El juzgado de primera instancia número 2 oscense ha paralizado la ejecución provisional de la sentencia que ordenaba al MNAC trasladar a Sijena las pinturas murales de la sala capitular. En un auto que se ha conocido este jueves, la titular del juzgado alega la "fragilidad" de los frescos románicos ante el riesgo de desmontarlos y trasladarlos hasta Aragón. La jueza ordenó al MNAC en julio del 2016 restituir las pinturas murales a su ubicación original, una decisión que el Gobierno y el museo calificaron de "despropósito". De hecho, varios estudios científicos alertaron del riesgo del traslado y se entregaron a la jueza en el recurso presentado.

Las pinturas murales decoraban desde el siglo XII el monasterio pero un incendio durante al Guerra Civil las estropeó. Patrimoni de la Generalitat las recuperó y las llevó a Barcelona, donde fueron restauradas. El MNAC las tiene en depósito desde el año 1940 y, desde 1960 están expuestas al público como una de las grandes obras maestras de la colección del museo.

Los estudios encargados analizaban han analizado aspectos diversos de las pinturas a partir de muestras originales. La "fragilidad" de los murales radica principalmente en el hecho de que se quemaron en el incendio del año 1936 en el Monasterio de Sijena.

La exposición a altas temperaturas, la rápida extracción con la técnica del strappo (cola caliente), la superposición de productos añadidos y un largo etcétera de características que redundan en el estado actual de los murales hacen que, según los informes, cualquier vibración, cambio de humedad y temperatura puedan producir pérdidas de pigmento, de pintura original, y también el crecimiento de microorganismos latentes.

El conseller de Cultura, Lluís Puig, ha reaccionado recordando que más allá de las cuestiones técnicas, hay que parar el traslado de los murales porque la reclamación aragonesa no és "justa ni legal".