El norteamericano Kent Haruf escribió este libro cuando tenía 71 años. Había trabajado en muchos campos: en una granja de pollos, en la construcción, en los Peace Corps en Turquía, en una biblioteca, en un hospital... Pero finalmente fue decantándose por la enseñanza y por la escritura y consiguió varios premios. En febrero de 2014 se le diagnosticó un cáncer terminal. Y decidió escribir su última novela, Nosaltres en la nit (Angle Editorial; edición castellana Nosotros en la noche, Random House), un texto sobre la vejez. En noviembre de aquel año, después de entregar las últimos pruebas a la editorial, Haruf murió. Este es, pues, su testamento literario, pero también vital, un libro escrito desde el fondo del corazón, sobre los problemas de la tercera edad. Nosaltres en la nit es la única obra de Haruf traducida al catalán. En castellano podemos encontrar, también, Plainsong (Planeta), una novela de 1999 que también refleja la vida en una pequeña localidad de Colorado.
El amor
Cuando se habla de la vejez, a menudo se hace referencia a los problemas de salud, obvios. Pero no es tan frecuente que se haga referencia a los problemas de soledad, inherentes a la estructura de nuestra sociedad, basada en la independencia individual. A menudo los viejos, frágiles, no pueden vivir solos y tienen que enfrentarse al problema de la falta de compañía. Cada vez vivimos más años, y cada vez hay más gente que se pasa muchos años, décadas incluso, sola. Y esta gente a veces quiere amor. O sexo. Y normalmente la sociedad los excluye de toda posibilidad de establecer nuevas relaciones. Ni siquiera parece tolerable que sientan esta necesidad. E incluso hay a quien cree repugnante que alguien, a cierta edad, decida rehacer su vida o pasar un buen rato en compañía.
Sometidos a vigilancia
Pero el problema más grave que apunta a Haruf es la infantilización en la que se somete a las personas mayores. Hombres y mujeres sensatos, con sus capacidades mentales absolutamente intactas, que han mantenido un comportamiento intachable durante años, son considerados incapaces de tomar decisiones, incluso en cosas que sólo los afectan a ellos. Sus descendientes se creen autorizados a tutelarlos e incluso a decidir sobre el uso de su dinero, que consideran que les corresponde por "herencia". Y lo que es más perverso, la familia acaba haciendo chantaje a los abuelos, que se sienten solos, amenazándolos con dejarlos solos si no obedecen a sus dictados. La familia, para muchos abuelos, es un último refugio, pero al mismo tiempo es una prisión.
Potente
La vejez es un tema incómodo, en una sociedad en que la juventud se presenta como modelo y se intenta negar la evidencia de la decrepitud. Cada vez hay más personas mayores, pero hay pocas novelas y películas sobre la vejez; como si la juventud acabara con la muerte. Haruf, moribundo, se enfrentó a un tema que sólo se puede trabajar desde la valentía, porque cualquiera, mañana, puede ser un viejo incomprendido. Y Haruf fue capaz de tratar el tema con ternura, pero sin nada de sentimentalismo. Nosotros en la noche es una obra impactante, que a través de una historia muy simple, que puede estar pasando hoy mismo en casa de un vecino, nos remite a los temores más escondidos del ser humano moderno.