Disney + ha iniciado el curso estrenando El libro de Boba Fett. una nueva serie ambientada en el universo galáctico creado por George Lucas.
El atractivo del caza-recompensas
En la primera trilogía de Star Wars, Boba Fett era un personaje que funcionaba más por estética que por narrativa. Era el silencioso caza-recompensas contratado para atrapar Han Solo y sus (breves) apariciones eran tan atractivas, como, en el fondo, insustanciales. Era un peón con conciencia iconográfica dentro de un tablero mucho más amplio que no dependía de él. Pero igualmente se ganó el cielo del imaginario de Star Wars.
Quizás por eso el mismo George Lucas lo quiso dotar de relato propio en El ataque de los clones, pero la mala fama de la película (una pizca exagerada, todo se tiene que decir) dilapidó, una vez más, su influencia en el conjunto de la saga. A la tercera fue la vencida. Cuando Boba Fett sacó la cabeza en The Mandalorian, la narración que más ha hecho para recuperar las esencias junto con la película Rogue One, de sopetón encontró un sentido y una sensibilidad determinados. Que finalmente fuera tan atractivo como secundario también dejaba en mal lugar el tiempo perdido con el personaje, porque al final sólo con unos pocos trazos pareció más tridimensional que en todas sus apariciones previas.
Ahora Disney le ha dado serie propia y la cosa tenía peligro: ¿aquello que funcionaba en The Mandalorian podía hacerlo en solitario, o bien volveríamos a aquellos tiempos en que el cazarecompensas nos gustaba más por lo visto que por lo que hacía? Afortunadamente, funciona. Y en gran medida es porque se apuesta para apelar al ADN de la saga y explorar espacios familiares donde todavía quedan rincones para descubrir.
Complemento directo
El libro de Boba Fett es tanto un spin-off de The Mandaloriam (en estilo, sobre todo) como un complemento directo de la trilogía original. Sobre esta última, aprovecha la ocasión para poner luz a la oscuridad del personaje y establecer un arco narrativo relleno de saltos temporales que le configure una identidad de una vez por todas.
No es ninguna casualidad, en este sentido, que una de las tramas principales gire en torno a un trueno reclamado y la necesidad de hacerse respetar: es, en esencia, un relato sobre el mismo protagonista, hasta ahora más conocido por su casco que no por su profundidad dramática. Con respecto a la herencia de The Mandalorian, es evidente en la estructura de la serie (empieza con un desarmante minimalismo y va evolucionando hacia un deslumbrante western espacial) y también en su aproximación a un lenguaje muy clásico que irradia familiaridad.
Es por eso que El libro de Boba Fett está como un retorno en casa. Lo es por el protagonista, cansado de ser quien los otros creen que es (impagable todo el que tiene que ver con la puesta en escena de sus visitas "oficiales"), pero también lo es para nosotros, que vemos evocadas nuestras sensaciones infantiles. Todo gracias a un equipo de guionistas y directores que han entendido muy bien qué necesita Star Wars y a un espléndido reparto en que destacan Temuera Morrison y la gran Ming-Na Wen.