Es el dilema del periodista musical, revelar secretos para que pasen a ser de dominio público. Todo el mundo los podrá disfrutar, pero dejarán de ser su espacio personal de reconfort. Disfrutad, pues, de Magalí Datzira, contrabajista y cantante barcelonesa que a finales de septiembre publicaba su segundo elepé, La salut i la bellesa(Bankrobber, 2024). Surgida de la inagotable fuente de talento que es la Sant Andreu Jazz Band, Magalí, que también ha compartido escenario trabajando con compañeras de gremio Rita Payés o Christina Rosenvinge, nos arañó un poco bastante el alma con su primero largo, Des de la cuina. Disco terapéutico con que consiguió curar las heridas que algunas relaciones nos dejan al corazón. Recopilación de creaciones conmovedoras a que ahora ha dado continuidad con el mucho más luminoso La salut i la bellesa. Un álbum que parte de la personal intrerpretación las formas libres del jazz para también encontrar cobijo debajo el paraguas de estilos como el hip hop, el electronica, el pop o la canción de autor. No tardéis a escucharlo, se convertirá instantáneamente en vuestro espacio personal de reconfort.

Des de la cuina era un disco superpersonal. En La salut i la bellesa te has vuelto a vaciar, pere de otra manera.
Para mí es un disco superpersonal, también, pero igual no es tan explícito como Des de la cuina, sino que hablo de temas que me son personales y me interpelan directamente, pero son temáticas más de "paranoias de la vida", no tanto de corazón roto o desavenencias (que también). El mismo tema La salut i la bellesa habla de cómo, si no busco problemas, no los tengo. De no buscar "al demonio", porque así no me encontrará. O de cómo creo firmemente que la salud y la belleza son conceptos que podemos aprender y adquirir, que podemos "leer" para vivir más en la salud y la belleza.

Es un disco más luminoso, un detalle que se percibe ya desde la portada, a diferencia de la de Des de la cuina, que era en blanco y negro. 
Sí, totalmente. ¡Quería que tuviera color, porque ha sido un proceso de disco lleno de colores (y luminoso, sí)!. Y como un disco es como una fotografía de un periodo en concreto, le queda bien que tenga colores. De hecho, para la portada tuve dudas de si pasar a color, pero que fuera un espacio interior o ya pasar al exterior. Finalmente, hicimos la foto en la cama, porque poner color ya era un paso bien grande paramí, poco a poco.

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Magalí Datzira ha publicado su segundo disco, La salut i la bellesa / Foto: Arxiu Bankrobber

Este disco ha sido como subir dos peldaños a la vez dentro de mi evolución como músico y como persona

"Un paso de gigante con respecto al anterior", has dicho.
Para mí este disco ha estado como subir dos peldaños a la vez dentro de mi evolución como músico y como persona. En La salut i la bellesa me he atrevido a contar con gente. He llamado a la banda con la que hace 3 años que tocamos y también a mis amigas de la escuela para que tocaran. He contado con mucha más gente y me he atrevido a delegar y confiar más. Me he atrevido a grabar en directo, sin claqueta, la mayoría del tiempo. En resumen, me he atrevido a confiar en el proceso, las personas y la música.

¿Cómo ha se ha filtrado este espíritu en el sonido del disco?
Fuimos al estudio Casafont, en el Solsonès y, entre el entorno que es increíble e inspira que flipas a tocar bien, y que cada uno de los músicos dio lo bueno y mejor de ellos mismos, todo el mundo cooperó super-bien y fue todo rodado, si. Creo que algunos de los músicos fueron a hacer mini excursiones algún día. Yo estaba petadísima (porque liderar una grabación y grabar a la vez cansa mucho) y cuando teníamos libre, dormía, la verdad. Creo que se nota mucho que este disco lo grabamos en una semana y en directo. Con Des de la cuina estuve un año en casa grabando y regrabando cosas. Lo hice yo sola y a poco a poco (y con muchas crisis). Creo que este es el espacio para hablar y reivindicar la música tocada, la música en directo y la espontaneidad y belleza que nace de tocar juntos y a la vez. Así que aprovecho por agradecer a los músicos y las personas que han intervenido: Toni Mora al piano, Iscle Datzira al saxo, Bernat Tortajada (Vernat) a la guitarra, David Gimeno a la batería, Adrià Serrano al sonido, Tíndari Sgró a la intendencia y producción, y después mis amigas de la escuela; Bruna González al violonchelo, Rita Salgado a la trompa y Neus Aranda a la trompeta. También gracias a Arnau Figueres, con quien grabé las voces a posteriori, y a Raphael Jonin en el mástering. Y todo el resto de gente implicada soportándome desde muchos lados.

Tú eres quien firma el disco, quien pone el nombre, las melodías y los sentimientos, pero ¿sientes que, después de dos años, formáis un colectivo sin el cual tu propuesta sería y sonaría muy diferente, más teniendo en cuenta que tu primer disco lo hiciste tú sola?
Claramente, este disco sonaría diferente sin estos músicos que tocan. Clarísimamente. Pero también tengo claro que lo hubiera grabado igualmente (en casa, quizás). Las canciones no solo pueden sonar de una manera. Lo que tengo pensado hacer próximamente no sonará como La salut i la bellesa, no estará grabado en directo (porque no tengo bastante dinero para volver a grabar un disco así). En directo pienso llevar la misma banda, si ellos quieren; porque una vez he encontrado a un equipo que funciona y que me encanta, siento que es de las suertes más grandes que tengo y no la quiero dejar perder. Y para mí, de las cosas más chulas y divertidas que hay es que el disco suene de una manera y el directo de otra. Como espectadora, es muy aburrido si el directo suena igual que el disco. No somos máquinas, somos humanos y es genial que toquemos y nos equivoquemos y que pasen cosas diferentes en cada concierto. ¡Estoy haciendo un poco un reclamo a la espontaneidad!

No somos máquinas, somos humanos y es genial que toquemos y nos equivoquemos y que pasen cosas diferentes en cada concierto. ¡Hago un reclamo a la espontaneidad!

¿Cuál fue la banda sonora de aquellos días en el Solsonès?
Cuando estás en un estudio 8 o 9 o 19 horas al día grabando un disco, y hablo por mí, pero creo que es general, no tienes ganas de escuchar más música. Lo único que recuerdo es uno de los últimos días, que estuvimos escuchando canciones que sonaran muy bien (a nivel de sonido puramente) para escucharlas con los altavoces buenísimos de la sala de control de Casafont y analizar la mezcla y el máster. Lo único que recuerdo es que Daft Punk sonaba increíble. Más allá de los días que estuvimos grabando, no tengo Spotify, hace unos meses que utilizo Tidal. Y en mi lista de reproducción podrías encontrar a Daniel Caesar, The Internet, Djavan, James Blake, The Smile, Liliana Herrero, Emanuele Triglia, Roberto Murolo, Lucia Fumero, Nu Genea, Maria Gadú, Marco Castello, Nathy Peluso, Nai Barghouti.

Una lista que ejemplariza perfectamente esta relectura tan personal que haces del jazz.
Pues mira, últimamente digo que vengo del jazz y hago canciones. Aunque lo puedes llamar como quieras. Para  mí, sí que se puede considerar que hacemos jazz, ya que estamos improvisando, tocando en directo, las canciones tienen progresiones armónicas con un mínimo de complejidad, y casi toda la banda viene de estudiar jazz muchos años. Pero, para los festivales de jazz parece que no somos suficientemente jazz para programarnos, así que vete a saber qué es jazz. Y vete a saber cómo definir mi propuesta, porque creo que la típica cantautora tampoco soy. La música no está hecha para encajar definiciones, y menos en este siglo megainteractivo entre países, géneros y artistas.

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Magalí Datzira, nadie sabe qué hace, todo el mundo coincide que su música es brillante / Foto: Arxiu Bankrobber

Para los festivales de jazz parece que no somos suficientemente jazz para programarnos, así que vete a saber qué es jazz. Y vete a saber cómo definir mi propuesta, porque creo que la típica cantautora tampoco soy

En el disco hay un par de colaboraciones, pero destaca la de AllttA, un tándem de hip hop a caballo entre Francia y los Estados Unidos.
Es una historia bastante ràndom. Iscle fue quien me los enseñó, aunque no sé cómo los conoció él. Me encantaron. Tiempo después los empecé a seguir en el  Insta. Los escribí diciéndolo que me encantaba lo que hacían y me respondieron que igualmente, que que guay lo que hacía yo. Y yo flipando. Meses después, fui a Toulouse a verlos tocar (porque en Barcelona no han venido nunca...) y allí, muy tímidamente y presionada por Iscle, les fui a saludar: "Hola, soy la Magalí, de Instagram," y Jason (el MC americano Mr. J Medeiros) recuerdo que me dijo: "Ostras, parecías más alta por Instagram"!. WTF (risas). Estuvimos hablando de que molaría mucho colaborar algún día. Me pidieron los stems (un fichero de audio multicanal abierto, formado por cuatro elementos musicales) de alguno de mis temas para intentar samplearlos. Increíble. Unos meses después me iluminé: a la canción La salut i la bellesa le quedaría muy bien un rap de Jason, ya que me había dicho que le gustaba mucho mezclar el jazz acústico con el rap. Me dijo que sí y aquí lo tenéis.

La otra colaboración es la del cantautor italiano Marco Castello a Merecer.
Estoy muy contenta de las dos colaboraciones que hay en el disco, porque los dos son artistas de los cuales soy super-fan. Y no me pasa mucho ser fan. Y tampoco me pasa mucho de conocerlos y que sea un sentimiento mutuo de admiración. Así que muy fuerte, muy fuerte.

Igual podría vivir sin tocar o cantar, pero no sin hacer música

El primero fue un disco... doloroso. ¿La experiencia creativa y artística te sirvió para curar las heridas?
La experiencia justamente me hizo entender que no quería hacer el siguiente sola, que tenía que buscar alguien que me ayudara o que estuviera compartiendo el proceso y a quien pudiera explicar y hablar de las dudas... Inicialmente, le dije a Vernat si quería coproducir el disco conmigo, y estuvimos unos meses grabando canciones en su casa y en la mía y probando cosas. Hasta que un día tocamos dos canciones de lo que sería el nuevo disco con la banda, y de golpe sonaron muy bien. Aquí nos iluminamos con la opción de grabarlo toda la banda en un estudio durante una semana. Tengo que confesar que ahora estoy muy orgullosa, pero tardé muchísimo a decidir si lo grabábamos a la vez o por partes. Por lo que decía, que confiar en que saldrá bien y que grabar así se puede hacer y puede molar, es difícil, sobre todo sin referentes actuales.

Temáticamente, este, sin ser un álbum tan conceptual como el primero, sí que hay ciertos temas que se van repitiendo, como lo de tu "paranoia" con respecto a la idea de que todo el mundo está conectado.
Esta paranoia hace años que me acompaña (risas). A Des de la cuina hay un escrito que habla de eso, que después inspiró la canción Sol. Y también a La salut i la bellesa, en 1 o 1000 hablo que cómo puede ser que haga uno o mil años que me pase el mismo. Que todos estamos conectados es así, pero a la vez nunca deja de sorprenderme.

¿La música es una manera de desconectarnos (o de conectarnos de otra manera) de la vida?
A mí la música no me desconecta, me conecta. Seguro que es diferente la relación que tenemos con la música tú y yo o cualquier otra persona. Para mí, que soy músico y dedico una parte muy grande de mi vida a escuchar, tocar y pensar en la música, la música es una parte tan esencial de mi persona que no podría vivir sin ella, me define (aunque no soy solo músico, soy persona e hija y amiga y hermana y prima y pareja y cliente y mil otras cosas). Igual podría vivir sin tocar o cantar, pero no sin hacer música desde alguna de las mil vertientes que hay de este mundo.