El año 1974 el fotógrafo Nicholas Nixon (Detroit, 1947) retrató su mujer Bebe y sus cuñadas Heather, Laurie y Mimi en una fotografía que descartó. El año siguiente volvió a intentar-lo e inició una de las series más míticas de la fotografía contemporánea, Las hermanas Brown.
Repetiendo el ritual que los padres de las Brown ya hacían, con una fotografía cada año Nixon fue tomando nota de los cambios físicos que el paso del tiempo iba dejando en unas mujeres que el año 75 tenían 25, 23, 21 y 15 años respectivamente. La serie, que continúa hoy día, no se ha escapado de los estragos de la covid-19, que hizo que la fotografía del encuentro del 45.º aniversario se tuviera que sustituir, como en tantas reuniones familiares, por una sesión de zoom.
Ahora, el centro de fotografía KBr, de la Fundación Mapfre, expone por primera vez en Barcelona la serie completa de Nixon, que adquirió el año 2009 para su colección. Hasta el 29 de junio, los visitantes podrán reseguir la evolución de estas ya míticas cuatro hermanas a lo largo de cuatro décadas y media.
Las hermanas Brown expone en paralelo con una amplísima retrospectiva del fotógrafo Garry Winogard (Nueva York, 1928-Tijuana, 1984), retratista de la vida americana y de los cambios sociales y culturales del país a lo largo del siglo XX.
Atrapar el tiempo
Nixon, conocido por sus trabajos sobre la pareja y la vejez, es hijo único de padres hijos únicos y quizás por eso decidió convertir su mujer y cuñadas en protagonistas de una serie que reflexiona sobre los vínculos familiares y el paso del tiempo, al cual parece querer atrapar con su cámara de gran formato. A lo largo de las cuatro décadas y media desde la primera fotografía, las fotografías repiten siempre las posiciones de las cuatro protagonistas, que mantienen la mirada fija en la cámara sin forzar el gesto, pero con los años se acercan, los tocan, se abrazan, cierran los ojos, giran la vista...
Pero no sólo pequeños detalles permiten intuir cambios vitales y situaciones personales que las afectan y los cambios de vestuario y peinado nos permiten reconocer las modas y los estilos de las últimas décadas, sino que recorriendo los retratos las veamos madurar y envejecer, convirtiéndose en madres, en abuelas... Las arrugas, el pelo blanco es el testimonio de una vida vivida, y las formas como ellas mismas han querido aparecer a las fotos, una muestra del amor entre hermanas.
La última foto, un zoom
El último retrato de la serie, hasta el día de hoy, está hecho a través de videoconferencia ante la imposibilidad de reunir a las cuatro protagonistas para el retrato del 2020. De esta manera, esta última imagen también es un símbolo inquietante de nuestros tiempos. El recuerdo que para siempre nos dejará la pandemia: reuniones familiares vía zoom y distancias acortadas por la comunicación virtual.
Esperamos como agua de mayo que las hermanas Bebe, Heather, Laurie y Mimi hayan sido vacunadas y este año se puedan reencontrar ante el objetivo de Nixon. De momento, hasta el 29 de agosto podéis recurrir completa la serie icónica de la fotografía contemporánea.