Marta R. Gustems nos presenta una serie de relatos eróticos donde el sexo plantea conflictos e invita a la imaginación a recrear escenas fogosas. La también ilustradora y pintora, ya nos sorprendió en su día con el poemario A boca de fosc (Fonoll, 2020) y las novelas No en cap altre lloc (Llibres del Delicte, 2022) y Endins (Pagès Editors), pero con Lluenta, publicado por Ela Geminada, nos ha sorprendido para bien, porque gozan de calidad literaria. Hay ritmo, hay historias y sobre todo hay una estructura pensada, un trabajo detrás de cada texto. Marta R. Gustems juega en todo momento con las palabras, con los sentidos y con los efectos sorpresa.
Hay ritmo, hay historias y sobre todo hay una estructura pensada, un trabajo detrás de cada texto. Marta R. Gustems juega en todo momento con las palabras, con los sentidos y con los efectos sorpresa
La obra perfecta
La anécdota curiosa de titular cada relato con la última palabra del anterior es divertida y genera una especie de sensación circular al lector cuando lees todo el libro del tirón. Los cuentos funcionan, crean esa atmósfera narrativa de inmersión breve. Es verdad, como comenta Pep Prieto en el prólogo, que el dominio del lenguaje y de la narración modela el relato y crea “un mosaico” de sensaciones. La posibilidad del encuentro, del enamoramiento, la pulsión del deseo, situaciones diversas que nos explican historias encarnadas por personajes bien construidos. Hay fragmentos que son bastante porno y quizás es allí donde menos he conectado, el lenguaje se vuelve tosco y el encuentro sexual, en muchas ocasiones, rompe la narración o genera un impás un tanto extraño. Pero volviendo a las tramas, que son lo importante, plantean conflictos profundos y dialogan con el lector, haciéndolo reflexionar (típico de los cuentos). Si tuviera que quedarme con algún relato del libro para recomendarlo sería La pel·lícula o L’obra perfecta, porque me gusta ese ejercicio tan cinematográfico de ficcionar la ficción y generar distintos niveles narrativos.
La posibilidad del encuentro, del enamoramiento, la pulsión del deseo, situaciones diversas que nos explican historias encarnadas por personajes bien construidos
Para ser sinceros y concluir de forma honesta esta reseña, no conozco mucha literatura erótica en catalán, por no mentir y decir que no conozco. No me interesa (y sospecho que será así) erotizarme a través de pensamientos morbosos de escritores que describen un coito a lo 50 sombras de Grey. Reconozco que personajes o escritoras contemporáneas, actuales, como Noemí Casquet, me producen esa típica risilla curiosa que desemboca en una sensación más cercana a la vergüenza ajena. Recomendaría autoras como Patricia Highsmith con Carol, Gabriela Wiener con Sexografías o Las edades de Lulú de Almudena Grandes. También de la misma colección de Idil·lis recomendaría Delta de venus de Anaïs Nin o La filosofía del tocador de Sade, este último para quien le guste el sexo duro, lascivo, tiene un arsenal de cuentos eróticos bastante inquietantes. Hay mucho por elegir… Entre ellas, una Marta R. Gustems que en Lluenta demuestra ser una gran cuentacuentos.