Jo Alexander (Barcelona, 1977) ha trabajado en la televisión y en la radio. Hace años se dio a conocer, en el mundo literario, con dos libros en solitario, Criaturas extrañas (publicado con 20 años) y L’hivernacle. También participó en algunas obras colectivas con el grupo Germanes Quintana. Ahora vuelve al mundo de la narrativa con una nueva novela en que aborda la temática del incesto: Palas y Héctor (ed. Acantilado).
Parece que a la vida ha hecho muchas cosas: ha pasado por el mundo de la televisión, de la radio...
Empecé haciendo una novela y a partir de aquí me llamaron en la tele a hacer guiones, en El Terrat. Tuve mucha suerte. Y enlacé con los libros de las Germanes Quintana. Más tarde, por casting entré en 8 TV, y siempre he ido teniendo golpes de suerte. Y más tarde estuve escribiendo en diarios... Pero lo que he hecho durante la vida, sobre todo, ha sido perder el tiempo. He perdido mucho tiempo...
No es una novelista prolífica. Empezó a publicar siendo muy joven, pero ha dejado pasar muchos años de una obra a la otra.
Sí. Voy muy lenta escribiendo, pero siempre estoy escribiendo, siempre estoy inventando. Me paso muchos años trabajando para encontrar "la" novela. Para llegar aquí me pasé seis años escribiendo otras cosas, empezando textos y tirándolos, hasta que al fin, de un día para otro, ya sabía que lo tenía. Cuando llevaba sólo dos páginas ya sabía que aquello iba bien. Pero durante todo el proceso pasé por momentos de desesperación.
Nos ahorraríamos muchas novelas malas si los escritores no escribieran por encargo, a toda prisa
No parece especialmente angustiada por el hecho de escribir poco a poco...
Nos ahorraríamos muchas novelas malas si los escritores no escribieran por encargo, a toda prisa. El mercado está lleno de novelas malas por eso. Se publica demasiado. No es necesario. Yo no quiero escribir por encargo. Escribir por encargo tiene su parte positiva y muchos escritores querrían tener la ocasión de hacerlo... Pero cuando tienes el tiempo que necesitas, escribir te sale mejor. En general, un escritor o un artista necesita tiempo. Hacen falta una habitación propia y dinero... Yo no tengo mucho dinero, pero con sacrificios he podido estar estos años luchando y escribiendo.
Su nombre real es Joana Sánchez; ¿porque usar el seudónimo Jo Alexander?
Eso me viene de cuando era niña. Me pasaba las vacaciones de Semana Santa en Murcia, de donde es la familia de mi madre. Una amiga, a los 10 años, ya tenía seudónimo, y me puse entonces yo el mío. Ella me decía Jo, y yo me puse el nombre de mi hermano, que se llama Alex... Así, todo quedaba en familia...
¿Cómo llega a la escritura?
Fue muy bonito cuando empecé. En 6º de EGB nuestra profesora de castellano, Asunción Castel, nos encargó que hiciéramos un soneto, y yo me olvidé, como siempre... Y en el autobús, cuando iba hacia la escuela una amiga me preguntó si había escrito el soneto... Lo tuve que escribir en el bus, a toda prisa, y a pesar de todo era muy bueno... Tanto, que la profesora me pilló por banda y me pidió que escribiera otro, y otro, y otro... Y siempre me pedía más y más... Y entonces los recogió todos y los presentó al concurso de la escuela. A partir de entonces gané el concurso de la escuela cada año. Y hace una semana estaba en casa de Asunción, una Maestra con mayúsculas, regalándole mi novela. Así empezó todo, con una buena profesora... Yo era un fracaso escolar terrible, pero ganaba los concursos de literatura...
Pasa del castellano al catalán y viceversa a sus publicaciones. ¿Cómo es eso?.
Alterno el catalán y el castellano de forma muy natural... En la familia se habla en catalán y en castellano... Y depende de cómo me sale....
Hoy en día nos estamos aburguesando, y la vida que llevamos nos separa de la inspiración, de la creación
¿Cómo surge la idea de esta novela?
La culpa de Palas y Héctor la tiene una película, Sólo los amantes sobreviven, de Jim Jarmusch. La vi y me vi a mí misma. Es como si me dijera: "tú eres eso. No te avergüences de ser así". Hoy en día nos estamos aburguesando, y la vida que llevamos nos separa de la inspiración, de la creación. Con esta película me vi el alma por dentro... Si no la hubiera visto, no sé qué hubiera pasado.
¿Hay autores que la hayan influido, a la hora de escribir esta novela?
La literatura y la música me influyen mucho, a mí... Tengo mis escritores preferidos, y voy releyéndolos. Leo también cosa nueva, pero es más de ensayo... Me ha influido mucho Marguerite Duras... Me gustan mucho un par de libros de ella, un par de libros de Thomas Bernhard, un par de libros de Karen Blixen... Creo que de la mayoría de grandes autores se salvan dos libros. Se publica demasiado...
En la tele, día a día, aparecen asesinatos, robos, violaciones... Es mucho más difícil encontrar incestos. ¿Sigue siendo el incesto el gran tabú?
El conflicto del libro para mí no está tanto en el incesto, como en la diferencia de edad. Una mujer que tiene 11 años se enamora de un niño... Y la cuestión más especial es que se trata de un amor que dura para siempre. Es un amor que no existe en el mundo, porque no se puede aburguesar, no tiene cabida en la vida doméstica...
Los incestos, cuando se dan impulsados por el amor, para mí no hay problema
La antropología considera que el incesto es el único tabú universal: hay sociedades que no condenan el asesinato, o el robo, pero todas prohíben la relación entre hermanos... En cambio, en Palas y Héctor no parece haber una condena del incesto.
Los incestos, cuando se dan impulsados por el amor, para mí no hay problema. Para mí el problema es cuando no es consentido.
¿Hubiera sido una novela más difícil de explicar si la historia fuera al revés, si el chico fuera 11 años mayor que la chica?
Si él hubiera sido el mayor, el libro hubiera sido otra Lolita, que es una obra que ya está escrita. Hoy en día no creo que le hubieran prestado tanta atención. Pero a nadie le gusta ver a una niña con un adulto mucho mayor... Pero tampoco creo que guste ver a una mujer de veintitantos con un chico de 14... No creo que guste ni pizca... Pero lo hemos hablado menos... La mujer sería considerada una arpía, una víbora... Pero no podía escribir Palas y Héctor de otra forma, porque yo me identifiqué con el personaje de ella, que tiene mi edad...
La de Héctor y Palas es una relación muy pura... Se aman de verdad, están enamorados
A la relación entre Palas y Héctor no le falta belleza, no parece que quisiera escribir una trama tétrica...
La de Héctor y Palas es una relación muy pura... Se aman de verdad, están enamorados. La única parte oscura es la reacción a la imposibilidad de su amor... Es el aspecto complicado, enfermizo, de lo que hay entre ellos. Y eso provoca entre ellos es una pulsión amor-muerte... Ella siempre se acaba haciendo daño, se autolesiona... A él le gusta que le hagan daño...
Héctor y Palas son dos hermanos que son un mundo, un mundo que intenta proyectarse fuera del mundo...
Son un mundo aparte... Son dos personajes que juntos tienen autonomía. Y todo escritor o cineasta busca que sus personajes tengan autonomía, que funcionen solos. Y Héctor y la Palas tienen autonomía... Y eso va muy bien para la historia, ya que andan por su cuenta... Llegó a un punto, cuando escribía la novela, que sentía que se burlaban de mí... Hasta este punto son un mundo aparte.
Los dos protagonistas parecen no tener más solución que involucrarse en un amor maldito. ¿Esta es una historia sobre la fatalidad?
Totalmente.. Me siento muy atraída por la tragedia, literalmente hablando... Las tragedias griegas nos hablan de personajes excepcionales, no ordinarios, con un carácter especial, y que justamente por eso están marcados. No pueden acabar de otro manera de cómo acaban... Les marca la fatalidad. El ejemplo más claro de fatalidad para mí es Aquiles y Héctor, que tenían que morir, porque eran ellos. Y el Héctor de la novela está inspirado en el Héctor de Troya. En realidad, yo he conocido personas así en la vida real. Conocí a una persona que estaba condenada a morir, y que murió, tal como estaba marcada... Me siento muy atraída por eso.
Lo romántico es oscuro, es turbio...
¿En Palas y Héctor sacas tu parte oscura?
Estéticamente aprecio mucho este tipo de sensualidad oscura... También me atrae en la música... Creo que es muy romántico... Lo romántico es oscuro, es turbio... Pero yo no lo llevo a la práctica en mi vida. Esta no es mi parte oscura. No lo es para nada...
Retrata a unos personajes cosmopolitas, que van de uno a otro mundo, con pocas raíces. ¿Usted es así?
No... No sé porque en las tres novelas busco protagonistas así. Quizás es generacional. Los que nacimos en los años setenta y ochenta tenemos un mundo muy abierto. Podemos ir con facilidad a Londres, a Roma, a París... Todo está muy cerca... Lo encuentro natural. Lo que no encontraría normal e sescribir sobre un personaje que ha vivido siempre en un pueblo, no ha salido nunca de él y no ha pensado nunca en salir. Yo soy muy de Barcelona... Y consumo mucha cultura extranjera... Creo que se aprende de todas partes... Mantengo un diálogo constante con la cultura de gente de todas partes.
La discriminación positiva, en el arte, no me gusta mucho... Encuentro que es injusta... En la vida le doy apoyo incondicionalmente...
Sus personajes parece que nunca tienen dificultades en la vida cotidiana. No tienen que buscar trabajo, pagar facturas... Sólo tienen problemas en su vida sentimental...
No es premeditado. A mí me dan un poco de rabia las obras que se centran siempre en la reivindicación. No todas las obras que se centran en la reivindicación son buenas... No puedes basar una obra sólo en la reivindicación. Si quieres hacer una cosa exclusivamente reivindicativa, haz un libro didáctico... O dedicate al mundo de la enseñanza. Es como si la gente acomodada no fuera digna de protagonizar una historia, sólo porque tiene pasta... A mí me cuesta llegar a final de mes, pero la discriminación positiva, en el arte, no me gusta mucho... Encuentro que es injusta... En la vida le doy apoyo incondicionalmente... Pero el arte es una cosa abstracta. Si tú no tienes talento y publicas un libro sobre problemas, no te lo compro...
¿Conoces el mundo de la jet set que protagoniza Palas y Héctor?
Cuando era pequeña, a pesar de venir de origen humilde, iba a un cole caro, e iba con chófer... Y conozco este mundo. Puedo describirlo... Pero, sobre todo, mis personajes son merecedores de ser escritos.
Enseñar, como escribir, no es un pasatiempo... Son cosas muy complicadas... Se tienen que respetar mucho
¿Qué proyectos de futuro tiene?
Tengo dos o tres ideas de libro sobre la mesa, pero no acaban de salir... Estoy descartando, descartando... A mí me gustaría enseñar, porque sobrevaloro, sobre todo, a los maestros... Enseñar, como escribir, no es un pasatiempo... Son cosas muy complicadas... Se tienen que respetar mucho. Hoy en día todo el mundo se piensa que todo es muy fácil... Y no, hace falta esfuerzo... Me gustaría enseñar a escribir, que la gente aprendiera a expresarse por escrito. Es la herramienta esencial para ir por el mundo. Y ahora que ya tengo 41 años y un background me gustaría hacerlo. A ver si tengo suerte...