El escritor de Catalunya Nord Joan-Lluís Lluís ganó el Premio Sant Jordi 2017, que concede Òmnium Cultural, con Yo soy aquel que mató Franco, una novela que se sitúa en tiempo de la República, la guerra civil y la Segunda Guerra Mundial. Pero, a diferencia de lo que sucedió en realidad, Lluís imagina un pasado alternativo, en que Franco habría colaborado con Hitler y entrado en guerra contra los aliados, lo que le habría conducido finalmente a la derrota y a la muerte, en manos del protagonista de la obra. Ahora, Proa acaba de publicar esta novela y El Nacional ha entrevistado a su autor.
Lo que hizo Franco es imperdonable. Nunca habrá bastantes venganzas para lo que hizo
¿Este libro es una venganza póstuma contra Franco?
Sí, es una venganza, literaria, de papel. Es una venganza inútil y vana, pero es una venganza. Pero lo que hizo Franco es imperdonable, y por lo tanto, yo creo que nunca habrá bastantes venganzas para lo que hizo.
Retrata una realidad muy diferente de la que conocemos. ¿El futuro de Catalunya habría sido diferente si Franco hubiera entrado en la II Guerra Mundial?
Ante todo, quiero dejar claro que esta novela no es un ensayo histórico. Es una novela que se basa en un marco histórico ficcionado. Pero creo que si Franco hubiera participado en la Segunda Guerra Mundial los aliados hubieran entrado en España para acabar con el fascismo, y en los años 1944 o 1945 hubieran acabado con su régimen (y quizás con Franco mismo). El futuro de España hubiera sido muy diferente, y también el de Catalunya. Quizás hubiera acabado con una Catalunya fuera de España, o más probablemente habría acabado con una Catalunya dentro del Estado español. Eso nunca lo sabremos, pero a buen seguro que el futuro hubiera sido distinto.
De la misma forma que Alemania se apoderó de Alsacia y Mussolini de Niza, sería verosímil que Franco se hubiera apoderado de Catalunya Nord o del País Vasco Norte
En su novela pinta a un Franco interesado en incorporar la Catalunya Nord a España. ¿Franco realmente se lo planteó?
Yo no soy historiador. Soy novelista y los novelistas son mentirosos patológicos y frenéticos, y ya nos va bien imaginarnos situaciones de cualquier tipo. Pero hay algún historiador que dice que Hitler le propuso a Franco recuperar Catalunya Nord. Me parece haber entendido que los historiadores no están de acuerdo en qué prometió Hitler a Franco con el fin de convencerlo. Pero parece una hipótesis verosímil. De la misma forma que Alemania se apoderó de Alsacia y Mussolini de Niza, sería verosímil que Franco se apoderara del País Vasco Norte, de Catalunya Nord, o quizás de los dos...
Su protagonista es un héroe, pero al mismo tiempo es un antihéroe, tuerto, con algunas limitaciones importantes. ¿No quiso que su héroe fuera un individuo ideal?
Justamente al contrario. Intenté componer inicialmente una personalidad que sería el polo opuesto a lo que sería un héroe aventurero o militar. Agustí Vilamat no es un héroe típico, ni por sus cualidades físicas (es tuerto), ni por sus aficiones intelectuales (es alguien que descubre la lengua y se enamora, y que vive en una burbuja sentimental de lecturas de Verdaguer y de Folch i Torres). Pero este hombre un día vive un acontecimiento trágico que le obliga a enfrentarse a la realidad y a salir de su burbuja literaria.
El protagonista conoce a dos presidentes de la Generalitat. Muestra una gran simpatía por Lluís Companys, y en cambio se muestra más distante hacia Tarradellas. ¿Eso refleja sus filias personales?
No, en absoluto. El libro es una ficción con un contexto histórico real, pero cambiado. Aquí tenía que poner a algún personaje histórico, una cosa que no había hecho antes en mis novelas. Pero los personajes reales que salen en Jo soc aquell... los hago mover como quiero, desde mi perspectiva de novelista y no de historiador. La ucronía, aquí, empieza el 11 de junio de 1940, que es el momento en que, en la novela, Franco declara la guerra a los aliados, al día siguiente al que Mussolini entró en guerra. A partir de aquí, todos los hechos son imaginarios, excepto la muerte de Companys y los grandes aguaceros de Catalunya Nord de octubre de 1940.
¿Los grandes aguaceros que se explican en la novela, fueron reales?
Estos aguaceros de 1940 fueron un acontecimiento histórico. Diezmó el territorio de Perpinyà a Girona. El aguacero empezó al día siguiente del fusilamiento de Companys. Y la fecha todavía lo hace más dramático.
Su historia enlaza la Catalunya Central, donde nace el protagonista, con la Catalunya Nord, donde sucede buena parte de la acción. ¿Es eso también un reflejo de su universo?
Con respecto a la localización de mis novelas, tengo tendencia a hacer una especie de respiración. Hay novelas que están muy arraigadas de mi territorio, el Vallespir y Perpinyà. Y hay otras en que me alejo mucho de él. Creo que eso se debe a que a veces quiero estar allí donde estoy y en otras ocasiones siento que necesito salir, escapar.
En Catalunya Nord, desde mediados del siglo XIX, hay un proceso de adhesión voluntaria al Estado francés
En la novela retrata una Catalunya Nord en que para sus habitantes, Francia lo es todo...
Sí, es que Francia lo es todo para la mayoría de los habitantes de la Catalunya Nord. Eso es así ahora, y ya lo era en 1940. La anexión del territorio a Francia es de 1659, y durante dos siglos la situación de la población de la Catalunya Nord es muy similar a la del Sur, con respecto a la identidad, a la relación con la lengua, con la desconfianza con las capitales... Son procesos muy simétricos... Pero partir de mediados del siglo XIX las dinámicas se van separando. En Catalunya Nord, desde estas fechas, hay un proceso de adhesión voluntaria al Estado francés. Este proceso se acelera, a finales del XIX, con la escuela pública obligatoria, y, más tarde, con la primera guerra mundial.
¿La educación obligatoria, pues, no tuvo un efecto positivo?
La escuela ha hecho un daño inmenso. La escuela ha sido una herramienta fundamental de desaparición de la lengua catalana a través de un ataque sistemático y durísimo a la población más débil, los niños. La escuela hizo todo el posible para aterrorizarla y la humilló para que dejara la lengua catalana.
La lengua catalana tiene una situación excepcional en el mundo. Es una lengua que ha sido condenada a muerte muchas veces pero que no ha muerto
El protagonista de su anterior novela, El navegant, tenía el don de lenguas. Aquí, Agustí Vilamat, que es corrector, tiene grandes dotes para la lengua, a otro nivel, más realista... ¿La lengua es tan importante para usted?
El Navegant era un homenaje a la diversidad lingüística. El protagonista tenía don de lenguas, podía hablar cualquier lengua. En cambio esta novela es un homenaje a la lengua catalana. Pero sí, para mí las lenguas, y la lengua catalana sobre todo, son muy importantes. Quizás no nos damos cuenta suficientemente de que la lengua catalana tiene una situación excepcional en el mundo. Es una lengua que ha sido condenada a muerte muchas veces pero que no ha muerto. Normalmente las lenguas condenadas a muerte se mueren o se residualizzn, como ha pasado con el corso, con el catalán en Catalunya Nord, o con muchas otras lenguas. Pero el catalán ha sido condenado a muerte varias veces, y ahora es cooficial. Eso no pasa a menudo.
Su novela no es muy optimista respecto al futuro de Catalunya. ¿Porque?
Yo no hablo en términos de optimismo o pesimismo, sino en términos de acción o de inacción. Se puede ser optimista y no pegar golpe o ser pesimista y actuar. Mi planteamiento, como novelista, no era dar una visión optimista ni pesimista de Catalunya. Quería plantear escenarios de ficción que fueran realistas. Lo más importante para mí es que la novela deja un final abierto.
En Jo soc aquell que va matar Franco, Agustí Vilamat escribe su libro para infundir ánimos a los catalanes en momentos difíciles... ¿Joan-Lluís Lluís hace lo mismo?
Agustí no lo hace exactamente para eso. Le encargan el libro para eso, pero él tiene sus motivos. Yo cuando escribo hago literatura. Que esta literatura pueda interesar además, por motivos extras, como para reflexionar sobre el futuro de Catalunya o sobre la identidad catalana, está bien. Pero no es el motivo principal de mi escritura. No quiero hacer literatura en clave de actualidad.
Catalunya Nord podría tener un futuro mejor como territorio, y también la lengua catalana podría tener más papel en él, si Catalunya fuera independiente
¿Como ve el futuro de Catalunya Nord?
El futuro probable de Catalunya Nord es seguir siendo un departamento francés como los otros y poca cosa más. La lengua catalana ya no se transmite; hace medio siglo que la transmisión se interrumpió. Yo he testimoniado su desaparición por las calles. Cuando era pequeño el catalán se oía, se hablaba catalán en las calles, por personas mayores, pero se oía. Hoy en día es excepcional oírlo. Pero Catalunya Nord podría tener un futuro mejor como territorio, y también la lengua catalana podría tener más papel en él, si Catalunya fuera independiente.
¿Como ve el futuro de Catalunya?
El problema es que no me veo capaz de responder. Si lo supiera, publicaría un libro que se titularía: El futuro de Catalunya. Las respuestas definitivas. Lo que es absolutamente anormal es que Catalunya se encuentre en un estado de prefranquismo. España es un Estado que, a nivel de Catalunya, no es en absoluto democrático, y eso a nivel de Europa tendría que ser intolerable e intolerado. Yo creo a lo que nadie tendría que renunciar en Catalunya, ni independentistas, ni unionistas, sería a una resolución pacífica del conflicto, con un referéndum, como se ha hecho en Montenegro, en Quebec.... Eso es irrenunciable, y si no lo tenemos es porque en Catalunya no vivimos en una democracia. Y yo no tengo ninguna duda de que Catalunya sería un país más próspero, justo y apasionante si fuera independiente.
Lleva muchos años escribiendo, pero en enero del año pasado le concedieron el Premio de la Crítica Serra d'Or por El Navegant y ahora Jo soc aquell que va matar Franco obtiene el Premio Sant Jordi. ¿Está en racha?
Yo escribo.... Tengo dos problemas con respecto a la literatura: escribir y escribir lo mejor posible. Estoy muy agradecido por el Premio Sant Jordi. Muy, muy agradecido. Pero no es mi primer problema. Mi problema real, es escribir lo mejor posible.
¿Qué proyectos de futuro tiene?
No hablo nunca de mis proyectos, hasta que no están acabados. Quiero preservar su energía. Es muy importante conservarla tanto como sea posible, hasta el final... Ni siquiera mi agente sabe lo que hago.