Faltaba saber cuándo y ya se sabe. El 1 de marzo, Jordi Juan relevará a Màrius Carol como director de La Vanguardia, según han confirmado a ElNacional.cat fuentes del Grupo Godó. El nuevo director llega en el peor momento de ventas del diario de papel (85.495 ejemplares de media a finales de 2019, según el auditor OJD, un 11% menos que en 2018), pero equipado para el desafío digital, para erl que cuenta con el aval haber hecho saltar la web del diario de los 15 millones de usuarios únicos de 2015 a los 21,7 millones de 2019, según el auditor ComScore. La marca pesa, pero también la estrategia agresiva de posicionamiento de contenidos en Google y de adquisición de tráfico en redes sociales, especialmente Facebook. Estas métricas permiten a La Vanguardia pelearse con El País, ABC y El Mundo por el liderazgo entre los digitales de información general en España.
Grupo Godó continúa así su reajuste, iniciado al principio del 2018 al reducir al consejo de administración de ocho a tres personas —Javier Godó y sus hijos Carlos y Ana— en la perspectiva del relevo generacional al frente de la firma. El mismo año reestructuró toda el área comercial en una nueva central de ventas —Godó Strategies— con el afán de ampliar el negocio publicitario digital, dejó en piloto automático el canal 8TV al suprimir los programas más caros —informativos y magazines— y también redujo fuertemente el gasto en sueldos, con un ERE, salidas voluntarias y una rebaja salarial general. En el grupo trabajan cerca de 1.200 personas.
Un veterano
Jordi Juan (L'Hospitalet, 1963) se incorporó a La Vanguardia en 1992 como redactor de local. En 2009, siendo director adjunto, salió para hacerse cargo de la dirección de comunicación de la fallida aerolínea Spanair, hasta 2012. Pasó después a Intermedia, una empresa de referencia en comunicación corporativa, de donde sale para fundar la firma Vitamine. En julio de 2015, el Grupo Godó lo recuperó como director de Iniciativas Digitales de Medios, la empresa del grupo que gestionaba la edición digital de La Vanguardia. Juan ha trabajado también en el Diari de Barcelona en 1982, Avui (1984-85), El Periódico (1985-88 y 1988-90), El País (1988) y El Observador (1990-92).
Desde que el diario lo recuperó, en 2015, la principal tarea de Juan ha sido la edición digital, primero para darle entidad propia, más allá de reproducir los contenidos del papel, y después para profundizar las sinergias con la edición impresa. En enero de 2018 fue nombrado vicedirector. Un año después, La Vanguardia inició la unificación de las redacciones de las ediciones impresa y digital. La operación pasa por complicaciones parecidas a las de otros diarios, con dificultades para coordinar los procesos de trabajo y con competencia y tensiones entre los veteranos del papel, que quizás tienen más kilómetros de periodismo, pero también mejores sueldos y horarios más suaves en comparación con los que vienen de la web —más jóvenes, con peores salarios y una carga de trabajo más intensa.
Relevo generacional
Entre los periodistas del diario nadie quiere decir gran cosa. Aun no es oficial. Pero todo el mundo lo sabía, todo el mundo lo relaciona con el inexorable relevo generacional en la cúpula del grupo —Jordi Juan es un director "acordado" entre Javier de Godó, el actual presidente, de 78 años, y Carlos Godó, su heredero y CEO, de 53 años— y todo el mundo espera y especula con los nombramientos que pueda hacer Juan a la hora de configurar su equipo, dado que Carol ha mantenido, más o menos, la misma cúpula directiva del anterior director, José Antich, ahora editor y director de ElNacional.cat. En la estrategia de ir desenganchándose del papel y priorizar el digital, no será extraño que Juan renueve a los directivos de la redacción para abordar los nuevos retos derivados —como el pago por contenidos—, tal como ha pasado en otras cabeceras.
También se especula con eventuales cambios en el formato de la web, apenas cambiado desde hace cuatro años, en contraste con el lífting que poco a poco se hace de la versión impresa, pese a que no muestra ningún indicio de cambiar su caída en difusión y cifra de negocios, como también ocurre en todo el sector. Desde 2007, la difusión (venta en quioscos y en bloque más suscripciones) de los principales seis diarios españoles se ha hundido: de los 1,5 millones de ejemplares de 2007 a 451.148 de 2019. Los ingresos por este capítulo cayeron de 1.300 millones de euros a 541 millones, un 70%.
El diario impreso no marcha, pero el grupo sí. Aunque esté muy lejos de la facturación récord de 2007, de 333 millones de euros, desde 2010 acumula un resultado positivo superior a los 45 millones. El ejercicio 2018 lo cerró con una facturación de 167,6 millones y beneficios de 6,4 millones, según las últimas cifras disponibles. El único año con pérdidas de la década es 2017 (-3,5 millones). Actualmente, la editora del diario, La Vanguardia Ediciones, supone cerca de la mitad de la facturación del grupo y el resto de participadas (Godó Strategies, la emisora RAC1 y la propiedad del 18,3% de Prisa Radio-SER, la productora Veranda TV y otros) una proporción parecida —y en aumento.