"En Catalunya hablamos mucho de la tierra, pero no miramos nunca al cielo", suelta Juana Dolores (1992) hablando del Rèquiem català que ha escrito por encargo del músico Marc Migó. La frase expresa un gusto por aquello místico, un rasgo que le ha ido de maravilla para trufar de imaginería pagana - "nacional y popular" - esta singular e inédita misa de muertos dedicada a Catalunya. I si una nació desfilant per una catifa vermella (Ediciones Poncianes) no llora ningún muerto sino que invoca la nación catalana, y al mismo tiempo la interpreta. ¿Cómo? Como una mujer herida pero "glamurosa". "¿Qué pasaría si una nación no solo fuera la Catalunya oprimida, si desfilara y posara como una 'celebrity'?", plantea la creadora de este "artefacto artístico y político" transgresor.

¿Qué pasaría si una nación no solo fuera la Catalunya oprimida, si desfilara y posara como una 'celebrity'?

Juana Dolores recibió con interés la propuesta de Marc Migó para que escribiera un "réquiem catalán", es decir, una misa de difuntos en clave nacional en la tradición de réquiems nacionales, como el alemán, de Johannes Brahms. La actriz y poeta estuvo "encantada", explica, dado su interés previo por la literatura mística, la iconografía religiosa e incluso por la Biblia, "un libro popular con una fuerza literaria muy potente". Como réquiem nacional, la pieza tenía que abordar temas clave de la realidad catalana. Y así lo hace 'I si una nación desfilando por|para una alfombra roja', aunque de una forma nada convencional. Dolores invoca Catalunya y al mismo tiempo la evoca de manera teatral, personalizándola en la figura de una mujer. Una mujer "herida" ("no obvio el contexto social y político de mi país", señala), pero también "maravillosa, bonita, mágica, bella". La belleza, de nuevo, como propósito innegociable en la obra de Dolores.

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La escritora y actriz Juana Dolores publica Rèquiem català. I si una nació desfila per una catifa vermella / Foto: Pau Cortina / ACN

No quería que fuera una cosa tartamuda, procesista o pesada. Siempre he pensado que se puede hablar de Catalunya, de mi país, desde una posición glamurosa

"No quería que fuera una cosa tartamuda, procesista o pesada. Siempre he pensado que se puede hablar de Catalunya, de mi país, desde una posición glamurosa", argumenta ella, más interesada en "hablar así de la nación catalana que simplemente como una tierra oprimida". Y como artista, remacha, la tarea es ir de aquello particular a lo universal, estetizándolo" y dándole forma. "Es hacerlo atemporal, y qué hay de más atemporal que una mujer o una nación heridas?".

Un libro pop catalán

Juana Dolores introduce en esta invocación de Catalunya toda una "imaginería popular" del país, "no solo la Moreneta, también el amor por las clases populares, la imaginería de la magia". Porque, dice, también puede haber "celebrities catalanas en Catalunya, por mucho que sean diferentes o súper desconocidas; quiero exaltar aquello nacional ligado a las clases populares", remacha.

Quiero exaltar aquello nacional ligado a las clases populares

Uno de los rasgos que pueden sorprender del libro es la convivencia entre esta apuesta formal y estética por la personificación de Catalunya en una mujer que se reivindica "glamurosa", y al mismo tiempo la expresión de contenido histórico o del contexto de los últimos años. "Ha sido lo más difícil, no obviar lo que ha pasado, porque han pasado muchas cosas en el ámbito nacional e identitario, y no quería hacer ver como si aquí no hubiera pasado nada", admite Dolores al respecto. Aun así, la autora pone en valor que el resultado pueda resultar "ambiguo", en cuanto a su aproximación. "Me parecía interesante que cualquier catalán, sea 'indepe' o no, se lo pueda sentir suyo. Porque aquello nacional no es solo la gente que se ha metido en la cabeza que Catalunya tiene que ser un estado, son muchas cosas".

Y así se entiende un poco más la frase que mujer nombre a su réquiem, I si una nació desfilant per una catifa vermella. "La alfombra roja es el socialismo", aclara con una sonrisa. "Pero, qué pasaría si desfilara no solo como una Catalunya oprimida y maltratada - por un Estado que todo el mundo sabe que es heredero del Franquismo-, qué pasaría si posara, y se exhibiera, como si fuera una 'celebrity'? ¿Qué pasaría si alguien imaginara Catalunya desde otra perspectiva?", se pide insistiendo en la necesidad de "empezar a reconocer muchas catalanidades diferentes". Es, también, su invitación a imaginar un país menos "victimista y llorica" y más orgulloso. Una Catalunya "imaginada", reconoce, pero "que es al mismo tiempo la de mucha gente".