Las mujeres triunfan en los escenarios, y si no, que se lo lo pregunten a Marta Marco, Cristina Genebat o Nora Navas, que interpretan, 'Les irresponsables' en el teatro Villarroel y consiguen agotar, prácticamente, las entradas cada noche. La fórmula que utilizaron con 'Les noies de Mossbank Road', que también dirigió Sílvia Munt, ha vuelto a funcionar, pero ahora con un texto del dramaturgo argentino Javier Daulte (Buenos Aires, 1963), que es, sin duda, sinónimo de éxito asegurado. Esta vez, sin embargo, Nora Navas toma el relevo a Clara Segura, que está comprometida con otros proyectos.
'Les irresponsables' es una comedia dramática que habla de amistad femenina, de amor, y de emociones universales, como la envidia, la culpabilidad, el miedo, la desconfianza, la impulsividad de nuestros actos, y donde estas emociones están a flor de piel. La historia transcurre una noche en una casa en la montaña, podríamos situar la historia en cualquier pueblo pijo de la Cerdanya, donde dos hermanas y la amiga de una de ellas van a pasar un fin de semana para superar un desamor.
Marta Marco interpreta a Lila, una mujer de unos cuarenta años que acaba de ser dejada, pero sigue obsesionada con su compañero, tanto es así que le sigue el rastro a través de una aplicación de móvil. Cristina Genebat interpreta la Fabi, su hermana, una mujer aparentemente práctica, resolutiva, madura y sensata, y finalmente Nora Navas, que es Núria, la amiga de las hermanas, una mujer conciliadora, que siempre hace lo que se espera de ella, con una vida más bien aburrida y sin haber traspasado, todavía, ninguna línea roja.
La historia escala muy rápidamente, a partir de un incidente, fruto de los excesos de la Lila, (que está bajo los afectos de la medicación); la trama se enreda y la bola se va haciendo cada vez mayor, como un globo lleno de agua que se va hinchando hasta que en algún momento explota y acaba salpicando los que están cerca. El ritmo se intensifica, con réplicas al estilo argentino, y el espectador se queda completamente atrapado.
Daulte es un genio, y su texto es fácilmente identificable, no sólo por el ritmo picado de la historia, sino la rapidez con que se recita el texto, que es donde reside la clave del éxito, lo que hace de catalizador dramático, donde nacen los gags, y donde surge la parte cómica de la obra. Hay que mencionar la complicidad entre las actrices, que clavan las interpretaciones, especialmente Marta Marco, por la complejidad de su personaje, que está pasado de vueltas, pero ella consigue encontrar el equilibrio perfecto entre la locura y la fragilidad.
El texto se sostiene con música e imágenes que ayudan al espectador a entender las emociones por las que atraviesan los personajes. Aportan dinamismo y ayudan a hacer respirar el texto, e incluso, algunas de estas canciones están coreografiadas. Desde del 'Cry baby' de Janis Japlin, a la mítica escena de la película de 'The dark knight', donde Joker, interpretado por Joaquin Phoenix, baja las escaleras mientras suena la canción 'Rock 'n rollo' de Gary Glitter.
¿Hasta dónde llegarías para ayudar a una amiga? Esta es la cuestión que presenta la obra, que también habla de la subjetividad del bien y del mal, plantea la importancia de salir de los límites establecidos y explorar otras fronteras, del amor y el desamor, de las relaciones de pareja y de la liberación de uno mismo. Núria, en un momento dado dice: "El amor no funciona como nos lo han hecho creer, amar duele porque tenemos miedo de que se acabe o nos los arrebaten". Sin embargo, aunque la obra plantee todas estas cuestiones, en el fondo no busca estrujar el cerebro del espectador, al contrario, es un texto ligeramente superficial que busca arrancar las carcajadas de los espectadores y lo consigue de buen grado.
¡Como diría la canción 'What a life' de Scarlet Pleasure que cierra la obra, vaya noche!