Lildami es una de las figuras fundamentales en la eclosión de las músicas urbanas; el rape, el trap... en catalán. MC egarense de verbo prodigioso y carisma desbordante, notabilidad que dejó demostrada en su álbum de debut, Flores mentre visqui (Halley Records, 2019), nos encontramos con él estirados en La Tumbona para revivir sus inicios, hablar del presente y dibujar futuro que a pesar de la incertidumbre del momento se intuye brillante. Y es que, aunque días atrás se cortó sus características rasta, en Dami sigue siendo IMPARABLA.
¿Cómo estás?
Bien, bien. Ensayando un poquito, portándose bien y portándome bien. Un poco con la sensación de ser el día de la marmota. El año pasado por estas fechas tenía como mínimo dos bolos por semana, este...
Este año las cosas están complicadas.
Bufff... Teníamos una gira bastante potente cerrada, varios proyectos por delante muy interesantes... Lo hemos tenido que posponer todo en el año que viene.
¿El Maleducats, el festival que habías montado reuniendo el bueno y mejor de nuestra escena urbana?
También. Este año era el momento, porque la música urbana en catalán está pasando por un gran momento. Lo haremos el año que viene. Además no lo haremos un día, como estaba previsto, sino dos.
¿Cuál es tu primer recuerdo musical?
Los primeros temas y discos de hip hip que me enseñó mi hermano. Cosas como 2001: Odisea en el lodo (Zona Bruta, 2003) de SFDK o Vicios y virtudes (BOA, 2001) de Violadores del Verso. Es mayor que yo y le afila mucha también el hip hop.
¡Debe estar orgulloso del tete!
¡Sí, claro! Le afila lo que hago.
Más habiéndole dedicado una canción como "A la sangre".
Total. En Flors mentre visqui (Halley Records, 2019) ya había varios temas que en parte lo cito, pero esta es la más directa y sin metáforas. Cuando la gente del banco de sangre me lo pidió, que hiciera un tema para ellos, no me lo pensé dos veces. Para el caso de mi hermano, los debo muchísimo..
¿Estás tomando conciencia de hasta dónde has llegado, de la dimensión que ya tiene tu figura?
No mucho. Sigo haciendo las mismas cosas. Sigo manteniendo el mismo círculo de amigos. Me sigo moviendo con la misma gente... Y eso es lo más divertido. No, no creo que haya cambiado mucho.
Tú no, pero las circunstancias que te rodean sí. Y por eso te pasan cosas como la gente del Banco de Sangre te venga a pedir que hagas una canción para ellos.
Eso sí, totalmente. Pero hay cosas en las que no me acostumbraré nunca, como alguien me pare por la calle y me pida a que nos hagamos una foto juntos. No tengo ni soy nada especial. Pero vaya, la vida es una montaña rusa, y hoy me pueden pedir fotos y mañana tirarme piedras. Tengo que ser consciente de eso y, sobre todo, centrarme en hacer mi música y mis historietas.
¿Con quién te has hecho tú una foto?
Ahora hará cuatro años, en Post Malone. Me lo encontré en un casino de Las Vegas
Lildami, Post Malone, casino en Las Vegas. ¡Imposible imaginar una escena más hip hop!
Fuimos de viaje con los colegas. Estábamos pelados y entramos en el casino más tirado de todos. Y en el casino más trazados de todos fuimos en la mesa de un dólar, la única que nos podíamos permitir. De repente un amigo me dice: "mira, aquel es el Puesto Malone". Al principio nos lo cogimos a cachondeo, era imposible que Post Malone estuviera en el peor casino de Las Vegas jugando a la mesa de un dólar.
Pero era él.
¡Era él! Nos le acercamos súper respetuoso. Le dijimos que veníamos de Barcelona y que éramos mucho fans suyos, que si nos podíamos hacer una foto. Fue muy amable con nosotros.
¿Le dijiste que rapiñabas?
¡No! Pero la foto la hicimos. La guardo. Es una foto que de vez en cuando nos la miramos con los colegas para hacernos unas risas.
¿Cuándo empezaste a rapiñar?
Yo diría que en 2.º de la ESO. Con catorce o quince años. Si ahora a 25 años soy uno flipado, imaginaos entonces. Uno verdadero flipado. Yo y los dos colegas con qué empecé. Nos compró el micro más palurdo y nos lanzamos a hacer los primeros temas sin tener ni idea.
Pero sí muchas ganas.
No sabíamos que se podía grabar por pistas. Creemos que teníamos que gravar todo de una, del tirón... El primero, que era el mejor de todos empezaba hacía su parte y cuando acababa, corriente, se me pasaba el micro y yo hacía mi parte. Nos costaba un montón gravar los temas. Soy manco y era imposible que lo hiciera todo de primeras sin equivocarme. Todavía es imposible que lo haga ahora.
¿Los colegas todavía siguen rapiñando?
Uno de ellos es mi mejor amigo y estuvimos compartiendo piso hasta hace nada. La otra sí que sigue haciendo cosas pero hemos perdido un poco el contacto.
Si tú eras el más palurdo, por qué has sidoel que has llegado más lejos?
Créeme que era lo peor. Y todavía ahora no me considero uno bueno MC. Técnicamente hay muchísimos MC que me pasan la mano por cara. En el otro extremo, creo que soy honesto, que lo que explico la gente percibo que es verdad, y además, sé comunicar. Y soy muy tozudo. Me dije que me quería dedicar a hacer rape, y no he parado hasta conseguir dedicarme a hacer rape. Si quiero hacer una cosa, no pararé hasta conseguirlo, cueste lo que cueste. He picado mucha piedra y al final me ha salido bien.
Eres del Vallès, la cuna del hip hop en nuestra casa.
Y además siempre hemos hecho cosas frescas. Si por alguna cosa destacaban, por ejemplo, las producciones de Griffi en Solo los Solo era porque eran diferentes de toda el resto. Eran producciones súper imaginativas. De manera inconsciente, tanto Chen como yo eso lo hemos heredado. Te puede gustar más o menos lo que hacemos, pero siempre intentamos salir del estándar.
¿Al principio ya rapeabas en catalán?
Cuando empecé, excepto tres o cuatro nombres, nadie rapiñaba en catalán. Y todavía queda mucho camino por recorrer. Pero vamos por buen camino. Se están haciendo bien las cosas.
Como cultura minorizada siempre hemos tenido pesar a embrutecer el idioma y llevarlo| a las calles y las cloacas.
En este sentido ha sido muy importante el trabajo de la PAWN Gang. Ellos fueron los que rompieron con muchos tabúes. Los conocí cuándo empezaban a golpearlo y fueron los que me abrieron los ojos. Yo venía de rapiñar en castellano. Ellos lo hacían en catalán. ¿Si yo sentía que era igual que ellos, por qué no cantaba en nuestra lengua? Aquí hice el clic. Si pensaba en catalán por que cantaba en castellano. La prueba definitiva fue cuando hice el primer tema en catalán. Todo fluyó de una manera mucho más natural y, por lo tanto, mejor. Fue un paso adelante muy bestia.
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¿Recuerdas aquel primer tema?
Fue el año 2014 y fue un tema que hice con la PAWN Gang. Era un tema que ellos estaban grabando en casa de un colega, me pasé por allí y me animaron a colaborar. Se me abrió un universo nuevo.
Aquellos años de inicio y aprendizaje, debieron ser mucho excitante.
Fue un invierno, el del 2014, brutal. Nos juntábamos cada fin de semana en casa de un colega en Lesseps. Nos reuníamos sólo para hacer música. Éramos diez tipos rapeando, birlándonos nuestras cubatas, pasándonoslo bien. Una época que de vez en cuando añoro porque era cuando teníamos todo por delante, todo era posible.
Eres ingeniero, tenías un trabajo muy bueno en la SEAT y lo dejaste todo para rapear.
Lo dejé cuando estuve seguro de que de mi pasión podía hacer una profesión. Tenía 23 años. Estaba bien, era feliz, tenía un buen trabajo... Pero era, y soy, muy joven y lo tenía que intentar. A mí lo que me gusta es cantar y comunicar. No hay mejor sensación que dar un concierto y que la alegría porque las cosas han ido bien, te dure todo un mes. Tenía que dar el paso de apostar por la música. Ha salido bien. Además en casa mis padres siempre me han dado apoyo total y mi yaya igual (risas).
¡Ep, si lo dice la yaya!
Ahora la tengo un poco triste porque me he cortado a las rasta. Pero el resto de la familia y de amigos me dicen que estoy más guapo sin ellas. Es un cambio de época en mi carrera que tenía que expresar de alguna manera.
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¿Por eso lo has hecho?
Las rasta marcaban mi esencia pero tengo la sensación que estoy viviendo el inicio de una nueva etapa. Estoy preparando las canciones del próximo álbum, temas que suenan un poco más maduros. Sin renegar de mi personalidad, pero soy un nuevo Dami. De hecho, de la misma manera que me dejé las rasta cuando me marché del trabajo como acto reivindicativo, como grito de libertad. Ahora es lo mismo pero cortándomelas.
Un punto de inflexión a tu carrera fue cuando empezó a trabajar con Sr. Chen como productor.
Sin ningún tipo de duda. Y quien diga que no, sólo tiene que escuchar la música que hacía antes y la que he hecho después de conocerlo. Hace semanas que pienso justamente con eso, porque antes hacía lo que podía y ahora, con él al lado, hago lo que quiero.
¿Cuándo supiste que lo habías conseguido?
Hay momentos muy especiales. Conciertos que devuelves en casa flotante. Ahora mismo recuerdo el concierto de la Mercè del año pasado y... Volví a casa volante. No me lo podía putu creer que había vivido una noche como aquella. Pero todo pasa, todo es efímero. No te puedes relajar. Tienes que seguir currando para alcanzar cimas más altas. Los objetivos te los tienes que marcar a medida que vas llegando.
¿Cuál es el próximo objetivo?
Hace cinco años te habría dicho dar un concierto con cien personas al público. Lo conseguí y al día siguiente ya quería hacer otro con doscientas.
Esta hambre...
Sí, pero no es hambre para tener más dinero, más likes.. Es de crecer artísticamente, de hacer cosas diferentes de todo el resto. No quiero comprarme un Lamborghini, que también, pero no es el objetivo. Desde la modestia y respetando lo que hace todos los otros, lo que quiero es hacer el disco que cambie para siempre la escena catalana de músicas urbanas.
¿Cuándo te has comprado el último coche?
En enero. Un Abarth de segunda mano. Un capricho, pero nada del otro mundo. Yo tenía un Seat Ibiza, pero mi hermano necesitaba un coche, le pasé el mío y yo me he comprado el Abarth, que lo pillé en el (Miquel) Rojo, el trompetista de Ocas Gordas. Me lo dejó a precio de amigo (risas).
¿Más sueños por realizar?
Mmmmm... Hacer una gira por los Estados Unidos, eso afilaría mucho. Eso y hacer un sold out en Madrid. De hecho, a Spotify me escucha más gente en Madrid que en Terrassa. La ciudad donde tengo más oyentes es Barcelona. Después, Madrid. Tercera, Valencia. Y cuarta, Terrassa... ¡Y el quinto Bilbao! Pero Madrid la segunda. No he tocado nunca. Un sold out allí sería brutal.