Maggie Nelson es una escritora indefinible. Como también lo es su obra. Y lo deja entrever cada vez que habla. La autora norteamericana ha visitado el CCCB durante la gira promocional de su nuevo libro, Sobre la libertad. Cuatro cantos de restricción y cuidados, que publican Anagrama en castellano y L'Atra Editorial en catalán. En conversación con el filósofo Daniel Gamper, Nelson ha reflexionado sobre este concepto, que ha ocupado parte de su trabajo durante los últimos años, y se ha introducido en sus contradicciones.
Como en su obra, las vivencias personales afloran siempre que habla, incluso actuando como a base de su trabajo filosófico. Y es que a caballo entre la autobiografía, la filosofía, el trabajo académico y las memorias, sus libros se han convertido en una especie de género en sí mismo, extraño y fluido, con una capacidad increíble para interpelar al público. Y para abrirse en canal. En Los Argonautas (2015, La Otra/Anagrama), que alcanzó las listas de éxitos del New York Times, explica la transición de género de su pareja, el artista Harry Dodge. En Red parts destripa el juicio contra el sospechoso del asesinato de su tía, muerta décadas atrás. Son sólo dos ejemplos.
No es extraño, pues, que entre la inquietud para marcar los parámetros de su camino artístico, la libertad, se haya abierto paso como tema. Sobre la libertad se adentra en este concepto a la luz de cuatro elementos con los cuales revela una conexión especial a lo largo del libro. Cuatro patas que reconoce como importantes en su trayectoria y se sustenta su reflexión sobre las cuales. Son la creación artística, las drogas, el sexo y la crisis climática.
En el ensayo, Nelson vuelve a hacer gala de la capacidad de matizar las afirmaciones y las ideas sin caer en la tentación de tener que cerrarlas. Conduce al lector hasta los corazón de los problemas, esquivando desviaciones absurdas, hasta encontrar el nudo del conflicto. Se reivindica como una autora que es capaz de transformar la incertidumbre y la indeterminación que nos rodean en elementos que nos reconfortan y nos dan seguridad, al revés de lo que acostumbra a pasar. Este es uno de sus grandes méritos.
Nina Simone y Monica Lewinsky
"La libertad es mía y yo sé cómo me siento". La cita que canta Nina Simone en 'Feeling Good', sirve a la autora, para poner cada cosa en su lugar en el debate sobre qué es ser libre. La reflexión interior y el trabajo con uno mismo es importante, dice, pero también lo son las condiciones exteriores, políticas. "Los polis quizás están en el cerebro, pero la comisaría la tienen en la realidad exterior. Tenemos que localizar tanto a los polis como| la comisaría", dice al libro. Y lo remata: "si no tienes papeles o una ciudadanía no puedes ser libre", por mucho que te esfuerces.
Nelson también testimonia como en el presente la extrema derecha se ha apropiado del concepto de libertad y ha creado un universo de desinhibición y de desenfreno aparente, donde parece que nos pueda liberar de los censores que llevemos dentro
Nelson también testimonia como en el presente la extrema derecha se ha apropiado del concepto de libertad y ha creado un universo de desinhibición y de desenfreno aparente, donde parece que nos pueda liberar de los censores que llevemos dentro. Lo exhiben los llamamientos contra la dictadura de la corrección política o la cultura de la cancelación y las invitaciones del trumpismo a la liberación moral, a menudo nihilista. "Es un carnaval de la crueldad", dice, en qué a menudo la izquierda queda colocada en una posición represiva y punitiva. La inversión le inquieta.
Y de Nina Simone a Monica Lewinsky. Y es que la historia de la célebre becaria de Clinton es uno de los ejes de su reflexión sobre el sexo y el consentimiento desde una perspectiva feminista y a la luz del #MeToo. Nelson se acerca al debate, como siempre, matizando las posiciones, encontrando un equilibrio conceptual preciso entre bandos. "Se nos dice que la lucha por la liberación sexual ha sido un fracaso, que el sexo en realidad no ha mejorado para las mujeres, que en realidad lo que nosotros queremos es monogamia y relaciones tradicionales", afirma, "pero el debate es mucho más amplio".
La escritora y poeta alerta contra la tentación de convertir la violencia que ha revelado el #MeToo en una tentación para volver atrás
La escritora y poeta alerta contra la tentación de convertir la violencia que ha revelado el #MeToo en una tentación para volver atrás, a posiciones reaccionarias, en el debate sobre el consentimiento y el sexo, que reconoce complicado. La autora defiende que el estado actual de las cosas es profundamente mejorable, pero señala la necesidad, en consonancia con las posiciones de la tercera ola del feminismo, de añadir cierto 'optimismo sexual' a la conversación. "Hablar del sexo sólo como de un foco de peligro, una necesidad que alguna gente no es capaz de controlar, una fuente de poder o un simple accesorio de la vida, nos priva de muchas cosas", dice. "Cuando se trata de sexo, el poder quizás circula por todas partes", añade con Lewinsky y Clinton a la cabeza, "pero eso no quiere decir que no haya libertad".
Como ser libres si el mundo se acaba
Otro de los grandes ejes temáticos de la reflexión de Sobre la libertad es el del cambio climático y la destrucción del planeta, una realidad sobre la cual muestra ser muy consciente y que enlaza, en el libro, con el hecho de ser madre. La autora confiesa que, a la luz de esta crisis, nunca el hecho de escribir un libro le había parecido tan banal y compara a los ciudadanos a "polizones escondidos entre los vagones de un tren", individuos que evitan "mirar abiertamente hacia dónde vamos" y se conforman con "sobrevivir un día más".
La autora confiesa que, a la luz de esta crisis, nunca el hecho de escribir un libro le había parecido tan banal
El libro, pues, condensa como la cuestión climática y la aceptación progresiva de la dificultad en detener la destrucción del planeta han transformado nuestra concepción de la libertad. Para Nelson, hay una cantidad creciente de gente que se siente cautivada por una libertad de naturaleza nihilista, impulsada por la impotencia, la negación o el escapismo: las respuestas a la magnitud del problema y a la aparente falta de soluciones.
Si la libertad siempre se ha caracterizado por la falta de obstáculos y límites, por nuestra habilidad a la hora de superarlos, quizás tenemos que empezar ahora a aceptarlos para poder ser libres
Y es a través de esta cuestión que plantea también una idea provocadora: si la libertad siempre se ha caracterizado por la falta de obstáculos y límites, por nuestra habilidad a la hora de superarlos, quizás tenemos que empezar ahora a aceptarlos para poder ser libres: "la restricción y la limitación pueden ser portales hacia nuevas formas de libertad". En otras palabras, sólo si consumimos menos recursos como sociedad, si nos limitamos, seremos libres de poder vivir en el planeta.
Una trayectoria autobiográfica y queer
Las circunstancias personales de Nelson fueron la materia prima también de dos de sus primeros libros, Jane: A murder y Red parts: autobiography of a trial. En estos, Nelson se ocupa de la fascinación por la violencia en los Estados Unidos a través de una circunstancia familiar propia: el asesinato de una de sus tías el año 1969 y el juicio al sospechoso del crimen más de tres décadas después. Pero lo que la catapultó como escritora fue la publicación el año 2015 de la fascinante Los argonautas (L'Altra Editorial). En el libro brilla especialmente la mezcla particular de géneros– como la autobiografía, las memorias, el pensamiento político, el humor y la teoría académica– que caracteriza Nelson y que algunos críticos han agrupado bajo la etiqueta de 'teoría débil'. La autora explica su relación amorosa con el artista queer y de género fluido Harry Dodge, en el momento en que Dodge decide hacer una transición de género y Nelson se queda embarazada.
Las circunstancias personales de Nelson fueron la materia prima también de dos de sus primeros libros, Jane: A murder y Red parts: autobiography of a trial
Incisivo y autoconsciente, Los argonautas refleja las inquietudes de acompañar a alguien en este proceso, a la vez que expone la misma transformación de su embarazo, destripando las dudas prematernales y examinando cuestiones como formar a una familia con alguien del colectivo queer. El libro, más allá de reflexiones brillantes, es una ventana que normaliza y acerca al lector a un universo tradicionalmente apartado del mainstream, como lo hizo también en su momento Testo yonqui, de Paul B. Preciado. Es el de las inyecciones de testosterona y las mastectomías, el del cuerpo cambiante y la identidad entre fronteras y el de la confusión al dar el DNI en cualquier taquilla. Nelson lo hace con una inteligencia y una delicadeza envidiables. La misma con qué aconseja al lector para cerrar Sobre la libertad: "hace falta que pensemos que tenemos que pensar".