Seguramente el fútbol femenino no se entendería del mismo modo sin Alexia Putellas. Hace un par de años, todo el mundo creía que este deporte no le interesaba a nadie si quien jugaba eran las mujeres; hoy nadie entendería que los informativos no cubrieran sus partidos. Putellas hizo que las niñas pudieran soñar con ser futbolistas profesionales, liderando a un Barça campeón de Europa que batió por primera vez el récord de asistencia en un partido de fútbol con el Camp Nou lleno contra el Real Madrid. Aquel punto fue el clic para que Joanna Pardos viera que no estaba grabando solo la historia de la futbolista de Mollet, sino la historia de una revolución. El resultado es Alexia: Labor omnia vincit, el documental que el próximo lunes 20 de noviembre competirá en los Emmy International en la categoría de mejor documental deportivo. Hablamos con su directora sobre una grabación que, sin saberlo, acabó filmando el año más importante de la vida de la capitana del club. Para bien y para mal.
¿De dónde nace la idea de esta serie documental?
A mí la idea me llega de una productora vinculada a la agencia de representación de Alexia cuando ellos ya han decidido que quieren hacer su historia. Alexia estaba consiguiendo el mayor hito que había conseguido nunca un deportista, mujer y hombre, porque hacía muchos años que no había una Balón de Oro en el estado español. Además, este es el punto inicial que les hace pensar que están pasando muchas cosas en el mundo del fútbol femenino, y la punta de lanza de todo eso es Alexia. Pero nada podía hacer pensar lo que pasó mientras estábamos grabando. Empezamos con la primera mujer en el estado español que tiene una Balón de Oro y acabamos con la primera mujer en el mundo que tiene dos Balones de Oro. El personaje hizo un crecimiento brutal, además del momento histórico que vivimos.
Ellas están cambiando lo que significa ser mujer, que es lo que tú quieras ser y como tú quieras ser; son referentes brutales más allá del fútbol
¿Cómo vive ella este protagonismo fuera del campo?
Alexia es una persona muy perfeccionista y muy exigente, y lo es en todos los sentidos. Es muy profesional. Confiaba mucho en el equipo y lo puso muy fácil. También tienes que tener en cuenta que estás con una deportista de élite que tiene unos entrenamientos y unas rutinas que no puedes alterar, y eso hace que te tengas que adaptar muchísimo. Al principio nos costó convencerla, porque para ella los entrenamientos, el fútbol y el descanso son sagrados, y estaba todo el día calculando: si yo hago dos horas de una entrevista, es dos horas menos que no estoy descansando o que no estoy entrenando. Ella es jugadora de fútbol y decía que la historia sobre su hazaña la enseña haciendo goles, no documentales. Pero cuando estaba con nosotros, iba a fondo. Hubo todo un proceso de explicarle que se ha convertido en un referente social y que su historia es muy útil para el resto.
¿Faltan más referentes documentales de este tipo?
Hay un vacío enorme y que es escandaloso. Si cogéis las plataformas y hacéis el ejercicio de abrir HBO, Netflix y Amazon Prime, por decir 3 de mainstream, creo que puedes contar con los dedos de una mano los documentales de deportistas mujeres del estado español. Si lo comparamos con los masculinos, es flagrante. Y al final el imaginario social se construye de eso, acabamos construyendo unos relatos que nos hacen como sociedad y que hacen que valoremos —o no— determinadas cosas. Es matemática pura. ¿Si tú tienes 200 versus 1, de que hablará la gente? Tenemos que seguir explicando historias.
Tú también perteneces a un mundo muy masculinizado. ¿En qué soñabas de pequeña?
En estar nominada a un Emmy seguro que no, porque todavía ahora me cuesta de imaginar. Creo que hay cosas que no nos hemos ni planteado porque ni siquiera las soñábamos. Ahora me costaría pensar cuántas cosas no soñé y que con una sociedad más igualitaria igual hubiera podido hacer. Seguramente dirigir también es de estas cosas que no te planteabas porque los equipos siempre estaban dirigidos por hombres, y todavía son los que manejan la pasta. Alexia siempre lo dice y creo que es interesante esta reflexión: "Yo no pensaba ser futbolista profesional porque ni siquiera tienes la frustración de no serlo". Imagínate hasta qué punto tienes interiorizado qué puedes hacer y qué no puedes hacer, que ya ni lo sueñas. Y aquí es el colmo de la desigualdad, en que nuestro cerebro ya ni aspira a las mismas cosas. Creo que ellas están cambiando lo que significa ser mujer, que es lo que tú quieras ser y como tú quieras ser. Son referentes brutales más allá del fútbol, están cambiando la historia de otras mujeres porque ya no ponen límites a lo que tienes derecho a soñar. Al menos en el mundo occidental, porque en el resto del mundo todavía queda mucho trabajo por hacer.
¿Cuándo os enteráis de la nominación?
Fue bastante divertido porque estábamos en una videollamada justamente con uno de los productores ejecutivos de Alexia, hablando de otra cosa que no tenía nada que ver con eso y, de repente, en medio de una reunión con diferentes personas, sale, vuelve a entrar y dice que estamos nominados al Emmy. Un medio se lo filtró. Pensé: espérate un rato hasta que lo veas en algún sitio oficial, porque me parecía tan fuerte que no me lo creía. Estuve como una hora refrescando la pantalla de la página de los Emmy. La primera persona a la que llamé fue a la subdirectora, Magdalena Oliver, con quien trabajamos mano a mano y lo hemos parido juntas. Y después a Alexia. Estaba a una hora de jugar con la selección, y estuvo contenta y muy cómplice con todo el equipo, pero el siguiente mensaje ya fue de "sí, pero ahora tenemos que ganar", porque ella es competitividad.
¿Habéis ido hablando con Alexia estos últimos días?
Sí, y supongo que el día de la gala estará pendiente. No tanto por lo que representa que su documental gane, que es su historia, sino porque se ha generado una complicidad muy bonita con el equipo, y al final hacer documentales todavía es como la rama pobre del cine, y trabajamos con unos niveles a veces de necesidad de recursos que hace que haya mucho desgaste y que nos tengamos que implicar mucho con nuestra vida. Y creo que la Alexia, en este sentido, eso lo ha notado y tiene un espíritu muy colectivo. Se nota que hace un deporte de equipo y no un deporte individual.
¿Partíais con alguna idea concreta?
Yo no había hecho nunca nada de deportes, y tampoco soy seguidora del fútbol. Fui muy clara, y dije que si era para hacer una historia de deporte, no era la persona. Hace mucho tiempo que estoy explicando historias de mujeres que de alguna manera ayudan a romper muros, y me tiré de cabeza. El objetivo de la productora era este. Solo empezar la producción, se plantea desde el Barça el tema de jugar en el Camp Nou e intentar batir el récord de asistencia, y nosotros nos acabábamos de incorporar, todavía no teníamos ni el equipo montado, pero dijimos: esto lo tenemos que grabar. Fue una locura organizar tan rápido un rodaje de estas características, y eso ya fue el clic del documental: no vamos a hacer solo la historia de Alexia, vamos a hacer la historia de una revolución.
No hace falta que lo jures.
Es que este año es un año clave, están pasando muchísimas cosas, y se ha llegado hasta el caso Rubiales. Llevamos un año de hitos constantes que no tocan techo, y espero que no lo toquen al menos hasta 100 años más, porque queda mucho trabajo hasta llegar a una igualdad de oportunidades en el deporte para hombres y para mujeres. Cuando empezamos teníamos este objetivo social. Lo que no imaginábamos es que, además, coincidiría con un año tan revolucionario. Como documentalista es un regalo poder explicar las cosas en el momento que están pasando. El rodaje del día del récord es de los rodajes más emotivos que he vivido, porque además era un día importantísimo para la vida de Alexia, por lo que representaba para su deporte, pero también para su vida personal. Ella es muy, muy, muy culé, y de repente está jugando en aquel campo, y poder estar con ella el día antes, durante todo el día con su familia... tuvimos momentos de muchos nervios, pero también de llorar, de reír y de celebrar después, porque ganaron. Fue un día muy redondo.
Hay una escena donde Alexia pierde la Champions y está realmente destrozada. ¿Os imagináis ver a Messi o a Ronaldo así? Nunca nos dejarían ver esta vulnerabilidad, porque parece que llorar o estar enfadado porque has perdido parece que no ocurre para un superatleta
¿Cómo fue aquel Barça-Madrid en el Camp Nou?
Fue muy, muy, muy emocionante. Éramos diferentes unidades; una acompañaba a Alexia, otra a la familia, y otra unidad estaba en el campo previamente para captar el ambiente. Yo estaba con Alexia, y el equipo que estaba cubriendo el campo me iba enviando vídeos con el móvil diciéndome que alucinaría porque superaba de largo lo que había imaginado que nos aportaría aquella secuencia, porque era una locura. Acompañar-a en la previa, cuando sale de su casa, las horas antes había un punto muy tierno de la niña que ha soñado toda la vida con jugar algún día en el Camp Nou, aquella cosa de cuando los reyes te llevan un regalo cuando eres pequeño y tienes aquella ilusión tan pura. Yo no sé si se la he visto con los Balones de Oro. Es de los días que he visto a Alexia más feliz.
¿Ya veíais entonces que se estaba produciendo un cambio social?
No sé si al nivel que lo estamos reflexionando ahora, pero para mí este partido fue un antes y un después en nuestra visión del equipo, y creo que también socialmente. Incluso el seguimiento de las marcas de todos los de los espónsores que estaban. Creo que ellas, deportivamente, generan estos impactos en estos partidos, pero creo que este proceso durante este año se ha ido acelerando más que los años anteriores. Se ve en los informativos, por ejemplo. Ahora casi veríamos extraño que ellas no salieran, incluso hay una demanda del espectador. Hasta ahora no era y ni nos lo planteábamos.
¿Habéis tenido libertad creativa?
Toda la libertad creativa. Con respecto a Alexia, ella en ningún momento ha interferido en el guion, y la productora también ha confiado en el equipo. La única no libertad es la que impone la realidad. De repente Alexia se lesionó, no lo teníamos planificado, y el documental acaba así. Pero fue otro giro de guion que nos permitió explicar otra parte de Alexia que ni siquiera ella sabía que existía. Creo que allí fue muy valiente, mostró a una persona muy vulnerable, mostró los miedos y mostró las incapacidades que a veces uno tiene que gestionar con aquellas cosas que no espera de la vida, y eso creo que la hace un referente útil. Cuando mostramos referentes que son infalibles, que son héroes, que están tan alejados de lo que nos pasa a las personas, que no sufren o que no tienen incapacidades, son muy poco útiles, porque las personas no somos así. Lo que hace muy rica la historia de Alexia es la generosidad con que se abre. Por ejemplo, hay una escena donde ella pierde la Champions y está realmente destrozada. ¿Os imagináis ver a Messi o a Ronaldo así? Nunca nos dejarían ver esta vulnerabilidad, porque parece que llorar o estar enfadado porque has perdido parece que no ocurre para un superatleta. Y Alexia llora como todo el mundo, y está triste como todo el mundo cuando las cosas no le salen como esperaba.
Hay secuencias que casi parecen ficcionadas, como cuándo el representante habla con Alexia después de lesionarse.
Este caso es de los más espontáneos que hemos rodado en el documental. Estábamos en la productora comiendo con el tupper, y de repente entra Josep (representante de Putellas) en el office, blanco, y nos dice que acaba de pasar una cosa terrible. "Tengo que llamar a Alexia, no me contesta, no me coge el teléfono". Y yo le digo al cámara que vaya a casa a buscar el equipo técnico. En aquel momento no teníamos tarjetas porque las habíamos llevado a volcar, y en dos minutos nos revolucionamos. Suerte que Alexia tardó en coger el teléfono, porque si llega a contestar antes no hubiera llegado a tiempo. Todo lo que pasa a partir de aquel momento es real porque el equipo, además, casi me mata, porque les hice hacer muchas locuras para conseguir rodarlo.
Nadine Kessler, Silvia Neid, Gerard Piqué, Xavi Hernández, Jonatan Giráldez... ¿todos estuvieron predispuestos a hablar en el documental?
Los que aparecen en el documental sí, pero tengo que decir que fue muy difícil encontrar a futbolistas hombres. Y eso lo estamos viendo también ahora con el Mundial. En aquel momento no era un rechazo hacia ellas, no es una cosa intencionada, es un: "no tengo nada que decir de esto" o "no estoy al día de lo que están haciendo", y es una cosa que a mí me sorprende, porque seguramente si les preguntaras por grandes atletas, incluso de otro deporte, como Rafa Nadal, todo el mundo opinaría. Con ellas muchas veces no saben ni qué están haciendo. Espero que si ahora llamáramos, contestaran al teléfono más positivamente, pero nos costó. Y tengo que decir, también en positivo que los que aparecen, fue un sí inmediato. Como Lewandwoski, que en aquel momento no había fichado por el Barça, y es una persona con mucha sensibilidad hacia el deporte femenino por una cuestión familiar; su madre y su hermana son deportistas y fue uno de los más fáciles. Xavi también porque es muy admirador de ellas. Y Piqué fue más difícil por agenda, pero no por voluntad. Pero sí, tuvimos muchos nos. No sé por qué, cuando estás haciendo un tema de género hay una parte de la sociedad que, cuando intentas involucrarlos, no se quieren meter. Pero es que no es una cosa polémica ni que intente ir contra nadie. Estamos explicando una cosa extraordinaria que está haciendo un equipo de mujeres de un deporte que representa que a ti te gusta, y que tendrías que disfrutar viendo que más personas, independientemente de los genitales, se interesan por hacer carrera.
Fue muy difícil encontrar futbolistas hombres que aparecieran en el documental; cuando estás haciendo un tema de género hay una parte de la sociedad que, cuando intentas involucrarlos, no se quieren meter
Ganar el Balón de Oro, perder la final de la Champions o sufrir una lesión, y todo grabado. No debió ser fácil para Alexia.
Creo que eso también hace el documental extraordinario. Hemos grabado el año más bonito y más feo; el que tiene más alegría y más tristeza. Yo creo que Alexia ha tocado el cielo y el infierno en el mismo año, justo cuando lo estábamos rodando, porque si hay un momento menos oportuno en la historia de un deportista para lesionarse con una lesión de estas características, es el año en que ganas tu mayor triunfo. Y eso hace que el documental sea muy rico a nivel de intimidad y trasciende la historia del deporte. Creo que es muy difícil gestionar que hayas tenido un éxito tan grande y, al mismo tiempo, una caída tan grande. Alexia se abre mucho a mostrar eso, y poder explicar y ver esta gestión con un acceso tan directo es una joya.
¿Siempre ha estado dispuesta a querer hablar?
Me gusta que comentes eso porque Alexia es dura. Recuerdo el primer día que hablé con ella; pensé que sufriríamos mucho en este documental, porque estuvo todo el rato con los brazos cruzados, hacia atrás. Cuesta mucho entrar, pero cuando entras es para siempre. Alexia es una persona muy cuidadora, muy próxima y muy leal. Tiene esta cosa de cuidar mucho su entorno, y aunque cuando está mal se cierra mucho, es una persona muy determinada con sus decisiones. Creo que esta profesionalidad, sumada a la complicidad que fuimos cogiendo, hizo que fuera muy corresponsable. Es decir: yo ahora estoy mal, pero sé que vosotros lleváis mucho tiempo trabajando en eso, y me tengo que aguantar.
¿Qué pasará este lunes?
No lo sé. La verdad es que las cuatro propuestas son muy buenas. Os tengo que decir que yo soy muy fan de la candidatura australiana, que es un documental que me gusta mucho, y que creo que tiene muchas opciones. Espero que nosotros también tengamos posibilidades, pero ya se verá. Es un tópico, y me encantaría ganarlo, pero llegar ya es un súper premio. Sea como sea, lo disfrutaremos a tope.