Palermo (capital del reino de Sicilia), en algún momento entre 1401 y 1409. Anastasia Spatafora, una dama de la corte siciliana de los reyes Martín el Jove y María de Sicilia —hijo y sobrina, respectivamente, del rey catalanoaragonés Martín I—, abandonaba la capital siciliana para establecerse en Barcelona. Algunas investigaciones historiográficas apuntan a que Anastasia era algo más que una amiga del rey Martín I. Posiblemente, una protegida. Política o sentimentalmente. Pero su estancia en Barcelona, que trascendería la desaparición de los bellónidas (1410), pasó a la historia por ser la creadora de un revolucionario sistema de protección a la infancia que sería pionero en la historia de la humanidad. Madona Astasia, que era el nombre con el que fue conocida en la capital catalana, sería el hada madrina de los bebés abandonados..

Palermo (siglo XVI). En el centro de la imagen el barrio de la Vucciria donde, supuestamente, va neixer Madona Astàsia. Fuente Universidad de Heidelberg
Palermo (siglo XVI). En el centro de la imagen, el barrio de la Vucciria, donde supuestamente nació Madona Astasia. / Fuente: Universidad de Heidelberg

¿Cómo era aquella Barcelona de principios del siglo XV?

La Barcelona que conoció Madona Astasia era una ciudad de unos 40.000 habitantes (era una de las urbes importantes del Mediterráneo) recluida dentro de las murallas, que todavía se reponía de los estragos de la peste negra (1348-1351) y de sus rebrotes sucesivos (segunda mitad del siglo XIV). Su paisaje social estaba marcado por la grieta —desde la peste negra, cada vez mayor— entre las minoritarias oligarquías urbanas (mercaderes ricos, nobles rentistas, jerarquías eclesiásticas, funcionarios de la cancillería) que habían superado, relativamente bien, los efectos de esa pandemia, y las mayoritarias clases humildes (pequeños mercaderes, maestros y jornaleros gremiales, personal subalterno), terriblemente empobrecidos debido a aquella brutal crisis sanitaria y con pocas expectativas de recuperación social y económica

¿De dónde venían los bebés abandonados?

Los expósitos de la Santa Creu ingresaban identificados únicamente con un documento, denominado albarán: una nota escrita por un notario o un rector parroquial que revelaba unos pocos datos del bebé, pero que, en aquel contexto social y cultural, eran trascendentales: el nombre, la condición de bautizado o no y, en algunas ocasiones, la identidad de la madre. La investigación moderna de los albaranes de la Santa Creu revela que la pobreza era la principal causa de abandono. Pero también la ilegitimidad (los nacimientos fuera del matrimonio) era una causa frecuente de los abandonos. Y, menor medida, esta misma investigación revela el abandono de hijos de personal religioso (sobre todo monjas), hijos de esclavas (mulatos, que la documentación de la Santa Creu describe como "oscuros de piel") e hijos de transeúntes (de personajes de la farándula).

Barcelona (siglo XVI). En primer término, a intramuros, el Raval donde se edificó|instruyó el Hospital de la Santa Creu. Fuente Cartoteca de Catalunya
Barcelona (siglo XVI). En primer término, intramuros, el Raval, donde se edificó el Hospital de la Santa Creu. / Fuente: Cartoteca de Catalunya

¿Qué pasaba con las criaturas abandonadas en aquella Barcelona?

Entre 1401 y 1407 se edificó la parte más importante del Hospital de la Santa Creu, que había sido creado para unificar la atención sanitaria en la capital catalana. Y "el turno" de la Santa Creu (el sistema de acogida de bebés abandonados) empezaría a funcionar inmediatamente. En aquellas instituciones de acogida (hospitales, conventos, monasterios) se hacía lo que se podía con los recursos que se tenía. Y las tasas de mortalidad de aquellos críos abandonados eran del 75% en la franja de edad de 0 a 15 años. Solo una cuarta parte de los niños abandonados alcanzaba la edad adulta, una supervivencia muy inferior a la de los niños y niñas criados en entornos familiares convencionales. Eso sería así hasta que los caminos del Hospital de la Santa Creu y de Madona Astasia se cruzaron.

¿En qué consistía el proyecto de Madona Astasia?

Madona Astasia no creó un orfanato. El Hospital de la Santa Creu entregaba "a nodriza" (a crianza) a aquellas criaturas, que eran amamantadas en casas de campo de los pueblos del llano de Barcelona durante dos años y medio. Aquellas nodrizas cobraban un estipendio que oscilaba (según la época) entre los 16 y los 20 sueldos mensuales (el equivalente actual a unos 1.000 euros), que sufragaba íntegramente el Hospital. Durante aquellos dos años y medio, la Santa Creu inspeccionaba regularmente el correcto cumplimiento del "contrato". Transcurrido este plazo, si la criatura había burlado la guadaña de la muerte (la mortalidad era muy acusada en este primer tramo de vida), retornaba al Hospital y, a partir de ese momento, se iniciaba la segunda fase: buscar una "casa de acogida" que lo tenía que criar y formar profesionalmente.

Representación de los seis hospitales que se reunieron para crear el Hospital de la Santa Creu. Fuente Archivo Hospital de la Santa Creu
Representación de los seis hospitales que se reunieron para crear el Hospital de la Santa Creu. / Fuente: Archivo Hospital de la Santa Creu

La segunda fase del proyecto de Madona Astasia

Cuando los críos entregados "a nodriza" habían cumplido los dos años y medio, volvían al hospital, pero de forma transitoria. En ese momento se activaba la segunda fase del proyecto. Madona Astasia gestionaba la colocación de aquellos niños en casas que podían garantizar su crianza. Y fue tal el éxito de su gestión —constatado en el seguimiento que regularmente llevaba a cabo la institución—, que se le permitió gestionar las acogidas sin contrato: la palabra y el criterio de Madona Astasia tenían una consideración extraordinarios. Incluso cuando se equivocaba. En una ocasión, una de las niñas fue brutalmente violada por su patrón y Madona Astasia escribió al rey Alfonso el Magnánimo (sucesor de Martín I y de Fernando I), con quien también había cultivado una relación de amistad, para exigir un castigo ejemplar para el agresor.

La tercera fase del proyecto de Madona Astasia

Madona Astasia murió dejando un importante legado: la primera red de protección a la infancia de la historia de la humanidad. El motivo por el que esa iniciativa no la impulsó en Palermo, su ciudad natal, que tenía un paisaje sociológico muy parecido a la capital catalana, no lo sabemos. Probablemente, la amistad con el rey y un posible conflicto con el hijo del rey lo podrían explicar. Pero lo que sí sabemos es que dejó una fase inconclusa de su proyecto que no vería la luz hasta transcurrido más de un siglo. A finales de la centuria de 1500, el Consell de Cent de Barcelona instituyó un fondo para dotar económicamente a las niñas que, durante la segunda fase, se habían caído del sistema y se habían criado en el hospital, para que pudieran capitular matrimonialmente con el hijo de un menestral y evitar, de este modo, caer en las garras de la prostitución.

Martín I y Martí el Jove, ambos con corona (siglo XV). Protector y posiblemente detractor, respectivamente, de Madona Astàsia. Font MNAC
Martín I y Martín el Joven, ambos con corona (siglo XV). Protector y posiblemente detractor, respectivamente, de Madona Astasia. / Fuente: MNAC