El catedrático emérito de Historia Contemporánea Josep M. Fradera ha ganado el 50.º Premio Anagrama de Ensayo con una obra que pone el foco en el antiimperialismo y el tráfico de esclavos. Se trata de Antes del antiimperialismo. Genealogía y límites de una tradición humanitaria, un ensayo que estudia los conflictos coloniales e imperialistas de los últimos siglos con el objetivo de identificar en qué momento nacieron los discursos antiimperialistas. Con un estilo minucioso y profundo, el catalán ha sido escogido de entre más de 120 manuscritos originales por un jurado compuesto por Jordi Gracia, Pau Luque, Daniel Rico, Remedios Zafra y la editora Silvia Sesé.
"Soy un historiador clásico, pero me gusta la avanguarda cultural y Anagrama siempre ha estado en eso", ha manifestado el ganador al recibir el premio, quien también se ha definido como un sentimental, marxista y laico. Tras agradecer a la editorial que haya reconocido su trabajo —en un acto que ha contado con la presencia de varios miembros del jurado y del propio editor de Anagrama, Jorge Herralde—, Fradera ha entrado en materia explicando que el suyo "es un libro de historia con preocupaciones actuales, pero considero que las preocupaciones actuales no deben aparecer demasiado". Uno de los hechos que llaman la atención en sus estudios es la visión del ser humano pensado solo para trabajar, teoría base de la esclavitud, y el debate moral que generó para algunos revolucionarios que consideraron que esa visión era una lacra. "Esto es lo que justifica que en el siglo XIX muchos humanitarios entiendan que los imperios pueden ser un factor de moralización, siempre y cuando sean capaces de transformarse a sí mismos", ha puntualizado, convirtiendo la presentación en una clase magistral de historia clásica.
El catedrático también ha aprovechado para identificar sus tesis ensayísticas e históricas con un punto de la actualidad, como la guerra de Ucrania. "Estamos en una guerra. Esta guerra demuestra que los imperios siguen existiendo y siguen proyectando su poder a lo largo del mundo", ha comentado. "El antiimperialismo es la continuidad de la cruzada moral".
Para Daniel Rico, miembro del jurado, "es un libro complejo, de historiador, muy rico, sofisticado y lleno de matices". Se trata de un estudio panorámico que trata las decenas de movimientos de personas, asociaciones y personas que van apareciendo a lo largo del siglo XIX que critican y repudian la esclavitud del hombre, el tráfico y la compraventa de personas y critican el abuso de la violencia en la expropiación de tierras ajenas y el maltrato con criterios raciales. Fradera ha firmado así un ensayo con voluntad histórica y humanitaria, la cúspide de casi toda una vida estudiando sobre el imperialismo y el antiimperialismo, una etapa que empezó en 1999 con el conjunto de ensayos incluidos en Gobernar colonias y que se prolongó en Colonias para después de un imperio (2005) y en las dos versiones de La Nación Imperial. Derechos, representación y ciudadanía en los imperios de Gran Bretaña, Francia, España y Estados Unidos (1750-1918) (2005).
"El libro es una lección de historia", ha concluido Rico. Para él, los dos grandes objetivos del libro son la confirmación que el antiimperialismo explícito del siglo XX no viene de la nada, si no que tiene unas raíces densas y consistentes, y que la corriente humanitaria no buscó la destrucción de los imperios y, por lo tanto, no puede considerarse antiimperialista, sino reformista.
El impacto de un premio nacido en 1973
Inventado por Jorge Herralde en 1973, el editor de Anagrama ha querido recordar que se trata del premio de ensayo más longevo del mundo con 50 años de edad. A su vez, el periodista Jordi Gracia ha querido reivindicar un premio que le ha cambiado la vida personalmente —lo ganó en 2004 y poco después le llamaron directamente de El País para que empezara a escrivir en Babelia— y que ha hecho que vaya cambiando la vida intelectual de la sociedad española. "En 50 años se han premiado muchos autores y libros, pero ha habido dos basculaciones constantes: la captación del momento histórico y, por el otro lado, la incitación a la conversación pública, poner en el escenario del debate público temas que quizás no estaban a la altura de la reflexión y la complejidad". El periodista ha agradecido también a Herralde que no monopolizara este cometido como editor y confiara en otros autores para hacerlo a través de un gran catálogo, haciendo énfasis en su enorme "rasgo de generosidad e inteligencia".
Más de 120 obras originales
Si el año pasado la editorial liderada por Jorge Herralde recibió 150 originales, esta edición las propuestas han sido algunas menos: concretamente, 124 originales —procedentes de trece países distintos—, y de todos ellos, solo ocho manuscritos han pasado a la deliberación final de la 50ª celebración de este reconocimiento literario. El premio está dotado con 10.000 euros y se convoca con carácter anual. El año pasado, el ganador fue Enrique Díaz Álvarez con La palabra que aparece, un ensayo sobre el testimonio como acto de supervivencia.