Joan Colomo es el reverso alternativo de esta extensa estirpe de cantautores galácticos nuestros que se inició con Pau Riba y Juame Sisa y que con el tiempo irían ampliando discípulos como Quimi Portet, Albert Pla o Joan Miquel Oliver. Formado en los márgenes independientes de nuestras corrientes sonoras, en la trayectoria de Colomo encontramos capítulos tan fascinantes como los que escribió con proyectos como Zeidun, Mokshka, La Célula Durmiente o The Unfinished Sympathy además de una prolífica carrera como productor de bandas cómo los icónicos Surfing Sirles o Fetus. En solitario, el músico del Bajo Montseny publica discos desde 2009, habiendo dado luz a trabajos tan interesantes como Producto Interior Bruto vol. I i II (2011-2012), La fília i la fòbia (2014), L'oferta i la demanda (2018) o Disc trist (2021). Cantautor protesta de melodías naif, ahora amplía su catálogo con Tecno realista, nuevo y muy notable tratado de pop luminoso y letras críticas con el sistema.
Dices de Tecno realista que es tu respuesta al tecno-optimismo imperante que hay hoy día en la sociedad.
Sí, esta era la raíz, la idea primigenia del disco. Al final, siempre hago el mismo disco, que es un poco de crítica al sistema capitalista, pero cada vez buscándole una nueva lectura dependiendo de por dónde nos llevan los tiempos en aquel momento.
¿Y a qué te ha llevado el momento actual?
Esta coyuntura de cambio climático, de una crisis ecosocial terrible que nos lleva a este sistema de consumo. Hay toda esta moda de grandes compañías: Tesla, Amazon, Meta, que generan millones de euros, que consumen recursos sin descanso, y nos dicen que no suframos, que sigamos consumiendo, que ya encontraremos alguna máquina o algún invento para capturar el dióxido de carbono. Este es el motor del disco.
Hay toda esta moda de grandes compañías: Tesla, Amazon, Meta, que generan millones de euros, que consumen recursos sin descanso, y nos dicen que no suframos, que sigamos consumiendo, que ya encontraremos alguna máquina o algún invento para capturar el dióxido de carbono. Este es el motor del disco
¿Como artista, sientes que tienes responsabilidad para transmitir este mensaje de conciencia o es una inquietud totalmente personal?
A mí me encantaría ser como la juventud y hablar de mover el cucu y el bailoteo. Ojalá poder tener solo estas inquietudes en la vida y no preocuparme por temas como los que hablo. Y me parece muy bien y muy lícito cantar lo que quieras y lo que puedas. Yo, lo que pasa, es que siempre he tenido esta manera de hacer y esta manera de utilizar la música. Porque vengo de donde vengo.
Vienes del hardcore y del punk, una escena con unos valores asociados. ¿Cuanto mayor te haces, más radicales se vuelven estas ideas?
No sé si de una manera más radical. Quizás sí que desarrollo las ideas de una manera más concienciada o más sabia. Aunque me considero un ignorante total: leo poco y me informo mal. Pero sí, quiero pensar que me voy haciendo mayor y con la edad me voy cultivando. Pese a todo, siempre he tenido miedo de hacerme mayor y hacerme conservador. No quiero acabar siendo un Andrés Calamaro cualquiera.
Siempre he tenido miedo de hacerme mayor y hacerme conservador
No creo que sea el caso.
Siempre se ha dicho esto que cuando te haces mayor, te vas aburguesando y con los años acabas teniendo una ideología más reaccionaria.
Un Calamaro cualquiera. O un Loquillo. El rock era una cosa transgresora, pero hay que han acabado virando hacia el populismo neoliberal.
Hay esta cosa del libre pensador. Pero lo que pasa es que eres tan librepensador que al final acabas virando hacia el lado oscuro. Y no acuso a nadie, porque supongo que en alguna cosa también me he aburguesado un poco.
No me lo creo.
Sigo utilizando un coche con combustibles fósiles. Y ahora tengo un parking. Aparco de bajo de casa y, de golpe, me siento como un señorito.
No sé si por coherencia con el concepto, pero Tecno realista es un disco que has hecho con los mínimos recursos posibles: tú solo haciendo todos los papeles de la representación.
La idea del concepto de Tecno realista también partía de este rollo de intentar, con mi tecnología más básica, que es mi ordenador y mis cuatro micrófonos, hacer yo solo el disco sin ir a un estudio, sin requerir la ayuda de mis amigos. Sí que es verdad que la batería la ha tocado Pau Albà y Guillem Caballero ha hecho algunos teclados. Pero todo el resto, desde el principio y hasta el final, lo he hecho yo solo entre el garaje de casa mi madre y mi piso, con mis medios. Era un poco el reto y también era el concepto de aplicar este decrecimiento: ahorrar el máximo, gastar el mínimo en tiempo, en trabajo y en recursos. Y ha sido así.
Llevas toda la vida haciendo discos y...
30 años. Justamente el otro día lo pensaba, porque ahora he empezado a tocar de nuevo con Mau Boada de Esperit, y con Mau empezamos juntos cuando él tenía 12 años y yo, 13. Y eso quiere decir que ya hace 30 años que toco con bandas y grabo discos. Cuando empezamos con Mau, nos grabábamos las canciones con una grabadora de casete. Después ya conocí a Santi Garcia (figura relevante de la escena hardcore punk catalana, productor de buena parte de los discos más importantes de la discográfica BCore y cantante y guitarrista de No More Lies), y con él ya grabé los discos de los diferentes grupos con que he tocado: Zeidun, La Célula Durmiente, Unfinished Sympathy, Mokshka... Llevo un montón de discos.
Justamente la pregunta era que si con una discografía tan extensa, necesitas encontrar una motivación nueva para volver a cerrarte a grabar canciones. Como ahora, que has gravado un disco con los mínimos recursos, volviendo de alguna manera al espíritu original de cuándo empezabas.
No es que lo necesite, pero sí que agradezco los cambios en procesos que al final se convierten en rutinas. Ahora he pasado de grabar de manera profesional con Iban Puigfel en Arenys de Mar o con Santi Garcia toda la vida a hacerlo en casa. Además, he gravado el disco con un tapón en el oído.
!!!??
Sí, soy muy aprensivo y no voy al médico hasta que no puedo más. Y he gravado el disco con un tapón en el oído. Estaba totalmente sordo. No fue hasta que llevé el disco a fábrica que me lo saqué, el tapón. Y ya sin el tapón fue un poco como: "¿Mierda, qué es lo que he hecho?". Fue un poco un susto. Creo que si hubiera hecho el disco con la capacidad total de mi audición, lo habría hecho mejor. Pero bien, también es eso. Y como tengo muchas ganas de seguir haciendo discos, no me importa hacer uno que sea un poco mediocre.
¿Hacer un disco con los mínimos recursos también era rebelarte contra esta tecnología que nos sobrepasa hoy día?
Pues sí, pero no sin contradicciones, porque la democratización de la tecnología es la que me ha permitido tener un miniestudio en casa, cosa que años atrás era impensable.
En la era de la inteligencia artificial, de la perfección, que con una aplicación tienes una megaimagen, un megavídeo, una megacanción, buscar la imperfección ya es rebelarse
Hoy en día somos nosotros y nuestras contradicciones.
Yo soy muy defensor de casi todos los inventos de la humanidad. Después te das cuenta de que muchos son fruto de estudios para finalidades militares. Vaya, que tras todos los avances tecnológicos hay una cosa chunga. Pero sí, en la era de la inteligencia artificial, de la perfección, que con una aplicación tienes una megaimagen, un megavídeo, una megacanción, buscar la imperfección ya es rebelarse. Hoy la juventud ya no puede aparecer a las redes sociales sin ponerse un filtro, es esta búsqueda de una perfección que no existe. Sí, con este disco buscaba dejar ver las imperfecciones.
Ahora que hablamos de jóvenes... ¿Te has preguntado alguna vez por qué tu música gusta tanto a las criaturas?
Es cierto y no sé por qué pasa. Supongo que tengo un punto entre tenebroso y juguetón que seguramente capta la atención de los peques. Me gusta que sea así. Y si hablamos de gente joven, no tengo ningún tipo de ambición de intentar llegar a nuevos públicos, aunque para hacer negocio supongo que tienes que ir por el público joven. Pero también es verdad que nunca me ha interesado hacer negocio.
¿Nunca?
No, ya hace tiempo que esta idea no me pasa por la cabeza. Yo sigo con mi objetivo, que es el de intentar ir haciendo esto que hago durante mucho tiempo.
Tu trayectoria se ha caracterizado porque siempre te has mantenido en los márgenes de todo.
Supongo que es por esta perseverancia un poco inconsciente de decir: "¿Joan, no te cansas de hacer el panoli por los sitios?".
¿Te has cansado alguna vez?
No. A ver, ahora, con la edad, cada vez me cuesta más ir a hacer conciertos. Me cuesta marcharme un domingo a un pueblo perdido. Pero a la que estoy dos meses sin dar conciertos, me empieza a picar el gusanillo. Igual que sufro cada vez que hago un disco. Porque en el proceso de grabación de un álbum hay muchas partes de sufrir. Pero al cabo de unos días de haber acabado, empiezo a sentir la necesidad de ponerme con el siguiente. De hecho, he sufrido mucho con Tecno realista, pero ahora ya estoy pensando como hacer el siguiente.
¿Cómo es tu proceso de creación?
La verdad es que no sé cómo va, no tengo un método claro. Sí que cuando acabo una grabación, enseguida empiezo a trabajar en una idea de guitarra. Voy grabando notas y a partir de aquí voy haciendo. Ahora, por ejemplo, tengo una base de datos bastante grande de un proyecto que se quedó a medias. Así que ya tengo unas cuantas canciones empezadas. Y una vez tengo unas cancioncillas, unas músicas, intento pensar en el concepto. Necesito una idea central que me lleve a sacar el resto de canciones.
Me he dado cuenta de que en la vida vas evolucionando hasta que llega un momento que te quedas allí. Yo ya hace tiempo que llegué a este punto
¿Tienes miedo de repetirte a ti mismo?
Ya no tengo miedo de eso. Me he dado cuenta de que en la vida vas evolucionando hasta que llega un momento que te quedas allí. Yo ya hace tiempo que llegué a este punto. He sido un tipo autodidacta y hace años que no descubro nuevos acuerdos o nuevas inflexiones. Sí que es verdad que van apareciendo nuevas influencias que te van dando nueva materia para evolucionar un poco. Pero sí, me doy cuenta de que hay canciones nuevas en que repito letras o músicas de canciones antiguas. Pero vaya, en cada disco estás en un momento vital y cada momento te da unos recursos. Espero poder evolucionar un poco de disco en disco, aunque sea un poquito.
¿Qué es el último que te ha flipado, ahora que hablabas de nuevas influencias?
De golpe, mi grupo preferido desde hace un par de años son los Lemon Twigs, que es como una cosa muy de revival entre Beatles, Beach Boys... No es una propuesta que me aporte nada nuevo, pero sí que intento estar al día con las cosas más nuevas. La música comercial siempre me ha apasionado. Si sale un nuevo disco de Dua Lipa, salgo corriendo a escucharlo.
Con el proyecto de versiones Joan Colomo & La Radiofórmula ya exploras esta faceta tuya de amante de la música mainstream.
Me acuerdo de que en mi época más hardcoreta ya era mega-fan de Britney Spears.
En mi época más hardcoreta ya era mega-fan de Britney Spears
Siempre a la contra de los dogmas.
Sí, quizás también era un poco eso. Ahora me pasa lo mismo con el reguetón. Todo el mundo dice que el reguetón no es música, y a mí hay cosas que me gustan mucho. También hay muy malas, como algunas de las letras, que tienen mensajes terribles, pero eso pasa en todos los géneros. Esta idea de intentar no tener prejuicios siempre me ha acompañado.
Más allá de tu proyecto en solitario, siempre has estado Implicado en infinidad de movidas paralelas. Hace un rato, por ejemplo, explicabas que vuelves a crear con Mau Boada de Esperit.
Acaba de hacer un disco y Mau, que siempre ha ido por libre tocando él solo, ahora quiere tener una banda. Me he sumado para tocar el bajo. Me gusta poder participar de otros proyectos que no sean el mío, que, al final, es lo que menos me interesa. También me gusta producir a otros grupos y artistas.
Me gusta mucho más trabajar con canciones de otros, las mías siempre las acabo odiando
¿A quién has producido últimamente?
He hecho los discos de los Fetus. Quizás hemos hecho cinco, juntos. De hecho, justo acabamos de grabar un nuevo disco. Ahora estoy grabando unos temas de Les Creuet y también estoy trabajando con Chaqueta de Chándal. Una de las cosas más importantes de mi currículum que nunca me acuerdo de decir, es que yo grabé los dos primeros discos de los Surfing Sirles. Realmente, me gusta mucho más trabajar con canciones de otros, las mías siempre las acabo odiando.
¿Podrías componer y no publicar munca discos y serías igual de feliz o necesitas el hecho de dar a conocer públicamente tu música?
Es curioso, porque soy un tipo muy vergonzoso y, por ejemplo, este disco, hasta que no lo acabé no lo enseñé a nadie. Pero siempre hay esta necesidad de tener el feedback de la gente para saber si lo que has hecho está bien o mal. A pesar de que cuando el feedback es negativo tampoco mola demasiado. Supongo que si no me dedicara a esto, lo seguiría haciendo igualmente. Estoy enganchado al momento del hallazgo en que aparece un estribillo que flipas. Aunque, como decía, cuándo acabo una canción, no me soporto a mí mismo (río).
Después de 30 años publicando tus discos con el sello BCore, Tecno realista lo has sacado con Montgrí, que es la discográfica de Cala Vento.
De alguna manera forma parte de eso que hablábamos de buscar cosas diferentes para salir de la monotonía. Con Jordi (Llansamà, fundador de BCore) llevamos toda una vida juntos publicando cosas, tenemos un catálogo conjunto que aquí estará para siempre. Pero quiero pensar que no es un adiós, sino un hasta después. Ninguno de los dos se jubila y tenemos posibilidades de seguir trabajando juntos en el futuro. Pero con Cala Vento somos amigos y esto era una oportunidad interesante para trabajar con otra gente. Eso sí que lo tengo siempre claro: lo que me mola es currar con conocidos y colegas. Y esta ha sido una buena oportunidad para hacer un pequeño cambio.
Lo que echo de menos es la juventud y cómo vivíamos todo entonces. Aquellos sábados que ibas al Ateneu de Vallcarca y aquella noche podía ser el mejor momento de tu vida
Eres, con Nueva Vulcano, el último superviviente de aquella generación de BCore de inicios de los 2000 de la que también formaron parte Standstill (que ahora vuelven), No More Lies, The Unfinished Sympathy... Unos años en que todo lo que publicaba el sello sonaba excitante.
Unos años que añoro. Aunque muy probablemente lo que más añoro es la juventud. Pese a todo, pienso que actualmente en Catalunya están pasando cosas muy excitantes. Quizás no en el estilo que practicábamos nosotros, pero creo que ahora hay mucha más música y muchas más oportunidades. Pero sí, lo que echo de menos es la juventud y cómo vivíamos todo entonces. Aquellos sábados que ibas al Ateneu de Vallcarca y aquella noche podía ser el mejor momento de tu vida.