FiraTàrrega apuesta por presentar nuevos tipos de espectáculos para ganarse al público juvenil, que últimamente se muestra muy reticente a ir al teatro. Para captarse a los jóvenes espectadores, la feria de teatro de calle ha decidido producir algunos espectáculos hechos por jóvenes, que hablan de los problemas de los jóvenes y que usan la tecnología como la suelen usar los jóvenes. Uno de estos espectáculos es Livalone, de la Fundación Agrupación Colectiva, integrada por Francesc Cuéllar y Alejandro Curiel. Se trata de una "conferencia escénica", que este viernes todavía ensayaban y que se presentará en el Espai Can Trepat el viernes 6 (a las 19h), el sábado 7 (a las 13h y a las 17h) y el domingo 8 (en las 12h30).
Un tema que conocen bien
Cuando empezaron a planificar la realización de la obra, Francesc Cuéllar buscaba un piso para irse a vivir solo, y constató que, con los salarios actuales, querer vivir sin compañía en Barcelona es "una odisea y un drama". Fue entonces cuando concibió la necesidad de explicar este problema, y de hacerlo de una forma atractiva. Contó con la ayuda de Alejandro Curiel, que en aquel momento no tenía problema de vivienda, pero que ahora mismo lo está sufriendo. "Lo único que buscaba es un lugar donde estar", explica Curiel, que denuncia que la vivienda se ha convertido "en un artículo de lujo". Pero el problema de la vivienda no está aislado, sino que está estrechamente vinculado a la gentrificación, a la burbuja inmobiliaria, al turismo, a los bajos salarios, a la precariedad... Livalone (de "life" y "alone") quiere hablar de todo eso. No es estrictamente la explicación de un problema personal, pero sin duda se inspira en las experiencias que los mismos autores e intérpretes han vivido buscando casa y que califican de "surrealistas".
Más sencillo, imposible
Livalone quiere explicar la contradicción de una ciudad que siempre está llena y que se vacía de sus habitantes porque no pueden pagar un piso. Tras la experiencia de compartir piso por falta de recursos reclaman el derecho a tener casa propia para poder decorar el piso como quieran, para ordenarlo y desordenarlo a gusto, y para sacar las cortinas que odian y que "mi vecina me vea hacerte el amor". Reivindican el hecho de reírse de un problema que no es leve: "El humor es una herramienta para reivindicar cosas muy reales, como uno quiera irse a vivir solo y no pueda", explica Cardiel, quiénes explica que ríen porque no han querido "añadir más tragedias a un problema tan grande".
Más que una conferencia
Livalone quiere ir más allá de una conferencia clásica: juega con proyecciones, con música en directo, con recitación... "Nos gusta expresarnos con las herramientas que tenemos hoy en día, con la tecnología, con imágenes, con sonidos... Hoy en día la comunicación entre los jóvenes está siendo de otra manera", explica Cuéllar. Los datos estadísticos, en Livalone, están ahí, porque Cuéllar y Cardiel los consideran muy relevantes, pero también hay humor, hay poesía, hay reflexión... Todo con un mínimo de escenografía. El espectáculo intenta aprovechar al máximo el local donde se imparte la conferencia y por lo tanto es un espectáculo ligero, pensado para poder hacer giras con facilidad. De momento, además de la FiraTàrrega, también estará presente en el Temporada Alta. Cuéllar y Curiel esperan que eso sólo sea el principio.
Desde el bienestar
Cuéllar confiesa, a pesar de todo, que ellos dos están haciendo esta obra "desde el privilegio", y explica que "A mí nunca me ha faltado un plato en la mesa ni un techo", pero también denuncia que la sociedad donde vivimos está muy lejos de ser la sociedad del bienestar que decían: "poder tener una casa me ha robado muchas noches". Justamente para denunciar lo que consideran importante e injusto, y para hacer el tipo de teatro que quieren, han apostado por hacer su propia compañía: Fundación Agrupación Colectiva, con la que ya han hecho dos espectáculos: My Low Cost Revolution (justificaciones del porqué soy una radical de mierda) y Subversive Collective Violence. Al mismo tiempo, ambos participan en la compañía José y sus hermanas, que el año pasado ganó dos Premios de la Crítica con Los bancos regalan sandwicheras y chorizos.