Es un vacío mediático interesante y contradictorio. Para detectarlo solo hay que ver, por ejemplo, las famosas listas de recomendaciones de lecturas por Sant Jordi, un desfile de propuestas que a menudo dan información a peso en lugar de hacer una búsqueda exhaustiva sobre qué lecturas merecen cualitativamente una publicidad extra. Pero la lista es un formato que funciona; un win-win entre la oferta y la demanda que permite que lectores y lectoras puedan descubrir títulos sin necesidad de invertir el tiempo que, muchas veces, no tienen. Se han visto listas de todo tipo captando en los buscadores: de libros de género fantástico, de misterio, libros para millennials o para la generación zeta, libros que enganchan, cortos, de autores autóctonos, de poesía o de deporte, pero siempre hay un sector relegado que nunca ve sus necesidades resueltas. ¿Qué pasa con los no catalanohablantes que quieren introducirse en la literatura de nuestra casa y no saben por dónde empezar?

Catalunya es un país que lee. Es una afirmación objetiva: según datos del barómetro de hábitos de lectura y compra de libro en España en 2022, difundido por la Federación de Gremios de Editores, un elevado 68,7% de catalanes invierte su tiempo libre en la lectura. Eso supone un aumento de casi 10 puntos en una década. Pero el informe también aporta otro dato interesante: la mayoría de ellos prefiere hacerlo en castellano. De hecho, aproximadamente solo 1 de cada 3 catalanes lee habitualmente libros en catalán. De este cóctel estadístico también podemos sonsacar la siguiente conclusión: que uno, cuando es lector o tiene ganas de leerse un libro pero no sabe (o no domina) el catalán, siempre tenderá a hacerlo en su lengua de origen o, por defecto, en una segunda lengua que conozca. ¿Pero no es la lectura una vía de entrada a nuestra cultura que vale la pena potenciar? Hay muchos títulos ideales para que personas no catalanohablantes puedan introducirse en la cultura catalana, pero seguramente los expertos del sector del libro y la lengua son los mejores referentes para hacer estas recomendaciones. Por eso se lo hemos preguntado.

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¿Cómo saber escoger un buen libro para introducirse en la literatura catalana?

Para Francesc Xavier González Cuadra, presidente del Colegio Oficial de Bibliotecarios y jefe de colección y adquisiciones al Servicio de Bibliotecas de la Generalitat de Catalunya, a la hora de hacer una elección lo más importante no son los cánones ni las lecturas más famosas o más vendidas: "al recién llegado a nuestra cultura se le tiene que ofrecer siempre calidad literaria". Pero una de las principales distinciones que hay que hacer a la hora de hacer esta elección esmerada y cualitativa es saber cuál es el nivel de alfabetización que tiene el usuario; no es lo mismo hablar de personas que se enfrentan por primera vez a la lengua catalana, como las personas migradas, que de personas que ya tienen un bagaje y un cierto nivel. En la misma línea se posiciona Albert Segarra, docente y filólogo que ejerce desde hace veinte años como profesor de Lengua catalana y literatura en la ESO y el bachillerato: "la realidad de los tipos de lectores que aprenden una segunda lengua es muy heterogénea, tanto como la realidad o perfiles de lectores de los catalanohablantes: habrá quien tendrá un hábito lector en la lengua de origen y habrá que no tendrá ninguno; por lo tanto, las lecturas tienen que ser sustancialmente diferentes para los unos y para los otros".

Lo matiza González Cuadra cuándo dice que para aquellos recién llegados que no provienen de lenguas románicas funciona muy bien adentrarse en la literatura catalana a través de los clubs de lectura fácil que se organizan a demanda en las bibliotecas públicas. No son clubs de lectura al uso, sino espacios comunitarios dirigidos por un conductor en que se suelen hacer lecturas en voz alta con volúmenes de literatura adaptada. "En la literatura adaptada los libros tienen una sintaxis o una gramática mucho más fácil, de 'sujeto, verbo y predicado' y sin elementos subordinados, con pequeños glosarios y con una letra mayor que se acompaña con más imagen para que la comprensión lectora sea mejor", explica. Y, evidentemente, se trata de un servicio totalmente gratuito.

Francesc Xavier González Cuadra: "Al recién llegado a nuestra cultura se le tiene que ofrecer siempre calidad literaria"

El presidente del Colegio Oficial de Bibliotecarios recomienda el formato cuento para empezar a leer en catalán y cita su particular tríada de oro para iniciarse: Pere Calders, Quim Monzó y Sergi Pàmies. "Estos autores tienen una maravillosa calidad de confección, literariamente son bestias: tienen un lenguaje muy sencillo, con un toque sutil de humor que representa muy bien la idiosincrasia catalana, aparte de tener una sintaxis y una gramática muy bien trabajada", concreta. También para Clara Queraltó, escritora, filóloga y docente, el cuento funciona de maravilla para aprender la lengua. "Son unidades de ficción breves y cerradas que tardas poco en leer enteras y que, en caso de trabajar en el aula, puedes leer en voz alta y en una hora de clase", dice, pero también recalca la importancia de pensar en textos ambiciosos, aunque asumibles. Para Queraltó, buenas apuestas para introducirse en la lectura en catalán son El cant de la juventut (Labutxaca) de Montserrat Roig, sobre el sexo y el paso del tiempo; los cuentos urbanos e irónicos de Olivetti, Moulinex, Chaffoteaux et Maury (Quaderns Crema) de Monzó o los Vint-i-dos contes (Edicions 62) de Mercè Rodoreda, todas ellas de autores canónicos de la literatura catalana contemporánea.

Sant Jordi 2023, miles de personas pasean por las calles de Barcelona (4) Foto: Eva Parey
Foto: Eva Parey

Y si un lector quisiera seguir nutriéndose con nuevas lecturas para ir subiendo de nivel, ¿qué vendría después del cuento, según González Cuadra? Siguiendo su criterio y experiencia en el mundo del libro, novelas de Josep Pla como El carrer estret (Destino) serían buena opción para seguir ampliando el hábito literario en catalán. También reivindica la figura de Joan Perucho como precursor en el ámbito del realismo fantástico en la literatura catalana con obras como Llibre de Cavalleries (La Magrana) o Les aventures del Cavaller Kosmas (Labutxaca); El món d'Horaci (Empúries) de Vicenç Pagès Jordà; o, ya de nivel más avanzado, nombres más actuales como Irene Solà o Núria Bendicho, con una narrativa que etiqueta de prémium por tener una complejidad más acentuada.

También hay libros más pedagógicos que pueden ser una buena primera cata en la lengua antes de entregarse a devorar oraciones y párrafos. La filóloga Valentina Planas, miembro de La incorrecta, cree que su Catalanament (Montena) es ideal para aprender palabras y pasárselo bien mientras "recuperas palabras de antes, descubres diferentes maneras de decir 'titola' o 'parrús' y aprendes anglicismos para boomers". Es una propuesta llena de vocabulario con apelativos amorosos, tacos, dichos populares, trabalenguas, palabras intraducibles y con pasatiempos y actividades para poner a prueba el nivel de catalán de cada usuario. Planas también destaca la novela corta Carta a una desconeguda (Petits Plaers) de Stefan Zweig y L'art de portar gavardina (Quaderns Crema) de Pàmies.

¿Qué recomiendan los libreros?

¿Pero qué piensan los que están alrededor de las estanterías para atender las peticiones y demandas de los lectores? Iolanda Batallé, escritora, editora y directora de la librería Ona Pau Claris, destaca la sección Catlit Experience que tienen en su espacio, con grandes autores de la tradición literaria en catalán —tanto del Principado como de las Balears o València— traducidos en otros idiomas, también con una sección de poemarios bilingües. Batallé considera que la poesía es una manera ideal de adentrarse en la lectura catalana, y pone como ejemplo los poemarios de Montserrat Abelló o de Maria Mercè Marçal, que pueden encontrarse en catalán e inglés, así como las obras de otros autores nuestros como Joana Raspall, Miquel Martí i Pol o Joan Margarit. "Me parece una manera preciosa de ir aprendiendo catalán", dice.

Sant Jordi 2023 rosas libros autores ambiente Barcelona / Foto: Carlos Baglietto
Foto: Carlos Baglietto

Desde la librería La Impossible de Barcelona, unos de los libros que recomienda la librera Mireia Perelló Compte es Primavera, estiu, etcètera (La Magrana) de Marta Rojals, porque "da una visión diferente de la literatura y la lengua catalana al tratarse de una obra ambientada en el sur del país y que compra el uso de algunas palabras no utilizadas en el catalán más normativo que se estudia sin dificultar en ningún momento la lectura fluida y la comprensión". Otra opción que valora positivamente es Les pereres fan la flor blanca (Raig Verd) de Gerbrand Bakker, por su narración fluida, con muchos diálogos y de lectura sencilla.

La triple apuesta de Àlvar Masllorens, librero de la librería La Temerària de Terrassa, es para Ara no miris (Viena) de Daphne du Maurier, Ara que estem junts (Labutxaca) de Roc Casagran y En braços del pare (La Temerària), que firma él mismo. La primera propuesta se caracteriza, en palabras de Masllorens, como "un libro muy inteligente y con una trama muy bien construida desde el primer momento; ni la sintaxis ni el vocabulario son nada enrevesados, y es una buena puerta de entrada a una lectura amable, no dificultada por posibles obstáculos lingüísticos," mientras que la segunda es un libro sencillo en la construcción sintáctica que no deja de lado las expresiones coloquiales habituales, ideales para que los recién llegados a la lectura en catalán comprendan el contexto y se lo hagan suyo. En este sentido, su novela estaría a un nivel superior de complejidad, con una sintaxis más dificultosa que pide más lentitud de lectura. A su vez, Quim Jubert, librero de La Cultural de Vilafranca del Penedès, también pone sobre la mesa el nombre de Quim Monzó como uno de los autores claves para empezar a conectar con la literatura de nuestro país.