Màrius Serra se embarcó en una aventura poco común: versionar Tirant lo blanc de Joanot Martorell en catalán actual, una estrategia que los ingleses hacen constantemente con su patrimonio literario. Ahora este proyecto llega al teatro y se puede ver en el Teatro Romea hasta el 4 de agosto con dirección de Joan Arqué, una monumental escenografía de Judit Colomer y con ocho intérpretes: Quim Àvila, Laura Aubert, Moha Amazian, Neus Ballbé, Clara Mingueza, Ireneu Tranis, Agnès Jabbour y Judit Neddermann, que interpreta la banda sonora de la pieza en directo. Hablamos con la cantante, que pronto acaba la gira de su último disco, LAR.
Después de Canto yo y la montaña baila ahora te has sumado a Tirant lo blanc.
Joan Arqué me llamó para proponérmelo y, además, me pidió estar en escena. Pensé que eso era nuevo y podía ser muy interesante. Entraba en un terreno que desconozco, porque realmente no sabía qué es hacer función cada día, y he aprendido como lo viven los actores, como se concentran y como preparan el texto. El periodo de ensayos en teatro es larguísimo comparado con los que hacemos música, porque hemos estado prácticamente dos meses ensayando seis días a la semana, seis horas al día; y eso es una cosa que los músicos, si no estamos en una sinfónica o en una producción de teatro musical, no lo acostumbramos a hacer.
Has tenido que componer las piezas. ¿Cómo ha sido el proceso?
Estoy muy contenta. Tengo la sensación que me tengo que poner las pilas en muchas cosas, porque lo estoy haciendo desde lo que sé musicalmente, pero me doy cuenta de cómo podría llegar a ser, ¿no? Y eso me hace sentir mucha responsabilidad con respecto al hecho de poder escribir música para teatro. Y tengo muchas ganas de aprender cosas nuevas que siento que puedo aportar.
¿A qué suena Tirant?
Creo que todas mis canciones buscan paz y amor, quiero decir, suena muy hippie, pero es que es así. Y claro, que Joan me pida una pieza que dé miedo, a mí me pone en un sitio muy nuevo. Y esta pieza realmente fue un poco como un hueso.
Eso es muy interesante.
Por ejemplo, hay una escena en la cual se bautiza a mucha gente. Y hacía falta una pieza musical para hacer una coreografía. Y, por suerte, se me ocurrió una base de psicosis, y a partir de allí ya me inspiré mucho. Salió la melodía que daba mucho miedo, pero no perdía la cosa clásica, y ligaba muy bien con una canción de canto gregoriano que cantamos antes. Por suerte, tengo un tío, Josep Maria Gregori, que es musicólogo y a quien le pedí consejo, y me hizo llegar esta pieza que se llama Bidiaco, que cantamos en el momento de los bautizos. Y entonces toda la secuencia fue cogiendo el aire que me pedía Joan. Que haya podido componer una pieza que dé miedo y que sea eclesiástica y que represente los bautizos, pero también esta cara de la Iglesia de haber bautizado a tanta gente y haber impuesto la religión de una forma en que obviamente no estoy de acuerdo, me fascina. Y es una cosa que como cantautora no habría hecho nunca.
¿Subes al escenario, pero te consideras actriz?
Bueno, yo creo que actriz son palabras mayores y en este sentido yo aquí siento que estoy haciendo la banda sonora en directo, porque no digo absolutamente nada de texto, solo digo "avant" en un momento coral en qué lo decimos todos, pero por nada me pondría la etiqueta de actriz. Al menos de momento, la vida tendría que cambiar mucho. Y en este sentido sí que me interesó mucho artísticamente intentar estar en escena, porque ahora se han cumplido 10 años de mi carrera como cantautora y como intérprete, porque los primeros años lo combiné con muchos proyectos diferentes. Tengo la sensación de haber pisado muchos escenarios de muchos tamaños, de haber colaborado con mucha gente, y el oficio musical, que es infinito y no se acaba nunca, me apasiona y tengo muchas ganas de seguir. Como Judit Neddermann, no puedo tener músicos ensayando mis temas dos meses. Lo tenemos que hacer muy rápido y de forma muy eficiente. Yo creo que ya nos gustaría poder hacerlo, pero por lo que sea no está montado así. Y he aprendido muchísimo.
Me hace mucha ilusión hacer la obra en catalán en Madrid
También te acompaña Neus Ballvé en el espacio sonoro.
Sí, creo que ella le ha dado también esta dimensión muy actual con todas las capas que ha generado y los sonidos que tenemos, por ejemplo las capas de la batalla o cuando está el momento en qué Tirant sufre el engaño. Este espacio sonoro ya nos lleva mucho hacia una sonido moderno. Pero de mi set, creo que la guitarra eléctrica me ha ayudado mucho porque la música la he intentado jugar como si fuera popular y antigua, y he utilizado una escala que nos recuerda a toda esta música mediterránea, que podría ser flamenco, música árabe o música popular catalana.
¿Qué referentes detecta la gente?
Hay un momento que canto La Cançó del Mariner, pero he cambiado la melodía, para que la gente reconozca la pieza pero dude. Y después, más adelante, también canto La cançó de la Verge de Montserrat. Porque aquí buscábamos un contraste entre el Tirant psicópata que quiere seguir matando y la cuestión celestial, pero bien entendida: hay una parte de la religión que es espiritual, que busca encontrar la bondad humana y conectar con el amor de la humanidad. Y eso puede ser una sensación muy vertical y muy mística. Y entonces utilicé esta canción, porque me la ha enseñado mi abuela, creo que está en el imaginario catalán, que eso también nos ayuda y nos lo sentimos muy nuestro.
Y ahora hacéis temporada aquí pero después os vais a Madrid. ¿Lo haréis en castellano?
No, lo haremos en catalán subtitulado. Cuando supe que íbamos a Madrid me hizo mucha ilusión, porque me encanta la ciudad y me encanta al público de Madrid. Pero pensé: ¿ostras, y qué haremos, no? Porque, además, ahora todos tenemos el texto muy dentro y suena muy bien. Es que últimamente estoy muy enamorada de la lengua, de cómo suena el catalán, y cuándo cada día oigo decir las palabras. Estoy en un momento muy bonito a nivel de sonoridad con el catalán. Y me hace mucha ilusión que lo hagamos en catalán en Madrid, claro que sí.
Acabas gira del último disco. Sacas un EP. Estás rodando y haciendo nuevo disco. ¿Harás vacaciones?
No haré vacaciones. De hecho, encontré una semana en octubre que ha quedado cortada porque nos ha salido un bolo de Dinamo Blanc en Sabadell. Haré mini vacaciones pero no pasa nada porque mira, este enero pasado tuve la oportunidad de ir a Senegal un mes, allí cargué mucho las pilas. Ahora saco un EP que es una historia muy bonita. Lo he hecho con un manager del País Vasco que después de dar algunos conciertos allí me invitó a producir un proyecto en euskera. Y yo dije enseguida que sí. Y así ha sido: hemos conocido cantantes de allí que cantan en euskera haciendo que la cultura euskaldún esté viva, y yo he hecho este puente. He compuesto cinco canciones en catalán y Olatz Salvador, que es una cantautora de allí, me ha ayudado a traducirlas, y ahora estamos en proceso de ver quién canta qué. Será un EP, pero serán seis canciones puente entre las dos lenguas y creo que tenemos mucho en común. Este amor por la lengua propia y el entender, qué quiere decir cuidarla, hablarla, cantarla, pues me apetece mucho trabajarlo así.
Y nuevo disco.
Estoy preparando un sexto disco para el año que viene, que eso sí que será un disco entero a dúo con Pau Figueres, que es el guitarrista con quien toco desde hace mil años. Y este disco espero que nos permita girar de una manera mayor, porque ahora también hace un año y medio que he podido empezar a ir a Latinoamérica, y estoy trabajando aquellos territorios, y estoy muy animada, la verdad.
Para acabar, ¿cómo va el festival Floral que codiriges con Martí Sant Climent?
Este año hemos hecho la tercera edición. Eso lleva muchísimo trabajo y es una cosa que hago por gusto, en medio de todo el resto. Y estoy muy orgullosa de este festival, estoy muy contenta de ser amiga de Martí, que es una persona que saca adelante proyectos aparentemente imposibles entre su energía y la mía. Y al lado de todos los voluntarios también hemos conseguido patrocinio, y cada vez las instituciones nos ayudan más y lo hemos consolidado. Este año lo hemos tenido muy lleno y ya estamos preparando la cuarta edición. Y eso es una cosa que también me hace sentir muy útil. El hecho de ser ciudadana y feminista, y el hecho de ser artista, solo lo utilizo como anfitriona para realmente hacer un festival que ponga a las mujeres en el centro, que es increíble pero todavía hace falta. Creo que iremos demostrando que el interés sí que es por la música que hacemos las mujeres, que es simplemente ponerlas en el escenario y que digan lo que quieren decir porque la gente lo tiene que escuchar. Hay muchas mujeres haciendo proyectos increíbles que se merecen toda la atención y todo el foco del mundo.