El otoño es una época de grandes descubrimientos literarios. La del 2011, ahora hace justo 10 años, estuvo marcada por la publicación de Jo confesso, piedra angular en la obra de Jaume Cabré, y uno de los hitos capitales de las letras catalanas contemporáneas.
No es extraño, pues, que a partir del 1 de septiembre se desencadenara todo un acceso de fiebre por la arriesgada, compleja y ambiciosa obra de caber. Una historia superlativamente hilada. Una cautivadora telaraña de personajes exquisitamente trabajados que recibió el aplauso unánime de los lectores, de los libreros, de los críticos y de las diversas traducciones en otras lenguas.
Una década más tarde, todavía aclamada, se han vendido más de 100.000 ejemplares en catalán. Toda una gesta para una novela en nuestra lengua. Una cifra -aunque el valor de un libro nunca se tendría que computar a través de las matemáticas (menos todavía un relato de esta valía literaria)- a que tendríamos que sumar numerosas ediciones en formatos diversos y el éxito internacional de más de treinta traducciones en las editoriales más prestigiosas. Indiscutiblemente, Jo confesso és un long seller de calidad.
Una novela de largo recorrido
Calificada de "novela de novelas", Jo confesso ha sido equiparada con obras culminantes de la literatura universal como Guerra y paz y Ana Karenina. "No puedo saber si es la gran novela europea. Ojalá. Y si no, no pasa nada", se... confesaba aquel 2011 Cabré en un encuentro virtual con los lectores del diario El País. "Sea lo que sea esta novela, me siento agotado. Agotado en extremo".
La extenuación que expresaba el autor era lógica y fácil de entender si tenemos en cuenta que tardó ocho años en escribir el libro. "La anterior novela fueron siete años", revelaba. "No tengo prisa; siempre son la misma historia y los personajes los que te van indicando si va para largo o no...". Su siguiente novela, Consumits pel foc, no llegaría hasta este 2021, es decir una década más tarde.
Una carta de amor
Con el niño Adrià Ardèvol como principal protagonista, Jo confesso es, sobre todo, una carta de amor de alguien que ha amado incondicionalmente; de alguien que se siente culpable de una muerte violenta; de alguien que no entiende el mal que recorre la historia de Occidente. Es, nuevamente enlazándola con la obra de Lev Tolstoi, una novela sobre el alma de la Europa que hemos recibido y la que ofrecemos a las generaciones futuras.
En aquella misma charla con sus seguidores, Jaume Cabré admitía que Jo confesso era, especialmente una novela sobre el amor. "Y el amor compuerta generosidad, humildad y al mismo tiempo dureza con uno mismo, intención de rectitud moral y ni una pizca de soberbia. Vaya: los valores que parece que, al menos en apariencia, no están de moda. Pero es así".
Siempre la misma música
Si la tienda de antigüedades de la familia es todo un universo para el pequeño Adrià, el despacho de su padre es el centro de este universo, y el tesoro más preciado de todos es un magnífico violín del siglo XVIII en torno al cual giran muchas historias de esta novela de novelas. "La música para mí lo significa todo. Según cómo, más que la literatura. O mejor: para mí, el arte es lo importante. Y dentro del arte, el más eficaz y profundo es la música. Soy un músico frustrado y convivo con este sentimiento escuchando mucha música".
"No puedo saber si es mi mejor novela. Sé que es la última que he escrito y querría que no fuera la última. Sobre si el escritor escribe siempre la misma novela... No lo sé. Hay unas obsesiones que reaparecen; pero la música siempre es diferente, creo".