Quizás tuviste que llevar a los niños a alguno de sus conciertos, o tuviste que comprarles los discos. Quizás las escuchabas y tenías sus pósteres en la habitación o, no sabes cómo, todavía reconoces sus letras al minuto. Y si no eres ninguna de las dos, seguro que sabrías cantar el estribillo de "Posa'm un suc". Las voces de Nina Uyà (Fresa), Alba Rodríguez (Mandarina), Amanda Delgado (Kiwi), Mariona Colomé (Piña) y Laura Cueto (Limón) formaron la primera generación de Macedònia, que duró desde el 2002 hasta el 2007.

Con cuatro álbumes publicados, se abrieron espacio entre un público preadolescente con letras sobre divorcios, presión estética, amor o desigualdades sociales. A ellas las han seguido tres generaciones más, pero Macedònia ha llegado a su final. Así lo anunció Dani Coma, ideólogo del grupo, a principios del año pasado.

Hoy hablamos con la voz de la niña más fashion de la clase, la que llevaba ropa para flipar y tenía un novio de Girona, dos novias de Eivissa y otro que no sabemos de dónde era. U la de aquella que sentía rabia por su amiga, la delegada de la clase, la que subía al Pedraforca y era vegatariana. Alba y Mariona.

Les Macedonia - Sergi Alcàzar

Mariona y Alba, en el barrio de Gràcia de Barcelona / Foto: Sergi Alcàzar

Primero de todo, ¿qué es de vuestras vidas? Hace tantos años que no sabemos de vosotras...
Mariona: Yo ahora mismo tengo 35 años y acabo de ser madre. Soy jefa de producción audiovisual y estoy cogiendo pequeñas faenas de freelance.

Alba: Yo tengo 31 años, dentro de poco 32, y estoy trabajando en un instituto de secundaria de profesora. Profesionalmente, no he seguido vinculada al arte o la música, sí como público y a través de la danza. Ya era la idea cuando acabamos. Yo tenía 18 años, justo empecé la universidad y escogí Psicología.

Os llevabais algunos años entre vosotros, sobre todo con Nina, que empezó con 18. ¿Se notaban estos seis años de diferencia?
Mariona: Solo al principio. A medida que todas fuimos cumpliendo los 18 y nos fuimos haciendo más adolescentes, la relación se fue estrechando. Nina era un poco como la madre.

Alba: Yo empecé con 12 años y ella con 18, está toda la adolescencia en medio. En mi caso, era la más pequeña, lo veo como que acabamos siendo referentes y hermanas entre nosotras. Era genial tener alrededor gente un poco mayor y completamente diferente de quien aprender.

Cuando os llama Dani y os dice que el proyecto de Macedònia se termina, pero os propone hacer un reencuentro con todas las frutas, ¿cómo recibís la noticia?
Mariona: Al principio pensé: "Ostras, qué pena que este proyecto se acabe". Aunque no estemos involucradas como antes, hace ilusión ver que siguen haciendo música. Por otra parte, cuando me proponen un concierto de reencuentro, mi reacción fue: "No lo sabré hacer, qué nervios y qué vergüenza". Pero cuando nos encontramos y empezamos a ensayar, todo fluyó solo.

Alba: Compartimos muchas horas y muchísimas anécdotas. Tengo muy buenos recuerdos de la adolescencia y es muy bonito poder hacer este reencuentro años después. Remarcar que el reencuentro es con los músicos también, que nosotras los reivindicamos mucho e hicimos mucho equipo. Macedònia ha estado muy presente en mi vida, no es una cosa que haya quedado atrás. Voy creciendo y cada vez hay alguien más que descubre que participé, y cada vez es diferente cómo me lo hacen saber. Tarde o temprano aparece "Superfashion".

Macedònia ha estado muy presente en nuestras vidas, no es una cosa que haya quedado atrás. Tarde o temprano aparece "Superfashion"

Y todo eso en plena adolescencia, que no la vivís como el resto de compañeros/as de clase.
Mariona: Para mí, Macedònia era como una especie de trabajo y hobby a la vez, como quien por las tardes va a hacer natación, pero yo iba a ensayar y lo hacía en fines de semana.

Alba: Fue intenso en el sentido en que la adolescencia es un punto donde el grupo de iguales es clave, y yo recuerdo que tenía la gente del esplai, la gente del instituto, los amigos de primaria... y Macedònia, que te acababa absorbiendo mucho. Hubo momentos de todo, como todo lo que es intenso, y más en plena adolescencia donde cada día pasas por 50 emociones. Pero no lo cambiaría por nada.

Para una generación, las letras de vuestras canciones son como inolvidables. Hablabais de los divorcios de los padres, el amor preadolescente, pobreza, migración, presión estética... Pero las escribía Dani. ¿Cómo era el proceso de hacéroslas vuestras?
Mariona: Para escoger qué cantaba cada una dependía de la tonalidad y si nos sentíamos más cómodas con una u otra. Pero todas probábamos todo.

Alba: Ahora cuando leo y escucho las canciones, lo hago desde otra perspectiva. Y entiendo y las vivo de una manera muy diferente, que supongo que es lo que tiene la madurez, y que depende de tu experiencia y del momento en que te encuentres.

Creo que eso también nos ha pasado a las seguidoras, que hemos vuelto a escuchar la música años más tarde y hemos detectado un mensaje muy importante que antes quizás no veíamos.
Alba: Yo creo que esta es la gracia de Macedònia, que llega a muchas edades, porque el mensaje se puede adaptar al punto de vista. Incluso en las escuelas se aprovechan las letras para hablar de algunos de los temas de los que hablan las canciones.

Les Macedonia - Sergi Alcàzar

Mariona Colomé (Piña) y Alba Rodríguez (Mandarina) / Foto: Sergi Alcàzar

Cuando leemos y escuchamos las canciones ahora, lo hacemos desde otra perspectiva. Es la gracia de Macedònia, llega a muchas edades porque el mensaje se puede adaptar

No podemos no hablar de la otra parte importante, la estética. Todas queríamos vuestros pantalones de campana y las diademas de colores.
Mariona: Para vestirnos era todo un show. Tú llegabas con tu ropa, pero podías salir al escenario con la ropa de la otra.

Alba: Teníamos estilos diferentes, pero lo acabábamos compartiendo todo. Yo recuerdo que iba a comprar al JPB en Portal de l'Àngel, que ya no existe, donde todo eran camisetas a rayas. También encontrabas las chaquetas de la marca "vespa" o los palestinos. El otro sitio era el Camello, allí al lado, donde estaban los pantalones muy bajos y muy acampanados.

Mariona: Y enseñando la goma de las bragas. Cuando salieron los pantalones de pitillo yo juré que no me los pondría nunca. Y mírame, con pantalones de pitillo.

Quizás la vuestra era una imagen mucho más despreocupada de lo que tenemos ahora. No sé si erais conscientes, pero erais referentes muy naturales y desacomplejadas a los ojos del público.
Mariona: Yo creo que no teníamos la presión añadida de las redes sociales. El hecho de modelar para alguien, de tener que gustar, yo no la sentía. Simplemente quería ir cómoda, gustarme a mí y que quedara bien sobre el escenario en el sentido de grupo. Menos mal que no tuvimos la presión de colgar fotos y ver cuántos likes conseguíamos, nos ayudó a ser como éramos y vestir con la ropa que teníamos en nuestro armario.

Alba: A veces me pregunto cómo sería yo si fuera adolescente ahora. Cogimos un momento en que empezaban a aparecer los móviles, pero muy mínimo. Cuando hacíamos las fotos de grupo las hacíamos con cámaras digitales, las pasabas en casa y allí se quedaban. Ha cambiado mucho.

No teníamos la presión añadida de las redes sociales, de modelar para alguien o de tener que gustar

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Dani dijo, cuando anunció que el grupo terminaba: "Hay un salto demasiado grande entre la animación infantil y la música joven. Hemos llenado un vacío durante 20 años. Nos marchamos y no se ha solucionado nada". ¿Llegasteis a este público más preadolescente?Mariona: Yo no recuerdo más grupos. Aparte del Club Super3, que era para un público más infantil.

Alba: Abríamos temas de los que no se hablaba tanto para aquellas edades y, sobre todo, se huyó totalmente de caer en la sexualización de las niñas. Es bonito cómo ha habido varias generaciones, y cada una ha puesto su huella y su forma de ser.

Mariona: Y todas han tocado temas actuales, no solo con respecto a la música, como con la incorporación de temas trap de la última generación, sino también con las letras, que van acuerdo con las preocupaciones del momento.

Aún habiendo existido cuatro generaciones, si pegas un vistazo a Spotify, de las 10 canciones en tendencia y las más escuchadas de Macedònia, 5 son vuestras. Vuestra generación fue un boom. ¿Por qué creéis que lo tuvisteis?
Mariona: Quizás el público concreto de Macedònia no entra tanto a escucharlo por Spotify...

Alba: Quizás tuvimos el boom porque no existía ningún grupo similar a este. Después, como ya era conocido, cogió un ritmo diferente. En aquel momento, si te pones a pensar, había una reivindicación nueva que era traer a un grupo de mujeres, o niñas, al escenario en un contexto muy masculinizado. Aunque ahora también nos siguen faltando mujeres. Eso, al lado de los temas que abordábamos para unas edades donde había un vacío, pueden ser los motivos. Yo me estoy dando cuenta ahora de la envergadura que tuvimos, cuando la gente me dice que nos escuchaba y me cuesta creerlo.

¿Os paraban por la calle?
Alba: Sí, sí. Y en fiestas mayores. Yo recuerdo empezar a salir por las fiestas de Gràcia y la gente reconociéndome.

Cuando empezasteis, disfrutasteis de mucha promoción del Club Super3, que en aquel momento tenía audiencias mucho más altas que ahora. ¿Creéis que quizás había más consumo en catalán en estas edades preadolescentes?

Mariona: Ahora hay mucho más alcance, mucha más información. Internet lo ha cambiado todo y es mucho más fácil acceder a cualquier clase de música. En aquel momento, o te comprabas el disco o te comprabas el disco. Quizás por eso hay esta diferencia o debate de si antes se escuchaba más o menos música de aquí. Además, a través de las redes sociales puedes tejer mucha red e ir enlazando artistas hasta conocer lejanos.

Alba: Y han aparecido grupos como Txarango u Oques Grasses, que también hacen música que es para todos los públicos. Tienen un mensaje de lucha, pero quizás desde un punto de vista más naif, que lo hace accesible para todo el mundo.

Lo que comentáis sobre las redes sociales es una reflexión que puede ir vinculada a lo que dijo Gina Santaló, una de las últimas Macedònia, cuando se anunció que el grupo terminaba: "Cada vez todo el mundo se adelanta más". ¿Las generaciones de ahora se adelantan más que las de antes?
Mariona: Y no sólo con la música, yo creo que es con todo, se madura más deprisa.

Alba: Cada uno tendrá sus referentes, pero nosotros también los teníamos. Lo temprano que empezábamos a escuchar música que no acababas de entender... En nuestra época con 12 años escuchábamos Extremoduro y no sabíamos qué decían.

Mariona: A mí me pasó con la canción "Profilàctic", de Els Pets, que no sabía qué quería decir y cuando lo supe me morí de vergüenza. Pero yo estoy de acuerdo con Gina, y sumo todo el tema de la inmediatez con la que tienes cualquier cosa al alcance en cualquier momento.

Alba: Los referentes que se crean en las redes sociales antes pasaban por otro filtro, el de la televisión, las revistas o los diarios.

Les Macedonia - Sergi Alcàzar

Mariona Colomé (Piña) y Alba Rodríguez (Mandarina) / Foto: Sergi Alcàzar

Han aparecido grupos como Txarango u Oques Grasses que, con un mensaje más naif, también llegan a todos los públicos como lo hace Macedònia

No sé si os esperabais que tantos años después la gente seguiría recordando y escuchando la música que hacíais.
Mariona: Yo eso no me lo esperaba nada, que la gente siguiera haciendo versiones. Esperaba que quizás nos recordarían por encima. Es una sensación muy bonita.

En parte puede tener que ver con que actuasteis como claros referentes.
Alba: Sí, supongo que no estábamos acostumbrados. Y de repente las chicas jóvenes se podían identificar con nosotras como "aquello a lo que querían llegar".