El 11 de julio de 1961, Miquel Martí i Pol escribe al escritor Joan Oliver para pedirle un poema por|para un número dedicado a la poesía de la revista vicense Inquietud. Lo hace lleno de respeto y humiltat, dirigiéndose alguien que, como poeta y con el nombre de pluma de Pere Quart, e intelectual comprometido contra el régimen es todo un referente como para los nuevos escritores jóvenes y antifranquistas. Martí i Pol, de origen humilde y que sigue trabajando en la fábrica, no es uno no nadie. El año 1953 ya ha ganado el Premio Ossa Menor con Paraules al vent, había publicado Quinze poemes y justo acababa de escribir La fàbrica, que no se publicaría hasta unos cuantos años más tarde.
Así se inicia una relación epistolar que después de mes treinta años de trabajos y tribulaciones, consigue llegar a nuestras manos. Te debía una carta, publicado por Eumo Editorial, al cuidado de Roger Canadell, recoge más de treinta años de correspondencia entre dos de los poetas a más queridos, conocidos y leídos de la literatura catalana.
De la admiración a la amistad
Iniciada al principio de los años sesenta bajo el impulso de la admiración y la colaboración de los dos poetas en iniciativas culturales y resistentes –la militancia política al PSUC y el peligro de que fueran localizadas en un registro de la Brigada Político-Social hizo que Martí i Pol destruyera las cartas de Oliver, el año 1971– la relación entre los autores de poemas como Leonor o Coplas de Exilio, que forman parte de aquel selecto grupo de poesías que mucha gente se sabe de corazón, evolucionó en la siguiente década en una relación de amistad.
La relación a través de cartas privadas que no tenían que ver la luz, permite ver detalles personales relevantes. El 17 de abril de 1970, en la misma carta donde Martí i Pol felicita a Oliver por el Premi d'Honor de las Lletres Catalanes que acababa de recibir, el de Roda de Ter confesaba a su corresponsal a los primeros síntomas de la esclerosis múltiple que iría disminuyendo su salud pero no su veta poética, hasta su muerte el año 2003. La relación entre los dos amigos, además, se convirtió también en una relación editorial, ya que Oliver era el director literario de Aymà, donde Martí y Pol publicaba sus libros.
Aquellos, sin embargo, también son años de penas compartidas. Martí y Pol se sincerará confiando a su interlocutor las dificultades que empieza a tener para hablar, por|para beber, para comer, para utilizar las manos y que pronto lo harán abandonar el trabajo a la fábrica, mientras Oliver le confía la depresión que sufre y que lo obligará a renunciar a escribir un prólogo para|por la traducción castellana de una antología de Martí y Pol. A menudo, entre el uno y el otro hará de mensajero y puente entre el uno y el otro el artista Jordi Serrate, autor de los grabados que acompañan la primera edición de La fábrica.
Entre 1973 y 1976 Martí i Pol publicaLa pell del violí, Cinc esgrafiats a la mateixa paret, L'arrel i l'escorça y El llarg viatge, y empieza a ser el poeta popular que llegaría a ser. Oliver le mostraba también también su devoción: "La admiración ha sido producida por vuestro inagotable chorro lírico, por el aliento incansable con que nos contáis vuestra historia no por dolorosa lastimosa, sino vivísima y no atrasada sino siempre presente".
El respeto entre el uno y el otro es máximo. Martí y Pol escribe a Oliver diciendo: "Eres el hombre entero y sincero que vive y ama con una intensidad estremecedora y que, además, conoce profundamente el tejido del nuestro hacer y deshacer poético, o, si quieres, intelectual, con todas las prevenciones de la palabra. Puedes, a veces, parecer (y ser, ¡qué caray!) agresivo; pero nunca se te podrá tildar de pedante o arbitrario. Juegas fuerte y nieto en todo, y eso es una de las cosas que más admiro de ti. Por otra parte, tu actitud está avalada por una obra que proclama la honestidad".
El autor d'Estimada Marta y el de Les decapitacions profundizaron simbólicamente en su relación con el paso del formalísimo "Usted" en que se habían escrito hasta entonces, al familiar "tú" a partir de 1979, coincidiendo con una nueva etapa marcada, como tocaba con los signos de los tiempos, por la aparición en su correspondencia de críticas más contundentes y sarcásticas contra escritor –especialmente los otros poetas, como Estellés, Bartra, Manent o Garcés-, artistas o editores y comentarios de cariz político y social.
Las cartas más polémicas
Es en este sentido que la correspondencia permite repasar uno de los episodios más lastimosos de la historia del mundo editorial catalán de finales del siglo XX, como|cómo es la rotura|ruptura entre Joan Oliver, director literario de Aymà/Proa, y el dueño de la editorial, el empresario perfumista y fundador de Òmnium Cultural Joan Baptista Cendrós. En una carta de diciembre de 1980, Oliver confesaba explicaba la dramática situación de la editorial: "Como era de prever, la tempestad se ha abatido sobre esta santa casa. De tres o cuatro años acá, los errores de la gerencia se han ido multiplicando y han incidido en la crisis general. En Cendrós tiene mucho dinero –más que nunca desde que se vendió a una plurinacional (lo dicen así, verdad?) el negocio de la perfumería– oerpo se ha cansado de perder".
Además, Oliver había descubierto que nunca había sido dado de alta a la Seguridad y a su vejez no tenía derecho ni a jubilación, ni el día de mañana, a dejar una pensión para su viuda. El año siguiente, recuperado de varios problemas respiratorios y de un nuevo episodio depresivo, el poeta de Sabadell da cuenta de una relación cada vez más tirante con Cendrós, que se había comprometido ante notario a resolver la cuestión, mientras se preparaba la publicación de la Antología del poeta de Roda, que durará años y cartas.
Desengañado, Oliver escribía: "Son 18 años de trabajar con un hombre que no siempre ha hecho tantas majaderías como ahora y en algunos periodos ha sido tratable y en ciertos momentos influenciable y todo. Es uno de aquellos individuos que durante la dictadura se pensaban que al defender la lengua (la llenga, como dicen) y la nación, defendían al mismo tiempo la nación. Ahora se los ve el plumero de muchos verstas lejos". Una forma de ser y de hacer, que un hijo de familia obrera trabajando desde los 14 años en la fábrica, tenía bien medido por palmos.
Tampoco faltan una buena dosis de referencias a la política del momento, con encendidos comentarios sarcásticos de Olivo sobre la visita que el presidente Pujol tenía previsto hacer a Martí i Pol, y unos versos del 11 de Septiembre donde dispara con bala contra los "los lameculos de la Moncloa/lacayos amadrileñados", en medio de largos comentarios sobre el concepto de la poesía y la historia y presente del teatro, la otra gran pasión del autor de Vacaciones pagadas. Pero la acritud de estas últimas cartas antes de la muerte de Oliver, el año 1986, hicieron que el mismo Martí i Pol detuviera la publicación de estas cartas que Toni Turull y él mismo habían empezado a trabajar para publicar. Ahora, podemos disfrutar de un testimonio excepcional de amistad, poesía e historia de nuestra literatura.
Seis volúmenes de Miquel Martí i Pol recuperados
18 años después de la muerte de Miquel Martí i Pol, Ediciones 62 acaba de recuperar seis volúmenes de su poesía: L'àmbit de tots els àmbits, con prólogo de Salvador Espriu, Llibre de les solituds, Suite de Parlavà, que inclou Algú que espera, Vint-i-set poemes en tres temps, Cinc esgrafiats a la mateixa paret, i Llibre dels sis sentits, Crònica de demà i Un hivern plàcid. En motivo de la presentación de los poemarios recuperados, el editor Jordi Cornudella asegura que Miquel Martí i Pol "sigue siendo un poeta de gran importancia, por el peso que tiene a nuestra tradición y en plena vigencia, porque sus versos todavía tienen mucho a decirnos".