Erotizar las palabras, las conversaciones, las imágenes. Jeanette Winterson, escritora británica, autora de novelas espléndidas como Frankissstein, Per què ser feliç quan podries ser normal? y La passió, nos deleita con una novela ambiciosa, excelsa. Desde la página 10 que el deseo y la sexualidad impregnan las páginas de Escrit al cos, publicada por la editorial Periscopi. La historia de dos amantes nos hace vibrar en cada página. Winterson se entrega a un romanticismo de ensoñación sin concesiones, la naturalidad con la que describe cada encuentro provoca todo tipo de emociones al lector.
Winterson se entrega a un romanticismo de ensoñación sin concesiones, la naturalidad con la que describe cada encuentro provoca todo tipo de emociones al lector
Un mapa topográfico de la pasión
Cuando ya has escuchado a Jeannette Winterson hablar sobre sus libros y sobre temas de interés general, de política, de actualidad, ya vas predispuesta a amar todo lo que publique; porque Winterson es directa como cada verbo que arroja erotismo en sus historias. Cuando dio la conferencia en el marco de ¡Feminismos! en el CCCB, de la mano de su traductora en catalán, Bel Olid; regaló perlas que apuntaban al corazón de la bestia, como cuando dijo que odiaba Airbnb o Amazon a bocajarro, sin tapujos, sin eufemismos.
La capacidad de descripción y de erotizar el lenguaje, llenarlo de amor explicando cualquier situación cotidiana, cualquier gesto, es el secreto de la autora británica
La capacidad de descripción y de erotizar el lenguaje, llenarlo de amor explicando cualquier situación cotidiana, cualquier gesto, es el secreto de la autora británica. “M’he amagat aquestes paraules al folre de l’abric. Quan ningú mira les trec com si fossin joies robades”, frase cuarenta que subrayo en una novela, no un ensayo o un libro de poesía. Son pensamientos poéticos, amor a la palabra. Qué maravillosa es la literatura y las historias de amor cuando las escriben personas como ella. La historia de Escrit al cos no es un cliché de amantes que se ven en no lugares, más bien responde a un mapa topográfico de la pasión. No sabemos quién es el narrador, un hombre, una mujer, pero sí quién es Louis, una mujer pelirroja, que tiene un marido al que deja por su nuevo amor, enferma, de cáncer, de deseo.
Qué maravillosa es la literatura y las historias de amor cuando las escriben personas como ella
En mi opinión, Winterson consigue explicar la experiencia del amor y de la enfermedad sin convencionalismos y afronta el texto con diferentes registros del lenguaje. Hay momentos en el que el amante, narrador, es desapegado y cuenta una historia sin elaborar en exceso el párrafo. En otras ocasiones, sin embargo, encontramos frases bellísimas o atmósferas que solo las grandes escritoras pueden alcanzar a dibujar con un verbo ágil, rítmico, apasionado y en los casos que palpamos la enfermedad, lo hace de una manera tan sutil que la degradación forma parte del proceso de enamoramiento. Se ha criticado muchísimo a la autora por hablar de sí misma en las novelas, quizás sí que sea un amor adúltero, y autobiográfico, o quizás solo que Winterson es experta en escribir sobre el amor lesbiano: ella misma dijo que ama escribir sobre mujeres. El hecho de que el narrador no tenga género provoca justo lo que quiere, una inexactitud corpórea que nos centra en los sentidos, los sentimientos y la incertidumbre que provoca la leucemia, su enfermedad. Esta historia también habla de la elección de hacerse cargo de sí misma, de decidir sobre nuestros cuerpos, enfermos o no. Escrit al cos puede ser un libro excelente para la entrada del verano, para los primeros rayos de sol. El universo Winterson es de los que te absorbe y te quedas, tanto que mi próxima lectura será su primera novela, Fruita prohibida.