"Cuando salió L'estaca era muy pequeño, de pañales, y por lo tanto no puedo recordar la primera vez que la escuché, pero la he escuchado toda la vida. Lo que sí que recuerdo es haberla escuchado en el coche de mis padres, en la versión, en cassette, del disco Barcelona Gener de 1976". Joaquim Vilarnau es uno de los periodistas musicales catalanes que más y mejor conoce él legado de la Nova Cançó. Redactor de la revista Enderrock, ha vinculado su vivencia y sabiduría sobre los cantautores de la década de los 60 con su debilidad por la confección de listas de versiones, para dar vida a L'estaca, libro, primera referencia de la recientemente iniciada aventura editorial Enderrock Llibres, que recoge las cerca de 500 versiones que a lo largo de los años se han hecho de una de las canciones más aclamadas de Lluís Llach, icono de nuestra cultura popular. Un libro que se adentra en la historia del tiempo y el país en que fue escrita la canción para acabar descifrando el porqué de la internacionalización de la historia del avi Siset.

Entrevista Joaquim Vilarnau, autor del libro L'Estaca / Foto: Carlos Baglietto

L'estaca es una canción que forma parte de nuestra banda sonora, personal y colectiva. Nos ha acompañado siempre.
Sí, forma parte de la banda sonora de mi generación y de todas las posteriores. Y de las anteriores también. En el libro también he hecho una recopilación de canciones hijas de L'estaca, de grupos actuales que hacen alguna referencia a L'estaca, al avi Siset o a este tipo de lucha. Hay mucha en el País Valencià. Aparte que La Fúmiga la canta; Tessa, por ejemplo, habla de L'estaca en un par de canciones.

¿Ahora nos desviaremos, pero crees que este componente reivindicativo social y político, que ha estado muy presente durante mucho tiempo en nuestra música popular, se ha perdido un poco en la escena actual?
No, yo pienso que no se ha perdido. Son cosas cíclicas y que, a veces, son más intensas y, a veces, son menos intensas, pero siempre hay un remanente de gente que hace música reivindicativa.

¿No recuerdas la primera vez que escuchaste L'estaca, pero la debilidad por la icónica canción de Lluís Llach, cómo empezó?
Soy un enfermo de las versiones. Toda la vida que vengo haciendo listado de versiones, no solo del Llach sino de otros cantantes. Raimon sería otro caso. Siempre he ido coleccionando versiones, hasta que me di cuenta de que había una canción que se lo comía todo: L'estaca, que tiene muchas más versiones que cualquier otra canción en catalán. El año 2003 ya escribí un artículo para la revista Enderrock citando 50 versiones de L'estaca. Ya entonces me pareció una burrada. Muchas

En el libro recoges más de 400 versiones en casi medio centenar de idiomas diferentes y, el dato que quizás más me sorprendió, el 82% de estas versiones se han hecho en el siglo XXI.
Y si hacemos números redondos, diría que el 50%, los últimos 10 años. Y además, diría que desde que acabé el libro, desde que lo hemos imprimido y ya no he podido añadir nada, he encontrado cuatro más.

Es decir que es una canción viva, una canción con un mensaje que sigue vigente.
Es un tema icónico. Tiene éxito porque todas las canciones nos llegan por la música, y este es un vals muy fácil de cantar. Mucha gente me ha explicado que la primera vez que la escucha, ya la acaba cantando. Sabes que al final de la canción no hay letra, sino un la-la-la a que todo el mundo se puede sumar. Y después, cuando saben lo que dicen, la gente que tiene una cierta sensibilidad social, les gusta: hay un llamamiento a actuar todos juntos contra la opresión. Habla del relevo generacional, del abuelo, del adulto y de los nuevos chiquillos, que son las nuevas generaciones. Es una canción de lucha por la libertad. L'estaca es vigente porque seguimos luchando por ser libres

Joaquim Vilarnau recoge cerca de 500 versiones del clásico de Lluís Llach en su libro L'Estaca / Foto: Carlos Baglietto

Es una canción de lucha por la libertad y como estamos en unos momentos en que todavía hay que luchar por la libertad, la canción sigue teniendo vigencia

Tiempo atrás entrevistábamos a Lluís Llach y decía que no se había interpretado bien el mensaje de L'estaca.
Es que, de hecho, siempre que nos encontramos con una estaca, detrás hay otra, no nos engañaemos. Pero sí, el titular era este, que se había mal interpretado o no se había entendido el mensaje de la canción en su visión global. Aquí la entendimos como una canción antifranquista. Y lo era, pero en el sentido que él lo había diseñado: L'estaca es una canción antisistema. Una canción que clama por la libertad contra la opresión, contra los sistemas que permiten la existencia de Francos. En este sentido, la hemos mal interpretado nosotros y se ha mal interpretado en todo el mundo. Porque todo el mundo la considera una canción antifranquista y, por extensión, una canción que va en contra del poder establecido, siempre que este poder tenga una serie de tics autoritarios.

Años después de aquel primer artículo, nuevamente en la revista Enderrock, en el 2018 hicisteis un número especial, en el que ampliabas el número de versiones de L'estaca.
No es comparable al libro, pero sí que eran muchas páginas hablando de la canción. De repente empecé a recibir mensajes de gente que lo había leído y me explicaba que que me había olvidado de aquella versión o de aquella otra.

Te picaste.
Y fui descubriendo cosas nuevas y acumulando material, hasta que me dije que con todo aquello tenía que hacer alguna cosa.

El libro.
Lo he ido haciendo por etapas y tocando otros aspectos más allá de la canción en sí misma. Por ejemplo, hay un capítulo en el que hablo de Mayo del 68, para hacer cierta contextualización histórica. También fui agrandando las historias de la versión polaca.

La versión polaca es una parte importante del libro porque tiene una potencia y una carga simbólica muy grande

Muy probablemente, la versión polaca fue la que le dio a L'estaca dimensión internacional.
La versión polaca es una parte importante del libro porque tiene una potencia y una carga simbólica muy grande. Además, sirve por ilustrar este juego de espejos de que hablábamos: aquí L'estaca es una canción antifascista y en Polonia es una canción anticomunista. Aunque en este sentido, el caso más paradigmático es el de Cuba, donde L'estaca llegó a través del mismo Lluís Llach, pero también a través de la versión polaca. Hay un grupo que se llama Porno para Ricardo...

Es el grupo de punk rock más emblemático que ha habido en la isla.
Pues su cantante miembros (Zero Dies), que también forma parte de otro grupo que se llama La Babosa Azul, llegó a grabar las dos versiones, la de La estaca, más fiel al original del Llach, y Los muros, más próxima a la versión polaca. Dos canciones con la misma melodía, una letra parecida, pero con mensajes opuestos. En el libro he intentado aproximarme a la figura del Jacek Kaczmarski, el cantautor y poeta, que adaptó L'estaca al polaco. A partir de aquí fui encontrando gente que la cantaba en lugares y con idiomas que prácticamente no sabía ni que existían. Como las lenguas de oïl del norte del estado francés y del sur de Bélgica, como el loranés o el picardo, que tienen versiones de L'estaca. O en Italia que, aunque no hay una versión en italiano estándar, sí que hay en muchas otras lenguas como el lombardo, el béneto o el ligur.

Hechos todos estos hallazgos, también intentaste contactar con todos los autores y las autoras de las versiones.
He contactado con muchísima gente. He tenido todo tipo de respuestas. Gente que, después de insisitir mucho, no me ha hecho caso, y gente que ha sido extremadamente generosa. Sería el caso, este último. del autor de la versión en hebreo. Encontré un vídeo en Youtube. Allí aparecía un nombre. Hice búsqueda en Google y descubrí que el autor era maestro en una escuela de música de Tel Aviv. Envié un mail y al cabo de 10 minutos me llamó por teléfono. Más tarde me escribió un correo en catalán. No es que lo supiera hablar, pero tuvo el detalle de utilizar el Googe Translate para escribirme en nuestro idioma. Me explicaba que había hecho una versión para ir en contra de Netanyahu, porque se había dado cuenta de que el fascismo, que siempre había estado alrededor, en la periferia del gobierno de Israel, ahora se había instalado en el medio, y hacía falta una canción para combatirlo. L'estaca es la contribución más importante de la música catalana en el cancionero revolucionario internacional junto con el Bella Ciao, la Hasta siempre siempre comandante, la misma Marsellesa... Pero con una particularidad...

L'Estaca de Joaquim Vilarnau, crónica de una canción sin fronteras / Foto: Carlos Baglietto

L'estaca es la contribución más importante de la música catalana al cancionero revolucionario internacional

¿Cuál?
El Bella Ciao, por ejemplo, que también ha sido versionado en muchos idiomas, entre ellos el catalán, siempre explica la misma historia. L'estaca, en cambio, se va adaptando a todas las realidades de allí donde la versionan. Y en Polonia es un muro, en yiddish es un yugo, en Córcega una cadena... Y en algunos lugares cambian al protagonista, que ya no es el avi Siset, sino un defensor de su lengua o lo que sea. Y a veces las historias son un poco diferentes, pero siempre mantienen un tono reivindicativo.

¿En Rusia han hecho una versión en clave feminista, verdad?
El autor de la versión rusa me explicó que allí había una versión feminista que empezaba diciendo "un día mi abuela', es decir, daba el protagonismo del abuelo Siset a una abuela. Y en Afganistán la han versionado las mujeres revolucionarias. En otro sentido, otra historia que me pone la carne de gallina es la de la versión alemana.

Der Pfahl, se llama.
En Alemania se hizo una versión bastante pronto, en los años 80, obra de dos hermanos gemelos considerados los padres del folk alemán. Incluso la grabaron un par a veces con un cierto éxito. El año 2017, el músico y periodista alemán Florian Kirner, vino a Barcelona a cubrir los hechos del referéndum por la independencia. Aquellos días escuchó a miles de personas cantando L'estaca ante el Parlament. Cuando volvió a Alemania, Kirner hizo una nueva versión. Un año más tarde, tocó su versión en el bosque de Hambacher. Este bosque está ocupado por activistas ecologistas desde hace muchos años, con el fin de detener la destrucción de este importante bosque antiguo por parte de la industria del carbón. Florian se sorprendió cuando, de repente, varias personas la empezaron a cantar con él. Resultó que Der Pfahl es una canción muy popular entre los scouts alemanas.

L'estaca es una canción popular entre las scouts alemanas y, me atrevería a decir, que... ¡de todo el mundo!
Hay países y lenguas en que L'estaca no ha sido editada, pero en cambio está traducida y se canta a través de los cancioneros. De los cancioneros de los scouts, de los cancioneros comunistas...

En los años 80, Lluís Llach no sabía si cantar L'estaca o no, porque le parecía que era un acto de pedantería. Encontraba que era buscar el aplauso fácil

¿Qué relación tiene actualmente a Lluís Llach con la canción? Porque, de alguna manera, L'estaca ya no es suya.
Pero eso le ha pasado siempre. En los años 80, Lluís Llach no sabía si cantarla o no, porque le parecía que era un acto de pedanteria. Creía que se era buscar el aplauso fácil. Pero no cantársela, cuando todo el mundo te lo está pidiendo, también le parecía que era un acto de malaa educación. Evidentemente, está agradecido a la canción, le gusta, pero a Lluís Llach lo entristece que 55 años después de hacer L'estaca todavía haya motivo para cantarla

De hecho, todavía hay paises en que está prohibida.
Fue una canción censurada aquí, fue una canción censurada en Polonia, y actualmente es una canción censurada en Bielorrusia. En Belarus, que es como a ellos les gusta que nos refiramos a su país, porque eso los acerca más a Europa y les distancia un poco más de Rusia. Allí, actualmente, es una canción anti-Lukashenko. Conseguí hablar con la persona que la había traducido al bieloruso, el antiguo presidente del PEN Club de su país. Me costó mucho localizarlo. Cuándo lo encontré, me explicó que no dominaba muy bien el inglés, y me preguntó si me podía enviar las respuestas por escrito. Me las envió todas en catalán a través de un amigo, porque todo el mundo es consciente de la catalanidad de L'estaca.