Josep Vicenç Mestre (Òdena, 1990) es politólogo e historiador, además de doctor en Historia y en Discurso Oral por la UPF. A pesar de su juventud, aporta una larga carrera profesional en el Govern de Catalunya. Ha sido asesor en Acción Institucional del vicepresidente Jordi Puigneró; jefe de gabinete del conseller de Economía e Hisenda Jaume Giró; jefe de Relaciones Institucionales del conseller de Empresa i Conexiement Ramon Tremosa; asesor en comunicación de la Presidència del Parlament con la presidenta Laura Borràs y jefe de gabinete de vicepresidencia primera del Parlament con el vicepresidente Josep Costa. Actualmente es profesor asociado de Oratoria en la UPF. También es autor de Nació i Estat y Paraules de President, que publica Editorial Afers; ambos títiulos forman part de una vasta tesis doctoral que consiguió el Premio a la Mejor Tesis Doctoral en catalán por la Pompeu Fabra.

Entrevista historiador Josep Vicenç Maestros / Foto: Carlos Baglietto
Foto: Carlos Baglietto

La sociedad catalana actual tiene la idea que vivimos inmersos en el día de la marmota. Es decir, que desde la época de la formulación del catalanismo político, a finales del siglo XIX, pasando por la Mancomunitat, la Generalitat republicana, la restauración del autogobierno y el procés independentista, vivimos sobre una especie de carrusel donde vivimos la repetición de unos mismos errores.
Yo diría que no se repite la historia; aunque como decía Mark Twain, la historia a veces rima y resuena. Los catalanes y las catalanas tendemos a pensar que el octubre de 2017 se parece al octubre de 1934. O que la proclamación de la República de 1931 era aquello a lo que se aspiraba en 2017. Es evidente que hay paralelismos y que hay cosas que podemos pensar que se parecen, pero tengo que deciros que a partir de 2015 en Catalunya hay un fenómeno absolutamente nuevo, que es que el grosor del catalanismo político pasa de ser federalista o confederalista a independentista.

En tus trabajos hablas de cuatro figuras que son fundamentales en la historia contemporánea de Catalunya. Prat de la Riba, Puig i Cadafalch, presidentes de la Mancomunitat; y Francesc Macià y Lluís Companys, presidents de la Generalitat Republicana. Si te parece, vamos a desbrozar un poco estas figuras. ¿Quién es Prat de la Riba y cuál es su idea de Catalunya?
Prat de la Riba es un joven viejo, un ideólogo, un pensador de los ideales y un amalgamador de varias corrientes políticas ideológicas de su momento. Por ejemplo, coge la teoría de Valentí Almirall, progresista y particularista, y la teoría más reaccionaria y ruralista de Torras i Bages, y las mezcla.

¿Y cuál es su objetivo político?
Prat de la Riba quería gente catalana que gobernara y tomara decisiones sobre lo que tenía que pasar en las cuatro demarcaciones. Y quería conseguir la máxima soberanía posible para Catalunya sin desagregarla del Estado español.


¿Y cómo articula esta vinculación en su ideario?
La idea de Prat de la Riba ya era la Europa de las autonomías y lo que busca es que Catalunya lidere el progreso de todo el Estado español y entiende un Estado compuesto. De hecho, él proyecta aquello que en términos actuales llamaríamos una especie de confederalismo, es decir, un Estado independiente pero que tire del resto del Estado español. Ahora bien, aunque esto los historiadores no podemos hacerlo —el presentismo, quiero decir—, sí que podemos apuntar que, en la actualidad, Prat de la Riba muy probablemente sería independentista.

Hablemos de otra figura: Puig i Cadafalch, sucesor de Prat de la Riba en la presidencia de la Mancomunitat.
La mentalidad de Puig i Cadafalch era que si Catalunya no podía conseguir la autonomía tramitándola a través de las Cortes españolas, había que constituirla de facto. No olvidemos que Cambó, en 1919, había fracasado en la tramitación de una autonomía. En 1923, Primo de Rivera, que era capitán general de Catalunya, le dice a Puig i Cadafalch: "yo seré dictador, o si queréis primer ministro, depende de cómo lo entendamos, y a cambio del apoyo de la Lliga Regionalista, concederé a Catalunya una autonomía real"; que era el objetivo de la Mancomunitat desde Prat de la Riba.

En la actualidad, Prat de la Riba muy probablemente sería independentista

¿Esto qué dice de Puig i Cadafalch, era un estratega o un ingenuo?
Puig i Cadafalch es un político de su tiempo. Y la España de aquel tiempo avanzaba a golpe de decreto. En la España del siglo XIX y principio del XX solo había un cambio de gobierno por un "pronunciamento militar" o por un decreto-ley. La misma Mancomunitat había sido constituida después de que el primer ministro Eduardo Dato firmara el decreto-ley que autorizaba su creación. Por investigaciones recientes sabemos que, cuando se produce el golpe de Estado de 1923, el de Primo de Rivera, el decreto-ley que tenía que constituir la autonomía catalana ya estaba redactado y solo faltaba la firma del primer ministro, en este caso Primo de Rivera, que estaba de acuerdo en regionalizar Catalunya. Eso explicaría por qué Puig i Cadafalch dio apoyo al golpe de Estado de Primo de Rivera. Puig i Cadafalch pensaba "bueno, tendremos un dictador, pero es el mal menor para tener la Catalunya autónoma de verdad".

Hablemos de una tercera figura que no fue president pero que tuvo un papel muy relevante y, a la vez, muy controvertido en la escena política catalana de los años 20 y 30. Cambó es el autor de la cita: "¿Monarquía? ¿República? ¡Catalunya!". ¿Quién es Cambó y qué papel juega en aquel escenario?
En la dirección de la Lliga Regionalista y de la Mancomunitat había un triunvirato formado por Prat de la Riba —el ideólogo—. Y después están los estrategas, que son Puig i Cadafalch, responsable de la "Catalunya hacia dentro", y Cambó, responsable de la "Catalunya hacia fuera". Puig i Cadafalch es el responsable de nacionalizar Catalunya, y Cambó, de regionalizar España.

Entrevista historiador Josep Vicenç Maestros / Foto: Carlos Baglietto
Foto: Carlos Baglietto

¿Crees que la coalición Convergència i Unió se inspiró en el triunvirato de la Lliga Regionalista?
Sin duda. Una de las cosas que tiene el libro Paraules de president es que tiene seis prólogos de los seis expresidents vivos y con salud en la Generalitat. Y uno de ellos, el president Pujol, justamente hace referencia a su inspirador. Él se siente discípulo de Prat de la Riba. No es extraño que en sus discursos haya frases que se parecen mucho, también, a las de Prat de la Riba. De hecho, no es el único de los presidents actuales contemporáneos que beben de aquellas palabras. Por ejemplo, cuando Artur Mas habla de las estructuras de Estado también se inspira en Prat de la Riba, que es el primero que habla de ello a finales del siglo XIX y principios del XX.

Jordi Pujol estaría en medio de Prat de la Riba y Puig i Cadafalch

¿Quién es quién, o quién se inspira en quién, en este escenario contemporáneo?
Si queremos hacer un símil, diríamos que Cambó estaría entre Roca Junyent y Duran i Lleida, para entendernos. Y, en cambio, Jordi Pujol estaría en medio de Prat de la Riba y Puig i Cadafalch. Evidentemente sin cometer los errores de Puig i Cadafalch, pero sería el Prat de la Riba ideólogo y pragmático que consigue gobernar Catalunya durante 23 años.

Pasemos a otra figura que has estudiado ampliamente en tu trabajo: Francesc Macià. El Avi es el gran político de la Catalunya del siglo XX o su talla está sobredimensionada?
Para mí el político de la historia de Catalunya del siglo XX se llama Jordi Pujol, porque Jordi Pujol bebe tanto de Macià, como de Companys, Prat de la Riba o Puig i Cadafalch. Y a partir de aquí, hace su proyecto. También podemos decir que si Macià hubiera venido después de Pujol, quizás diríamos que Macià es el gran político de la Catalunya del siglo XX.


¿Quién es Macià? ¿De dónde viene y por qué su obra resulta tan trascendente?
Macià venía del regionalismo, de Solidaritat Catalana. Pero Macià se convierte en una figura trascendente porque es el primer político catalán independentista. En noviembre de 1918, mientras gobierna la Mancomunitat y se estaba preparando la tramitación en las Cortes españolas del proyecto de Estatut de 1919, Macià construye el primer discurso independentista. Y lo pronuncia en las Cortes españolas —el actual Congreso de los Diputados—. Él se manifiesta abiertamente independentista y unos días después, desde el balcón de la Generalitat —entonces de la Mancomunitat—, pronuncia un discurso curioso porque, en aquel momento, él era un simple diputado. Mientras Puig i Cadafalch hace una campaña a favor de la autonomía de Catalunya, Macià entra a hombros de sus seguidores en el Palau, interrumpe el acto de Puig i Cadafalch y dice que la autonomía no sirve para nada y que tenemos que ser independentistas.

Años más tarde, en 1931, después del triunfo electoral de los partidos republicanos, Macià vuelve al balcón de Palau y proclama la República catalana dentro de la federación de repúblicas ibéricas. ¿Qué proclamó, exactamente, Macià?
Déjame explicarlo desde el inicio. Es decir, desde la noche anterior, el día 13, que es el día siguiente de las elecciones y cuando el recuento de votos parece que da la victoria a los partidos republicanos. En aquel momento se reúne la cúpula de Esquerra Republicana en un bar en el sótano del Hotel Colón, el actual Apple, en plaza Catalunya. Pues allí se reúnen los dirigentes del partido y deciden que enviarán a Lluís Companys a Madrid para saber qué es lo que pasa. Es decir, si se proclama la república en España o no, de acuerdo con el pacto de San Sebastián que habían subscrito los partidos republicanos el verano anterior. Aquella noche Macià se va al cine con la familia, y eso quiere decir que, aunque nadie sabe lo que pasará al día siguiente, se va al cine y allí lo aplauden y lo aclaman. De manera que el día 13 todo el mundo se va a dormir tranquilo. El día 14 por la mañana empieza el día con naturalidad, hasta que hacia media mañana Lluís Companys y sus correligionarios más próximos dicen: "todo el mundo está celebrando la república, pero no ha pasado nada".

Macià y Companys tuvieron una formidable discusión en las Casas Consistoriales

¿Y Companys proclama la República?
Companys y sus correligionarios se van a las Casas Consistoriales y desde el balcón del edificio proclaman la República. Y ya está. Lo único que hace Lluís Companys es cambiar de régimen, no cambiar de Estado. No proclama la independencia, cambia de régimen; es decir, de una monarquía a una república.

... ¿y Macià?
Eso pasa a las 13.35 h del mediodía del 14 de abril de 1931. Macià se entera y dice: "esto no puede ser, se ha hecho sin que yo, que soy el líder de Esquerra Republicana, esté enterado". En aquel contexto, la posición de Macià no es la mejor, porque si bien es el presidente de Esquerra Republicana, este partido había sido fundado un mes y pico antes. Y en aquellas elecciones, Macià no fue en las listas. No era, ni siquiera, un concejal electo.

¿Pero sabemos que hay una importante discusión entre Macià y Companys que pone de relieve las dos almas del partido?
Efectivamente. Macià y Companys tienen una formidable discusión en las Casas Consistoriales. Companys había salido al balcón del edificio y había desplegado una bandera republicana, y había hecho sonar la Marsellesa. Francesc Macià atraviesa la plaza, sube al balcón del Palau —entonces de la Mancomunitat— y proclama una cosa diferente. Proclama el Estado catalán.

Entrevista historiador Josep Vicenç Maestros / Foto: Carlos Baglietto
Foto: Carlos Baglietto

...¿Y qué pasa, entonces?
El hecho es que pensamos que aquel día solo hay una proclamación. Y en realidad hubo cinco. Una de Lluís Companys y cuatro de Francesc Macià. Y con todo eso se demuestra que había una gran improvisación, porque primero proclama un Estado confederal, después hace un poquito de marcha atrás y se convierte en una federación, entonces a media tarde lo vuelve a ampliar y es una confederación; pero podría ser un federalismo simétrico. Y finalmente se decidió a proclamar la República Catalana como Estado integrado de la Federación Ibérica, una federación ibérica que todavía no se ha creado. Aquí es donde, entre Nació i Estat i Paraules de President debatimos estos matices, estas palabras que las tenemos que interpretar en aquel contexto.

¿En qué quedaron las proclamas de Macià?
Tres días después, tres ministros del gobierno provisional vienen a Barcelona y convencen a Francesc Macià de que ha ido demasiado lejos y que quizás tenemos que llegar simplemente a un Estado autonómico. Y, por lo tanto, Macià acepta rebajar su confederación para llegar a un federalismo asimétrico. La República Catalana disminuye a Generalitat Republicana, y explica la hija de Macià que es el día más triste de la vida del avi. Y eso se explica con una anécdota muy curiosa. Una de las peculiaridades de Macià como político es que para él era muy importante su imagen. Y aquel 17 de abril de 1931 es la única vez que su hija le recuerda una mancha en la camisa. Y eso demuestra su estado emocional totalmente decaído porque no había conseguido sus objetivos políticos.

La República Catalana disminuye a Generalitat Republicana, y explica la hija de Macià que es el día más triste de la vida del avi

¿Por qué no lo consiguió?
Porque no tenía el poder suficiente. En aquel momento, en Esquerra Republicana pasaba exactamente lo mismo que hoy. Había muchas facciones. No pensemos en Esquerra Republicana como un partido unívoco, sino, de hecho, como pasa en nuestros días también, con muchas corrientes, algunas de las cuales son contrarias, que quieren ir juntas pero que no se acaban de aclarar. Había unas corrientes plenamente independentistas, había otras que eran únicamente obreristas y otras que eran federalistas. Por ejemplo, Lluís Companys era catalanista, pero sobre todo era federalista, sobre todo era obrerista; y no era independentista.

Para acabar: en octubre de 1934, Companys proclama el Estat català dentro de la República federal española. ¿Qué objetivo político perseguía?
En aquel momento, con la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno central, la República vive un momento de posible involución. Companys, en palabras de Azaña —que más tarde sería presidente del gobierno—, persigue convertir Catalunya en el baluarte de la República Española. Incluso aspira a trasladar el gobierno de la República a Barcelona. Y sabemos seguro, a través de una investigación reciente, que Azaña tenía conocimiento de esto. Por lo tanto, había connivencia con ciertos cenáculos de poder de Madrid, y en consecuencia no podemos hablar de declaración de independencia. Buscaba una república española federal. Eso es lo que buscaba. Estaba proponiendo un cambio de la arquitectura de la república hacia un modelo federal, porque la república hasta aquel momento es una república unitaria con un solo territorio autónomo: Catalunya.