Si bien últimamente ha quedado claro que el gobierno de Pedro Sánchez tiene la voluntad de retirar el cadáver de Franco de su monumental mausoleo, hasta ahora no hay un proyecto claro de qué hacer con el lugar. El ministro de Cultura y Deportes, José Guirao, ha propuesto sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos lo más pronto posible, de forma "limpia, administrativamente y legalmente", y ha sugerido que el espacio sea remusealizado como los campos de concentración nazis, "para que la gente no olvide el horror". Guirao ha propuesto que el Valle de los Caídos se convierta en: "Un lugar donde se intente dar otra visión sobre lo que fue el final de la Guerra Civil y la posguerra". Enseguida, la propuesta de Guirao ha recibido el apoyo de Unidos Podemos; Txema Guijarro, secretario general de esta formación en el Congreso, ha celebrado la idea de convertir el monumento en un "espacio de memoria" democrática. El PNV no está alejado de las posiciones de Guirao, ya que en 2017 ya cursó una demanda en este sentido en la Comisión Constitucional del Senado, que la rechazó. En cambio, Ciudadanos ya ha anunciado que se abstendrá en la votación sobre la retirada de los restos de Franco del Valle de los Caídos.
Una propuesta compartida
La propuesta de Guirao, en realidad, coincide con la de algunos expertos en historia de la Guerra Civil o en memoria histórica, como el historiador Julián Casanova, que ya hace años que propugna esta solución. Muchos especialistas se han pronunciado en varias ocasiones que cerrar o destruir el lugar contribuirá al olvido del franquismo y de sus víctimas, y apuntan que es necesario vincular este espacio a la memoria democrática. El historiador Jordi Guixé, director del Observatorio Europeo de Memorias (EUROM), ha apuntado que encuentra "positiva" la propuesta de Guirao, aunque advierte que "no será fácil" resignificar este espacio. Guixé ha afirmado que "lo que no se puede hacer es continuar como hasta ahora", pero que para cualquier medida será imprescindible contar con decisión política y con recursos. El director de EUROM ha afirmado que por una parte se debe convertir el Valle de los Caídos en un memorial de la dictadura y del nacionalcatolicismo, pero que por otra parte, de forma diferenciada, se debe establecer una comisión que trabaje con los cuerpos allí depositados, "con el máximo respeto y profesionalidad". Por su parte, el arqueólogo Alfredo González Ruibal, un especialista en temas de memoria que ha denunciado en diversas ocasiones que el Valle incumple la Ley de Memoria Histórica, ha valorado muy positivamente la propuesta del ministro, y ha destacado que "es necesario mostrar la cara siniestra del Valle de los Caídos". Ha advertido que no es posible olvidar el esfuerzo de los presos obligados a trabajar en esta obra. González Ruibal propone "deconstruir el paisaje dictatorial" buscando en el valle los espacios usados por los presos y sus familias y haciéndolos visibles. Y pide que haga evidente que el Valle de los Caídos es una fosa de un régimen dictatorial.
¿Es patrimonio o no, el Valle de los Caídos?
Guirao ha abierto otra vía de discusión, al afirmar, a nivel personal, que el Valle de los Caídos no forma parte del patrimonio nacional español, porque patrimonio es lo que el conjunto de una sociedad asume que quiere preservar para las generaciones futuras, y afirma que un monumento de exaltación del franquismo no es un patrimonio cultural de todos los españoles. Pese a todo, cree que al existir ya el lugar, lo mejor que se podría hacer es mantenerlo y usarlo para no olvidar. De hecho, el gobierno español gastó, entre 2012 y 2017, 1,8 millones de euros en mantener la tumba de Franco.
Cadáveres robados
Hasta la muerte de Franco se pensaba que el Valle de los Caídos agrupaba básicamente tumbas de muertos de miembros del ejército rebelde. En los últimos años algunas familias de muertos republicanos han sabido que los cadáveres de sus familiares fueron retirados de sus tumbas y, sin ninguna autorización de la familia, conducidos al Valle de los Caídos. Una sentencia judicial ha avalado el desentierro de un soldado republicano, pero hasta el momento la abadía ha intentado obstruir la apertura del sepulcro.