"Cada cop que dius tinc que moren 15 filòlegs". Posiblemente es la frase más conocida de Valentina y Júlia Planas, las dos hermanas de Banyoles que se encuentran detrás del perfil de La incorrecta. Con un humor irreverente y puntos de agresividad, han convertido la defensa de nuestra lengua en una lucha mucho más próxima a los jóvenes (y no tan jóvenes). Con un equilibrio perfecto entre el contenido (Valentina) y el diseño (Júlia), camisetas, bolsos y pósteres con sus frases se han extendido por toda Catalunya desde el Pla de l'Estany. La incorrecta nació como un servicio de corrección y asesoramiento lingüístico hasta que ha acabado en la publicación de un libro. Parla bé, collons! es un manual que a muchos nos habría gustado tener en la escuela cuando contábamos sílabas para saber si teníamos que poner diéresis. Porque no nos engañemos, por mucho que hayamos estudiado en catalán, todavía no sabemos cuáles son, definitivamente, los diacríticos que se acentúan. Hablamos con Valentina Planas, la parte lingüística de La incorrecta.
¿Qué encontraremos dentro de 'Parla bé, collons!'?
Muchas cosas. Nosotras decimos que es la guía más incorrecta del catalán. Es un manual, lo que pasa es que es un manual poco frecuente. Es lengua en el sentido más amplio: gramática, ortografía, léxico... Digamos que hay contenido de lengua, pero lo hemos hecho de una manera muy gamberra, muy incorrecta. Se puede encontrar teoría en él, pero queremos que sea amena. Lo hemos intercalado con actividades, pero rehuyendo la idea de cuaderno, no queríamos hacer un cuaderno de ejercicio, no queríamos que fuera hacer deberes. Que fuera 'va, riamos un rato, pasémonoslo bien'".
A veces damos por hecho que sólo con la base que tenemos ya vamos haciendo o quizás no le damos la importancia que le tendríamos que dar
Muchas generaciones ya hemos crecido con el catalán en la escuela, aun así, este libro es casi imprescindible. ¿No sabemos hablar catalán los catalanes?
No es que no sepamos, es que a veces damos por hecho que sólo con la base que tenemos ya vamos haciendo o quizás no le damos la importancia que le tendríamos que dar. El libro no va dirigido a aquellos que lo hacen mal, sino a todo el mundo que tenga un interés en lengua, ya sea un interés bajo, medio o experto. Porque el experto, el tiquismiquis también aprenderá muchas cosas aquí. El libro lo puede leer mi padre que estudió poco y estudió en catalán para aprender cosas, pero también lo puede leer mi madre que es maestra y que escribe casi perfectamente. Pero sí, el catalán está en una situación complicada y lo que tenemos que mirar, aparte de ser realistas, es qué hacer. Pienso un poco que tenemos que cambiar eso tan cultural de los catalanes de ir viéndolas pasar. ¡Pues hagamos cosas!
¿Cuál crees que será la situación del catalán dentro de 50 años?
No sé cómo será dentro de 50 años, yo espero que estemos igual que ahora o mejor, pero si soy realista, y eso con los estudios que hace por ejemplo Plataforma per la Llengua todo indica que estaremos fatal. Y lo que tendríamos que mirar es de estar mucho mejor, de promover la lengua, de hacer campañas desde instituciones. No sólo desde empresas como la nuestra, porque al final somos pequeños, ¿Qué se puede hacer desde instituciones? Como hace años hicieron el de dar cuerda al catalán, hay que hacer campañas, también en las escuelas, para promoverlo y que el catalán sea primera lengua entre los jóvenes. Ahora mismo no lo es porque el material que consumen ellos, que es básicamente de Instagram, TikTok o YouTube, la gran mayoría es en castellano. Y sí que es verdad que están naciendo plataformas que priorizan el catalán y hay youtubers en catalán, pero pienso que también tiene que haber una implicación en un ámbito más nacional, de decir hagamos país y hagamos lengua y mojémonos.
¿Tenemos que aceptar la adaptación de palabras y formas lingüísticas de lenguas próximas como el castellano por el hecho de que formen parte del día a día de las personas y se utilicen más que las formas genuinas en catalán?
Eso me hace gracia, porque parece un poco como la política en nuestro país, o eres de uno o eres de otros, y con lengua pasa mucho eso. Hay gente que nos dice que somos demasiado puristas, demasiado pompeufabristas, y hay gente que al revés, que somos defensoras del catañol y que nos permitimos cosas como jugar con los anglicismos a veces. Esta es mi visión sobre lengua que no tiene por qué ser la buena ni mucho menos es única. Hay palabras que nos podemos ahorrar y utilizar las nuestras que para eso existen, pero al mismo tiempo la lengua es materia viva, que decía aquel. No podemos limitar una lengua o ir protegiéndola tanto, tanto, tanto porque al final, traducir crush o según qué palabras a mí me parece que también es limitar la lengua. Hay casos en que un equivalente no altera el significado ni la comprensión de quien lo está diciendo o recibiendo; por ejemplo online o en línea. ¿Nos cuesta mucho decir en línea? Yo pienso que no, pues cambiémoslo. Pero con formas como lo que decíamos del crush, ¿Qué hacemos? Vamos traduciendo con formas que es clarísimo que no funcionarán entre los jóvenes. Quizás un equivalente sería amor platónico, ahora ve a un niño de doce años y dile: escucha, chato, eso del crush que dice tu youtuber preferido se dice amor platónico. Claro que se lo tenemos que explicar y claro que tiene que saber qué es el amor platónico y la connotación y su origen, pero, ¿qué hay de malo en decir crush o hater en vez de odiador o amor platónico? Pienso que tenemos que pasar un cedazo, pero un mínimo.
Traducir crush o según qué palabras a mí me parece que también es limitar la lengua
Sacáis libro un año con un Sant Jordi diferente. ¿Cómo valoráis el recibimiento que ha tenido el libro hasta ahora?
De hecho, tenía que salir el año pasado y con todo eso se retrasó para septiembre y dijimos; va, la Semana del Libro; y al final, hablando con la editora dijimos: no, Sant Jordi del año siguiente. Y nos ha ido bien porque hemos podido dejar el libro en los márgenes descansando y volver a ponernos con él. Sí que es una pena, porque en las presentaciones y las firmas de libros vamos con la mascarilla y seguramente no podremos desvirtualizar tanto el proyecto como hubiera pasado en un Sant Jordi normal. Pero nos adaptamos a lo que venga y de momento, por el recibimiento y la respuesta, nosotras estamos supercontentas y superagradecidas.
Por ejemplo, salió un artículo de Màrius Serra ―yo he empezado a amar las palabras haciendo sus crucigramas― y que este señor escriba una crítica del libro, lo deje donde lo deja y valore el proyecto, pues, para nosotras, superbién. Evidentemente, siempre hay a quien no le gustará y es una opinión totalmente válida y pero sólo con la respuesta que hemos recibido hasta ahora ya ha valido la pena. De gente que está aprendiendo catalán o incluso alumnos o exalumnos míos que también me han dicho: "Qué fuerte, he repasado cosas", o gente que da clases de catalán para adultos que dicen: "Con este libro sí que iremos bien, que no es un manual gordo". Y sólo por estas anécdotas pequeñas ya vale la pena, ya nos damos por satisfechos.
Tenéis más de 60.000 seguidores en Instagram y sois un referente en lo que podríamos llamar 'activismo del catalán'. ¿Creéis que son importantes proyectos así para llegar a los más jóvenes?
Totalmente, yo ya me siento boomer allí, pero tenemos que estar y nos tenemos que reinventar, porque si no hablamos el mismo lenguaje que hablan nuestros jóvenes, no llegaremos a ellos, de ninguna de las maneras. Lo pienso y me lo intento aplicar un poco ahora que soy profe. Tenemos que encontrar maneras de colar el catalán a los jóvenes, y hay rendijas, lo que pasa es que tenemos que tener ganas, tenemos que tener tiempo, pero hay rendijas para llegar a los jóvenes. Es evidente que tiene que haber un interés por su parte aunque sea mínimo, pero lo tenemos que encontrar y estar en las redes sociales. Hoy día es que es casi la clave para llegar, sea el YouTube, el Twitch que ahora ha salido, el Instagram, lo que sea. Para los jóvenes de quienes hablo, el Twitter es viejo y el Facebook ni te explico. Nos tendremos que actualizar aunque sea a la fuerza, lo tendremos que hacer como sea.
No todo el mundo lo hace, pero si entras en todo este mundo incorrecto, te lo puedes pasar muy bien
Tener las ideas y escoger un tono es importante, pero el diseño y saber cómo enseñarlo al mundo lo es tanto o más, ¿no?
Sí, yo pienso que el libro es la prueba de ello. A veces el diseño queda muy en un segundo plano y yo pienso, y claro, yo soy la parte de contenido o de lengua, pero Júlia, que es el diseño, al final lo es todo. Porque tú haces camisetas y quieres que la gente identifique una tipografía con tu marca. Por ejemplo, hemos hecho un libro con dos colores, sólo con el rojo y los trazos hechos a mano y escaneados, este detalle, en nuestro caso, es una parte muy y muy importante. Y el otro día nos decían: "Ostras, sois un tándem que en el caso del libro es perfecto: quién lo ha escrito y quién lo ha hecho". La incorrecta al final somos Júlia y yo, es nuestro humor, nuestro mal humor, también nuestra mala hostia esta, nuestra reivindicación, y bajo este nombre de La incorrecta nos podemos permitir muchas cosas. Ya es una declaración de intenciones. Y no todo el mundo lo hace, pero si entras en todo este mundo incorrecto, te lo puedes pasar muy bien y puedes aprender muchas cosas nuevas que al final también se trata de eso.