Para muchos es la Vane del Versió, para otros la Reguant del Polònia, pero cuando la tildan de actriz, de buenas a primeras, dice que no se siente nada identificada. "Cuando me dicen: 'Judit Martín, actriz', pienso: ¿de quién están hablando?", exclama sonriendo la humorista de 45 años de L'Hospitalet de Llobregat, que encontramos encima del escenario con Not talent, un espectáculo basado en la improvisación que interpreta el primer viernes de cada mes en el Teatre Poliorama de Barcelona. Pero no solo la podemos disfrutar desde platea, sino que también la podemos ver en el Polònia y en el Està passant de TV3, escuchar a través de las ondas del Versió de RAC 1 o con El nou paradigma, el nuevo podcast que presenta con la periodista Natza Farré.

Próxima y afable, desayunando en un bar de al lado del teatro de la Rambla en el que actúa, Martín nos explica que improvisando es donde se siente más a gusto. "Me chifla muchísimo", remarca. Y así lo demuestra con la reacción y el gran éxito de público y de crítica que la acompaña. "Eso de repetir cada vez lo mismo, no lo soporto". La humorista defiende a todas aquellas personas que se dedican a improvisar y que, a menudo, no se sienten lo suficiente reconocidas dentro del sector cuando se abren los focos y se encuentran delante de un público que concentra todas las miradas sobre ellos. "¿Quieres que te comente algunas de las preguntas que te haré cuando grabemos en el Poliorama?", le digo mientras se acaba el café con leche. "¡No, no te preocupes, que sino me lo prepararé!", exclama sonriente mientras nos levantamos de la mesa donde hemos empezado parte de la entrevista. De camino hacia el teatro, reflexiona sobre el oficio y nos confiesa que también podría hacer papeles dramáticos. "Hay esta cosa que el drama está mejor considerado que la comedia y parece que hasta que un cómico no hace un papel serio, la gente no lo valora lo suficiente".

Llegamos al Poliorama. Se está preparando la escenografía de otra función. Subimos al escenario, lo preparamos todo y empezamos a grabar con una platea vacía de fondo.


Con 'Not talent' llevas tres sesiones y todas ellas con 'sold out', ¡enhorabuena! Estáis triunfando junto con Emma Bassas, que te acompaña en el escenario y se encarga de la parte más técnica. ¿Cómo se lleva este éxito?
[Sonríe] Inesperado total. Empezamos pensando en programar una sesión para ver qué pasaría; programamos una segunda, que se llenó enseguida después del estreno y, ¡osti pedrín! Lo queríamos probar y si no funcionaba, pensamos que ya iríamos a una sala más pequeña, pero la cosa parece que va bien. De todas formas, hacerlo una vez al mes ya me gusta, así tengo tiempo para digerirlo y porque estoy con mil cosas más. Si asumo de nuevas, acabaré muerta. Prefiero ir haciendo poco a poco e ir llenando, que muchas sesiones pero a medio gas.

Con este 'Not talent' planteas al espectador 10 claves para triunfar en la vida como artista. ¿Son 10 claves que tienen más de verdad o de mentira?
Tienen mucha verdad. Evidentemente, está subido de tono, es como una parodia, pero las 10 claves parten de 10 verdades.

Hay una ―solo diremos una― que dices que para triunfar como artista tienes que ser un buen vendedor de humo. ¿Judit Martín es una buena vendedora de humo?
No, nada. Para nada [ríe]. Este es mi problema, que nunca he querido pasar por aquí y creo que es muy clave. Mucha gente que triunfa precisamente lo hace gracias a eso, porque sabe vender. También es un tópico, "para vivir como artista te tienes que saber vender, lo de menos es el talento". ¡Pero es que es así!

'Not talent' es un espectáculo en el que la improvisación tiene un papel muy importante. ¿Hay alguna forma para prepararte o es salir a ver qué te encuentras?
La fórmula para improvisar es que llevo 20 años improvisando. Hay unas técnicas de improvisación y muchas maneras de improvisar. Con este espectáculo utilizo todas las herramientas de improvisación que conozco, que es improvisar para construir una historia e improvisar a partir de un personaje, las dos las utilizo. Pero sobre todo, aparte de la técnica, es llevar muchas horas de vuelo, eso es lo que me da la confianza para decir: "bueno, aunque hoy la cague o la cague un poco, ya saldrá algo en lo que agarrarme" y, en fin, es dejarse ir.

Te vemos en la televisión, te escuchamos en la radio, ahora en el teatro... ¿Cómo consigues desconectar con tantos papeles y con tantos medios diferentes donde estás a la vez?
A veces me pasa que me ha costado desprenderme de personajes, como la Vane del Versió, que muchas veces me sale sin querer. Hay personajes que son muy fuertes y que me cuestan dejarlos de lado. Pero para mí, cada espacio es un juego diferente. Hoy jugaré en el Not talent, hoy en el Está passant, donde tengo una ruleta y cada día hago a un personaje diferente improvisado al 100%. Hoy iré a jugar al Versió... Para mí son como juegos de mesa.

En el juego de la televisión, muchos seguro que te reconocen por la imitación que haces de Eulàlia Reguant en el 'Polonia'. ¿Sabes si le gusta la caricatura que le haces?
¿Sabes qué me pasó? Iba a un bar habitualmente a desayunar cada día y el camarero, después de un tiempo, me dijo: "Perdona, me acabo de dar cuenta de que no eres Eulàlia Reguant". ¿Cómo? ¡Tenía una confusión brutal entre el personaje y la persona! Con Eulàlia nos conocemos y pienso que no tiene que gustar mucho que te imiten... ¡A mí no me gustaría nada! [Ríe]. Pero si te imitan, no queda otra que aceptarlo deportivamente como se puede.

Judit Martin y Guillem Maneja

Apuntas que muchos hombres humoristas lo han tenido más fácil por el solo hecho de ser hombres. ¿Qué papel consideras que tiene todavía a día de hoy la mujer en el mundo del humor o del espectáculo?
Solamente hay que mirar la cartelera. Ve a Atrápalo o a cualquier plataforma que se vendan entradas. Se habla mucho del humor de las mujeres, que si cada vez somos más, de la calidad, de Estirando el chicle, las Deforme Semanal, y es cierto que cada vez hay más, pero mirando la programación de cualquier festival de humor, mira quién hay. Realmente somos muy pocas y todavía nos queda muchísimo, pero mucho por hacer. Vamos por el camino, como se dice siempre, pero a veces me desespera. ¡Miro Atrápalo y, ostras, la mayoría son hombres!

Un camino que ahora los podcasts os ayudan un poco...
Sí, pero porque la mayoría han empezado con presupuesto cero. Ha sido a base de tener éxito que se han interesado las productoras y han invertido, pero realmente apostar, ni por Estirando el chicle ni por Deforme Semanal, nada. Empiezas de cero.

... Lo quería enlazar precisamente con 'El nou paradigma', este nuevo podcast que habéis empezado a hacer con Natza Farré y que queremos saber cuál es.
¡Ya lo he visto, bien traído, bien traído! [Ríe]. Se trata precisamente de eso, de plantear qué nuevo paradigma tenemos que presentar nosotras, que somos dos mujeres de casi 50 años que hacemos humor, como que estamos fuera del mercado absolutamente. Pero nos apetecía hacerlo y aquí estamos. No queríamos hacer nada revolucionario y, precisamente, es como hacer este juego de decir: no venimos a decir nada de nuevo, haremos un humor que es el que nos gusta, de la forma que sabemos hacer y ya está. Quizás no aportaremos nada, pero es lo que nos apetece hacer y lo hacemos.

Tiraré de tópico: consideras que se puede hacer humor de todo?
Sí, poder se puede. Ahora, asume las consecuencias. Todo el mundo es libre. El humor es hacer lo que te da la gana; ahora, en el momento en que alguien te está pagando para hacer aquello... Otra cosa es que tú lo hagas por cuenta propia, como con El nou paradigma, que nadie me está pagando y puedo hacer lo que quiero, faltaría más. Y estoy totalmente en contra que se pueda juzgar a alguien por un chiste, lo encuentro totalmente fuera de lugar. Los límites del humor lo pones tú como humorista. Personalmente, hay muchas cosas de las que podría hacer humor, pero no me interesan.

A pesar del éxito que reúnes con todos los proyectos donde estás involucrada, con este 'Not talent' no quieres 'feedbacks', dices que no te gustan...
Me parece que el feedback está sobrevalorado. Cuando es un buen feedback, lo cojo; pero sí que tienes que saber muy bien quién te lo da. Este retorno muchas veces la gente te lo da sin que lo hayas pedido, y no solo en los aspectos artísticos de la vida, sino a veces aquello de ¿sabes qué es lo que a ti te pasa?, ¿sabes cuál es tu problema?, este análisis cuando no se pide. Si lo preguntas, adelante, pero si tú no lo has pedido, no me lo des. El feedback lo tienes que pedir antes de darlo.

¡Judit, por muchos logros más!
[Suspira y sonríe] Ojalá, ojalá, daremos besos a esta sala que me está trayendo mucha suerte.

Muchas gracias.
¡A vosotros!