Nadie dijo que envejecer fuese sencillo. Pero hay casos más preocupantes que otros. No es un tema de llevar calcetines con chanclas, eso ya lo ha desterrado de la demencia el trap. La cuestión es cómo se pasa de firmar la mejor trilogía de álbumes de hip hop de este siglo a perder todo el mojo creativo y, lo que es peor, coquetear con el negacionismo. En menos de una década. Con solo 45 años. 

Cómo se pasa de firmar la mejor trilogía de álbumes de hip hop de este siglo a perder todo el mojo creativo

Fiel acérrimo a la polémica

Kanye Omari West (Atlanta, 1977) no ha sido nunca un abanderado del statu quo. Es un tipo que empezó a escribir poesía a los cinco y que firmó con 36 un disco –modesto, el tipo– por nombre Yeezus. Una obra maestra de la ingeniería musical, por cierto, donde conviven el drill de Chicago, ciudad en la que vivió de pequeño, el dancehall, o el acid house y lo industrial. Ye, mote por el que también se conoce al rapero, ha sido fiel acérrimo a la polémica desde su debut, el fresquísimo The College Dropout (2004).

El músico, a diferencia de muchos de sus semejantes, tuvo desde chico contacto con la cultura, los viajes y la universidad

Kanye West, a diferencia de muchos de sus semejantes, tuvo desde chico contacto con la cultura, los viajes y la universidad. De madre profesora y padre ex Black Panther y fotógrafo, desde sus primeros veinte, anduvo jugueteando con el soul y el rap. De ahí las maravillas de su primer disco (Through the wire¡). Rápidamente fue escalando. Su segundo álbum ya lo firmó junto a célebres como Jon Brion o Just Blaze.

Through the Wire

Su retorcida fantasía negra

West y la ambición creativa se dieron la mano muy rápido. Con algunos patinazos. 808s and Heartbreak (2008) es la banda sonora de un flipe. Electro pop para un ego desmedido. Pero el tipo se repuso, firmando la mejor triada del hip hop del siglo corriente: My Beautiful Dark Twisted Fantasy (2010), Yeezus (2013) y The Life of Pablo (2016). En prácticamente un lustro, Ye amasó una fortuna, arrasó en premios (nominado 75 veces a los Grammys y 24 estatuillas conseguidas en toda su carrera), se alzó al Olimpo del rap mundial, codo con codo con Jay Z… y se le fue el peloto. 

En prácticamente un lustro, Ye amasó una fortuna, arrasó en premios, se alzó al Olimpo del rap mundial, codo con codo con Jay Z… y se le fue el peloto

Polémicas con Kim Kardashian a parte, Kanye empezó pronto a demostrar que de su boca podían nacer las mejores barras y también las más burdas ofensas. Como las que regaló a Taylor Swift en los MTV Video Music Awards (VMAs) de 2009. Swift tenía 20 años y superó a Single Ladies de Beyoncé como Mejor video musical femenino por You Belong With Me. La joven empezaba su discurso de agradecimiento y West la interrumpió: “Beyoncé tenía uno de los mejores videos de todos los tiempos”. Después de las críticas, el rapero se refugió en lo divino: ese discurso –aseguró, nada menos– era un designio de Dios.

Kanye West en un mitin
Kanye West, el genio del rap que no supo crecer

Metiéndose en jardines

A partir de ahí, fue un no parar de meterse en jardines: apoyó en campaña a Donald Trump; hizo campaña por él mismo en las presidenciales de 2020; y compartió teorías de la conspiración antisemitas ante el presentador de Fox News, Tucker Carlson. Además, también arremetió contra George Floyd, muerto, según él, por el fentanilo. West se ha burlado en repetidas ocasiones de Floyd, además, del movimiento Black Lives Matter. Todo esto le ha supuesto perder contratos publicitarios con multitud de firmas. 

Su progresiva alineación con la polémica ha ido de la mano de una caída en picado de sus discos

Su progresiva alineación con la polémica ha ido de la mano de una caída en picado de sus discos. Jesus Is King (2019) fue un notable justito para la web especializada Pitchfork, gran defensora de las publicaciones del rapero (My Beautiful Dark Twisted Fantasy, con temas gloriosos como Runaway, es uno de los pocos dieces del medio musical). Entre Donda volúmen uno y volúmen dos apenas rascan un aprobado justito en la plataforma

Runaway

Kanye, el cuñao'

Días atrás, Kanye West, siguió ampliando la palestra de declaraciones de cuñado en la mesa de Navidad. Alabó a Adolf Hitler. En una entrevista publicada en el programa propagandístico de teorías conspiranoiques y discursos de odio InfoWars, negó la existencia del Holocausto y volvió a los comentarios antisemitas. “Los nazis también hicieron cosas buenas. [...] Tenemos que dejar de insultar a los nazis todo el rato". En la mesa, había –tremendo aliado para Ye– un supremacista blanco, Nick Fuentes. Qué diría el padre West… ¿Que envejecemos de forma mezquina? ¿Que para ser viejo siquiera hace falta sumar años? Basta con dejar de lado el mundo, curar el miedo aferrándose a cualquier dogma para trampear. Lugares mundanos contra la fragilidad. De los que ni un Dios escapa.