Buenos Aires, 29 de agosto de 1857. Hace 166 años. La locomotora La Porteña y los seis vagones que arrastraba, hacían el primer trayecto ferroviario de la historia de Argentina. La locomotora y los vagones fueron construidos en los talleres de la Railway Foundry de Leeds (Inglaterra). Pero la idea de unir Buenos Aires y San José de Flores (actualmente un barrio de la capital) con un tren se forjó en la mente de dos catalanes: Felip Llavallol y Antoni Miró. Aquel primer ferrocarril cambió la historia de la joven República Argentina. El tren, como pasaría también en los Estados Unidos, se convertiría en un elemento protagonista de la colonización del "far-west" y del "far-south" argentinos. No se entiende el actual mapa argentino, surgido de la expansión hacia la Pampa y hacia la Patagonia, sin el ferrocarril, la primera piedra del cual la pusieron dos catalanes.
¿Quién era Felipe Llavallol?
Felipe Llavallol había nacido en Buenos Aires en 1802 (ocho años antes de la proclamación de la independencia de Río de la Plata), en una familia de comerciantes originarios de Barcelona y establecidos en el barrio catalán de Montserrat. Los Llavallol, que eran una destacada familia de aquella comunidad y que eran de la élite económica de la colonia, tuvieron un papel muy relevante en los acontecimientos que anticipaban la revolución independentista. El padre, Jaume Llavallol del Riu, fue uno de los fundadores de la milicia urbana Migueletes de Catalunya, que combatió contra los británicos que pretendían invadir la colonia (1806-1807) y contra los españoles en la guerra de la independencia (1810-1814). Jaume Llavallol fue capitán de la 3.ª compañía de los migueletes, una reveladora denominación que transportaba al partido autracista catalán (1705-1714).
¿Qué más era Felipe Llavallol?
Felipe Llavallol personificaba el triunfo social y profesional de aquella élite económica de origen catalán, que después de la independencia (1814) había pasado a formar parte de la élite política de la joven república. Antes de promover aquel ferrocarril pionero ya había sido presidente del Senado del estado de Buenos Aires (poco antes la capital se había constituido en un estado independiente de la Confederación Argentina). Sin embargo, no podemos olvidar un detalle que explica, en buena parte, aquel proyecto ferroviario pionero. Felipe Llavallol tenía formación militar, había salido de las primeras hornadas de oficiales de la joven república, y en el momento en que se debate el proyecto ferroviario (1852-1857), Buenos Aires tiene puesta la mirada hacia los territorios inexplorados de la Pampa y de la Patagonia. Llavallol fue capaz de avistar que el tren sería un elemento básico en aquel proyecto expansivo.
¿Quién era Antoni Miró?
Antoni Miró tenía un perfil diferenciado pero complementario en el de Llavallol. Nacido también el año 1802 y también en Buenos Aires, era hijo del comerciante Antoni Miró i Canut, originario de Gerb (la Noguera) que habría hecho el camino de América poco antes de la independencia de la colonia (finales del siglo XVIII), y que formaría parte del mismo contingente que Joan Larreu, oriundo de Balaguer y ministro del primer gobierno independiente de Río de la Plata. Los Miró no habían alcanzado el poder político de los Llavallol, pero la destacada participación de Antoni (hijo) en un proyecto que requería una extraordinaria inversión, hace pensar que tenían una fuerza económica y patrimonial considerable. Se podría decir que Miró tenía el dinero, Llavallol tenía el poder, y el país tenía la ambición. Y a partir de aquel eje se forjó el primer proyecto ferroviario de Argentina.
La sociedad promotora
El año 1853 se constituyó la Sociedad Anónima del Camino de Hierro de Buenos Aires al Oeste, Según el investigador historiográfico argentino Carlos Alberto Salgado, especializado en la historia del ferrocarril en Argentina, aquella compañía estaba participada por los catalanes Miró y Llavallol, por los vascos Guerrico y Larraudé y por los ingleses Gowland y Van Praet. Según Salgado, un pasajero destacado de aquel viaje inaugural fue el gobernador de Buenos Aires (equivalente a presidente) Valentí Alsina, nacido en la misma ciudad y el mismo año que Llavallol y Miró (Buenos Aires, 1802), amigo personal de los promotores catalanes del ferrocarril argentino. Reveladoramente, Alsina era el hijo de un héroe de la independencia y fundador de los Migueletes de Catalunya (Joan), y sería el padre del pionero de la conquista de la Patagonia (Adolfo).
El tren
El 29 de agosto de 1857 se ponía en marcha el primer tren argentino y el primero, exclusivamente, de pasajeros, del continente sudamericano. Aquel pionero recorrió los diez kilómetros que separaban la Estación del Parque (en el centro de la ciudad histórica y bajo el actual Teatro Colono) y la Estación de Floresta (en la antigua villa de San José de Flores), en treinta minutos, la cuarta parte del tiempo que empleaban los carros. Alsina, máxima autoridad política de Buenos Aires (1852-1857) repetiría cargo y Llavallol lo sucedería, al capitalizar políticamente el éxito de aquella obra ferroviaria. Y poco después, el estadista argentino de origen vasco Juan Bautista Alberdi, autor de la Constitución argentina de 1853, diría: "El ferrocarril es el medio de dar la vuelta al derecho a aquello que la España colonizadora colocó al revés en este continente”.