Josep Maria Jujol es uno de los grandes arquitectos de la Catalunya del siglo XX, aunque su figura a menudo se ha visto eclipsada ante el genio de Gaudí. Sant Joan Despí, un municipio que acoge numerosas obras del arquitecto modernista, ha querido conmemorar el 140º aniversario de su nacimiento proclamando el Año Jujol140. Se quiere, así, rescatar la figura de un arquitecto que se considera insuficientemente reconocido.
Any Jujol
El Año Jujol se ha iniciado este mes de junio y se prolongará hasta septiembre de 2019, cuando se cumplen 140 años de su nacimiento. El centro de las celebraciones se encontrará en Sant Joan Despí, donde Jujol hizo obras tan destacadas como Can Negre, la Casa Serra-Xaus, o la Torre de la Creu, pero también se han vinculado a ella otros municipios catalanes, como Tarragona, lugar de nacimiento del arquitecto y donde construyó el Teatro Metropol; Pallareses, donde se encuentran la Casa Andreu Fortuny y la Casa Bofarull, una original masía reformada por él; Montferri, donde Jujol hizo la ermita de la Virgen de Montserrat; y Vistabella, donde se encuentra la original iglesia del Sagrado Corazón. Dentro del Año Jujol se espera la celebración de un gran congreso académico sobre el arquitecto, pero, sobre todo, se quiere implicar a la ciudadanía en el conocimiento de su obra y se quiere contribuir al impulso del turismo y el comercio local.
Un arquitecto excepcional
Josep Maria Jujol (Tarragona, 1879 - Barcelona, 1949) fue arquitecto municipal de Sant Joan Despí, además de catedrático de la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Aunque había nacido en Tarragona, cuando era niño se fue a vivir a Gràcia. Estudió en la Escuela de Arquitectura de Barcelona entre 1901-1906, en los tiempos que esta institución estaba dirigida por Domènech i Montaner, aunque su gran maestro fue Antoni Maria Gallissà, quien le influyó mucho. Desde muy joven recibió la influencia de Gaudí, con quien colaboraría en La Pedrera, la Casa Batlló y el Parc Güell. Siempre estaría estrechamente vinculado a la Escuela de Arquitectura.
Artista total
Jujol fue un hombre que se sumó al modernismo y que en sus obras recurrió a los vitrales, al trencadís, al esgrafiado, a la escultura... Muchas de las decoraciones de sus construcciones fueron diseñadas por él mismo: desde luces hasta ascensores. Hay quien lo ha calificado de artista total, por su capacidad de participar en obras de muchos tipos: pintaba, diseñaba muebles, hacía imágenes religiosas... Era un hombre de una gran originalidad, pero que acostumbraba a trabajar con materiales muy sencillos.
Jujol en Sant Joan Despí
Ya cuando era joven, Jujol trabajó en Sant Joan Despí. Su tía en 1913 le encargó la Torre de la Creu. A partir de aquí le llovería los encargos en la zona, como la remodelación de la masía de Can Negre o la decoración de la Torre Rovira. También construyó una bonita Torre, la Torre Passani, que actualmente se ha convertido en un jardín de infancia. Y en la calle Verdaguer se conserva la Torre Jujol, donde el arquitecto pasó la guerra civil. Jujol también trabajó en otros municipios del Baix Llobregat, e hizo obras como la Casa Camprubí, de Cornellà de Llobregat.
El Jujol más barcelonés
Jujol colaboró en numerosas obras arquitectónicas barcelonesas. Sin duda, mucha gente habrá visto obras suyas sin identificar al autor. Por ejemplo: fue el responsable del diseño de la forja de los balcones de la Pedrera. También fue el responsable del recubrimiento cerámico multicolor de la Casa Batlló, de Gaudí. Su gusto por los colores vivos también es visible en el banco ondulante de la plaza del Parc Güell y en las decoraciones de cerámica de la sala hipóstila. Entre sus edificios más emblemáticos podemos encontrar la Casa Planells (en Diagonal con Sicília). También fue el diseñador de los muebles y las vidrieras de la biblioteca del Ateneu Barcelonès. Pero tiene joyas preciosas muy escondidas, como el lujoso ascensor de la casa Iglesias, en la calle Mallorca.