacia aquella de "No, yo tengo cuarenta años y ella tiene veinte, pero ella es muy madura". Eso es totalmente absurdo. Yo creo que prácticamente no se notan estos diez años.

Aunque en la novela aparecen muchos personajes, relación de amor real y auténtica solo hay una, que es la del Eli. ¿Qué es lo más bonito que has hecho por amor? ¿Eres romántico?
No, no soy romántico. Lo intento, me gustaría serlo más. Me gustaría no ser tan torpe. Creo que estoy mejorando. Puedo llegar a ser más detallista, pero soy fatal, muy despistado, tengo TDA, lo utilizo siempre como excusa y a veces cuela, a veces no.

¿Fue difícil esconderle a Peyu vuestra relación?
Peyu no está por estas cosas, Peyu es un tio que está por la labor, es un hombre recto a la hora de los negocios y no es nada chismoso, no se dio cuenta de lo que pasaba hasta que le explicamos.

JAIR DOMINGUEZ / Foto: Montse Giralt
Jair Domínguez / Foto: Montse Giralt

¿Lo admiras mucho a Peyu? ¿Es un referente, para ti?
Peyu, más que referente, ha sido mi compañero de trabajo de los últimos años, admiro mucho como trabaja y cómo ha levantado una productora en medio de Osona. Demuestra que se pueden hacer cosas fuera de Barcelona. Trabaja demasiado, Peyu, tiene que descansar.

¿Quien te inspira a hacer cosas?
Quim Monzó, que es de mis escritores preferidos. Creo que no protegemos lo suficiente el gran genio que tenemos entre nosotros, y además es el tio más normal del mundo, que lo único que quiere es que no lo fastidien y poder ir a desayunar en el bar.

Peyu trabaja mucho, pero tú, en cambio, has dicho que optas más por la ley del mínimo esfuerzo, y eso te ha llevado problemas con Jordi Évole.
Y con muchos otros. Las jefes te quieren tener allí delante del ordenador. Sí que he dicho esto de la ley del mínimo esfuerzo y ahora se pensarán que soy un vago, no, trabajo mucho, pero no hay que morir por el trabajo, el trabajo no es mi prioridad. Lo que me interesa es la cultura, que no desaparezca el catalán, poder escribir en catalán, poder hacer productos en catalán y luchar un poco por nuestra lengua.

Aprendí a leer y escribir en castellano antes que en catalán

Ahora que hablas de lengua, en el libro sueltas comentarios del catalán, sobre todo por personajes que no lo quieren hablar. ¿Tú eres de los que cambia de lengua?
No, ya no, pero lo había hecho, había cambiado a la mínima. Era débil. (se ríe). De pequeño, mis padres trabajaban mil horas al día, y yo estaba mucho tiempo con mis abuelos paternos, que eran andaluces, y yo aprendí a hablar en castellano. Y al pasar en un pueblo muy pequeño del Alt Empordà, donde la gente no sabía castellano, sufrí un choque y tuve que aprender el catalán. Aprendí a leer y escribir en castellano antes que en catalán.

¿Crees que tendría que ser obligatorio un examen de catalán para vivir en Catalunya y trabajar de cara al público?
Sí, sin duda.

El catalán está tocado de muerte y no sé si hay nada que hacer

¿Peligra, el catalán?
Sí, peligra. Está tocado de muerte y no sé si hay nada que hacer. Tengo esperanza, por eso sigo trabajando con medios catalanes y escribiendo en catalán y lo seguiré haciendo hasta que nadie hable. Lo que me hace tener esperanza está en la cantidad de jóvenes creadores de contenido en catalán que tienen fe y luchan mucho por el catalán, admiro a Juliana Canet.

Y tanto creo que en la independencia, creo que se conseguirá, soy un soñador absoluto

¿Sigues creyendo en la independencia de Catalunya?
Sí, sí, y tanto que creo que en la independencia de Catalunya, creo que se conseguirá, soy un soñador absoluto, pero creo que cada vez somos más gente en Catalunya, no tiene por qué ser malo eso. Creo que habrá un punto que seremos muchos catalanes que veremos cómo hay ciertas cosas que no acaban de estar bien. No puede ser que Catalunya dependa de Madrid. Que estemos siendo expoliados día tras día y no hagamos nada. Yo creo que llegará a un punto que diremos "basta". Y eso es independiente que el catalán esté más vivo que nunca, quizás seremos una Catalunya independiente donde solo la mitad hablaremos catalán.

¿Te has sentido desengañado en algún momento?
Sí, como todo el mundo. Y si hablamos del procés, me sentí desubicado y triste. Sin embargo, visto en perspectiva, creo que se fue injusto con mucha gente. No considero que fuera una oportunidad perdida. Fue un momento clave y servirá para el próximo momento clave. Estuve desanimado durante unos años y ahora no lo estoy tanto.

JAIR DOMINGUEZ / Foto: Montse Giralt
Jair Domínguez / Foto: Montse Giralt

¿Qué es más gratificante, trabajar en Està Passant' o en 'El bunker'?
El bunker porque mucha gente nos encuentra por la calle, muchos niños se han aficionado a historias y biografías gracias al programa. Y el Està passant es un producto de entretenimiento, hablamos un poco de actualidad e intentamos que la gente se distraiga antes de que venga Toni Cruanyes y les explique desgracias.

¿Mirarías l'Està passant si no salieras?
Supongo que sí, porque a aquella hora estaría haciendo la cena y tendría la tele puesta.

Ahora que El Bunker se acaba necesito descansar de radio una temporada

¿El Bunker se acaba este año, qué harás el próximo año?
Sí, quería descansar de radio, hacer El Bunker consume, es un programa diario, es denso. Nos hemos dicho todo lo que nos teníamos que llamar, creo que necesito descansar de radio una temporada, supongo que seguiré un año más al Està passant.

A lo largo de los años has tenido muchos problemas con la justicia. Recuerdo aquel episodio, en el Bestiari Ilustrat, de la Bibiana Ballbè, con el presunto delito de odio contra la corona, para disparar una fotografía del Rey emérito, y más recientemente, el año 2021 Vox te denunció por delito de odio, por haber dicho que "a la ultraderecha se la combate a puñetazos". ¿Cómo llevas estos litigios con la justicia?
Es agotador. Perder un día en los juzgados es de las cosas más aburridas del mundo, por eso intento no meterme en muchos problemas, últimamente.

¿Es decir, que todas estas querellas y denuncias hacen que te autocensures?
Te diría que sí, es una cosa sutil, o sea, no dejo de decir las cosas que pienso sobre política ni mi opinión sobre nuestros dirigentes. Ahora, si es una cosa muy grande que veo que llevará problemas y está hecha desde un medio público, intentaré ahorrármelo.

Yo no viví el franquismo, pero estamos en un punto que cada vez hay más censura y cada vez hay más piel fina


¿El gag del rey es el que te ha traído peores consecuencias?
Sí. El programa se lo cargaron, o sea, sufrieron más las consecuencias la Mai Balaguer, que era la directora y la Bibiana Ballbè, que yo, que al fin y al cabo tengo todavía la foto del rey en casa, con las manchas de pintura.

¿Qué diferencias hay, actualmente, con respecto a la censura que durante el franquismo?
Yo no viví el franquismo, pero estamos en un punto que cada vez hay más censura y cada vez hay más piel fina. No estoy de acuerdo con eso que dicen algunos de que "no se puede decir nada". Se puede decir lo que quieras, realmente. Lo que pasa es que las redes y la masa enfurecida hacen mucho ruido y enseguida te pueden destruir. Y estamos un poco desamparados en el sentido de que cualquier denuncia puede prosperar. Y yo no me siento ni maltratado ni represaliado porque no he tenido ni que ir a la prisión ni pagar ninguna multa, soy un privilegiado

¿Es más fácil hacer humor político ahora o hace 15 años?
Hace 15 años, sí.

¿Y qué es más fácil, hacer humor cuando hay Junts en el poder o el PSC?
No tengo una respuesta clara, pero recuerdo que con el tema del Bestiari Il·lustrat, Durant i Lleida salió diciendo que no se podía permitir por la televisión pública, y en aquel momento pensé, "Somos unos pobres desgraciados. ¿Qué es este servilismo que no podemos reirnos del rey en la televisión pública"?

¿Qué piensas de la polémica con el programa 'Que no surti d'aquí'? ¿Crees que se ha ido de madre?
No podemos ser un estado normal si empezamos a cargarnos programas porque a un señor no le parece bien que hablen de él en la radio. Yo entiendo todo el tema de la privacidad, el derecho al honor, sin embargo, me parece una burrada que tengan que pasar por el enderezador. No teníamos chismorreo en catalán. Además, se hace de una manera elegante y divertida, llevado por tres personas muy inteligentes. Y es triste que aparezca el Colegio de Periodistas a denunciar malas praxis, lo encuentro absolutamente delirante. Es lo que pasa cuando tocas estamentos como el Barça.

Tú fuiste uno de los guionistas que escribió la canción del chiquilicuatre y con lo que cobraste te compraste un BMW. ¿Es lo más caro que te has comprado nunca?
Sí, aquello era un pago del SGAE. Es la vez que saco más dinero del mundo de la música. Mira que he intentado componer canciones decentes y resulta que con aquella mierda... pero es lo que pasa.

Buscando un poco tus inicios he encontrado que empezaste en Ona Catalana con un programa que se llamaba 'El Rosario de la Aurora' con Quim Morales. Venimos de un 8 de marzo, día de la mujer, en el que Charlie Pee se añadió a las denuncias de Ana Polo por abuso de Quim Morales. De hecho, vosotros tuvisteis que anular el espectáculo que teníais en el Teatro Victoria de 'La segona hora'. ¿Cómo has vivido, personalmente, esta situación?
Es un tema del cual no puedo hablar porque no tengo la información que tendría que tener más allá de saber las versiones de cada parte. Yo no lo viví porque no estaba. Trabajaba a distancia en aquella época. Y es muy complicado hablar de este tema concreto sin saber exactamente la verdad, más allá que pueda haber abusos de poder, que hay constantemente en todas partes. Entrar ya en el terreno personal de qué hace a cada uno... Conozco los implicados, he trabajado con ellos y cada uno explica una historia diferente.