Nostalgia, aeropuertos, turismo, vivienda, masificación y la dualidad Mallorca-Barcelona son temas que trata Maria Jaume en su tercer disco Nostàlgia Airlines. Es en este nuevo trabajo donde se ha sentido más cómoda y ha visto el camino que quiere seguir, y los diferentes adelantos han ido dejando una cata del disco que salió el pasado viernes. De hecho, han tenido un muy buen recibimiento que "básicamente te da ánimos y dices: no debo ir muy mal encaminada", comenta. Ressaca a sa platja, Mala via o la colaboración con Julieta en Trista a Miami ya se han posicionado como top 3 de la artista en Spotify. Esta última no es la única colaboración; encontramos también una de muy especial con Pau Debon, vocalista de Antònia Font, grupo que considera que la ha visto nacer y crecer. También ha colaborado con Mar Grimalt y con Clara del grupo Renaldo&Clara. La artista no viene de una familia con tradición musical o con referentes claros, a pesar de que a su padrino siempre le había gustado mucho cantar y que compartía el gusto por la música con su hermano —"nos peleábamos por qué disco poner cuando íbamos en cotxe"—. En 2020 empezó su carrera musical con el álbum Fins a maig no revisc y dos años más tarde publicó el segundo, Voltes i voltes. Ahora llega con fuerza con el tercero haciéndonos entrar en su imaginario de lleno, con Lluís Cabot de productor.

Foto: Pau de la Calle

¿Cómo fue tu entrada en la industria?
Tuve bastante suerte porque me fichó Bankrobber y desde el principio tuve una discográfica. Fue sacar el disco e hice muchos conciertos, aunque llegó la covid. Creo que nunca he hecho tantos en un año, también porque iba sola y era el formato del momento. Recuerdo que tuvo mejor recibimiento y más bolos de los que me esperaba, pero también recuerdo ir picando bastante piedra.

En 2022 sacas el segundo disco Voltes i voltes. ¿Fue muy diferente el proceso?
Sí, mucho. En el primero yo era muy pequeña, eran canciones que hacía tiempo que había escrito, fue como juntar unas cuantas y tampoco pensar en un concepto de disco ni nada. Y con la producción tampoco metí demasiada mano, fue una cosa muy de Pau Vallvé. Después, ya con Lluís, fue una historia totalmente diferente. Sí que fue él el productor 100%, pero yo estaba metida desde el minuto uno en todo y vi cómo se hacía todo el proceso. Y es como que ya me lo siento mucho más mío.

Hace unos años que escucho mucha más música mainstream, he descubierto cosas que antes, por prejuicio o por lo que fuera, no escuchaba o no le daba la oportunidad

Y la evolución hasta ahora, en Nostàlgia Airlines, ¿cómo la has vivido?
Muy natural y orgánica, soy una persona que no puedo forzarme nada porque se notará, y estos años he ido cambiando, he madurado, he evolucionado en la manera de escuchar música y en lo que escucho. Hace unos años que escucho mucha más música mainstream, he descubierto cosas que antes, por prejuicio o por lo que fuera, no escuchaba o no le daba la oportunidad. Y he flipado un poco y he visto que realmente eso es lo que me mola hacer. Siempre he tenido claro, más o menos, que quería hacer pop, pero ahora he visto realmente el camino que quiero seguir. Y por eso el disco es bastante diferente de lo que había hecho hasta ahora a nivel musical.

Entonces, ¿dirías que te consolida como proyecto?
Yo creo que sí, nunca había estado tan tranquila como con las canciones que he hecho en este disco. Y es muy guay eso, porque siempre te pasa un poco, pero tienes la duda y realmente estoy súper satisfecha y evidentemente sé que podré hacer cosas mejores y probar cosas nuevas, pero de momento estoy muy a gusto en este lugar, en este disco.

¿Qué concepto central encontramos en el nuevo álbum?
Charla mucho de nostalgia y tiene muchos subtemas que yo veo claros y después se enlazan con las relaciones que tenemos entre personas. Charla de turismo, de vivienda, de vivir entre Mallorca y Barcelona, de sentir que te están sacando de casa, porque Mallorca es una locura a nivel de masificación y de turismo. Pero también llegar a una ciudad que no es que esté mucho mejor y donde no te puedes pagar prácticamente ni una habitación, y como esta inestabilidad social después se transforma en cómo te relacionas tú con la gente. Es un disco a nivel de letra muy inestable y que los protagonistas se están encontrando y no acaban de estar a gusto, también por todas estas problemáticas y porque también viven mucho de la nostalgia de un pasado que quizás no han ni vivido, como la de Cala Rajada 1964, que es sobre los inicios del turismo y el ideal que tenía que ser y que podría haber sido el turismo en Mallorca, y el desastre que es ahora.

Foto: Pau de la Calle

Justamente has hecho un sample de la canción de Bonet de San Pedro que enlaza el final de Cala Rajada 1964 y el inicio de Hoteles, sol y playa. ¿Cómo surgió?
Me vino a la cabeza que mi padrino siempre ha cantado esta canción de "bajo el cielo de Palma" y charla de eso, de los inicios, de cómo de guapo —entre comillas— que el turismo podría ser. Y Cala Rajada 1964 salió a través de un documental de Cala Rajada de Mallorca —que ahora está absolutamente masificada y parece Magaluf— donde sale una mujer que tenía una pensión en los inicios del año 64 y venían alemanes y ella tenía una relación de amistad con ellos, que incluso después se iba a Alemania a casa de estas personas... Y claro, te quedas un poco flipando con el desastre en que se ha convertido ahora, y creo que el sample de Bonet era la manera perfecta de juntar los dos momentos: la postal de aquellos años con el desastre de ahora. Mi padrino también sale por allí cantando y está bastante guapo.

¿Cómo ha sido la colaboración con Pau Debon?
Yo tenía muy claro que quería hacer una colaboración con Pau, nos salió la canción de Hoteles sol y playa y claro, era como una canción muy de Antònia Font, que han charlado mucho de estas temáticas. Fue enviarle la canción y me dijo que sí, fue como una cosa muy intensa. Antònia Font es el grupo de mi vida, yo desde que era una niña los he escuchado siempre y he nacido y crecido con ellos. Y de repente tener a Pau, que ya lo había conocido y es majísimo, allí grabando en el estudio cantando mi canción... Fue como el lacito perfecto de poner en el disco.

El sample de Bonet era la manera perfecta de juntar los dos momentos: la postal de aquellos años con el desastre de ahora

¿Y las otras colaboraciones?
Estoy supercontenta de todas las colaboraciones, de verdad. Son gente que siempre he admirado. Con Julieta también fue increíble, era una canción que habíamos hecho pensando mucho en ella, después ella le puso su verso y fue de locos. Y aparte, es muy guay ver currar a esta tía porque tiene las cosas claras, está supersegura y llegó al estudio y nos cuadró a todos, básicamente. Después con Clara también tenía muchas ganas, porque a Renaldo & Clara los llevo escuchando desde hace mil y es buenísima con lo que hace, y también escribió su trozo y fue muy guapo. Y con Mar, que es la más colega, fue también bastante especial porque fuimos a su casa, a un piso que tiene en Palma, y su trozo está grabado en una habitación así como pudimos, y también escribió su trozo. Mar tiene una sensibilidad a la que yo no puedo llegar, y cuando la escuchas... Mejoró la canción diez veces. Como puedes ver, muy contenta, salió todo rodado.

¿De dónde viene el título de Nostàlgia Airlines?
Lo que me transmitía principalmente el disco era nostalgia, y claro, encontraba que era una palabra guapa pero hortera a la vez. Y le buscaba otra palabra que pudiera ir que la hiciera más divertida y salió Airlines, porque en el disco el tema de los aviones y aeropuertos está muy presente y le daba todo el sentido. He pensado mucho en los aeropuertos en este disco, como el lugar que a muchos mallorquines nos pasa —y seguramente a mucha otra gente— que son aparentemente hostiles y superimpersonales, pero que yo me siento bastante a gusto, porque es un sitio en que nadie está en casa y, por lo tanto, no te sientes impostor de nada, sino que todo el mundo está en la misma situación y te lo llegas a hacer un poco tuyo.

Foto: Pau de la Calle

Empieza el disco Pura geografia, ¿por qué esta?
Al principio era el escalón entre lo que había estado haciendo hasta ahora y lo que venía en este disco. No sé si es un punto intermedio porque al final ha quedado un poco más electrónica de lo que me imaginaba, que me gusta más y todo. Creo que es una canción muy introductoria, la teníamos desde hacía mucho, pero no la habíamos acabado y no sé, era como de mis preferidas porque me enganchaba mucho, cuándo entraba allí podría escuchar cuatro ruedas más que no me cansaba en ningún momento. Para mí era como una carta de presentación: cogeos fuerte que ahora viene todo esto.

Y como tal, que antes decías que ahora has empezado a escuchar música más mainstream, ¿qué ejemplos te vienen a la cabeza? ¿Y qué referentes como Antònia Font has tenido desde el principio?
Hace años que escucho mucho a Caroline Pollachek, SZA, Bad Bunny, Rels B... Es verdad que no he dejado de escuchar mi zona de confort como Julia Jacklin, para mí es el comodín, Faye Webster, Sufjan Stevens... pero sí que es mi vertiente folk, y realmente en mi día a día he escuchado más el otro.

Antònia Font es el grupo de mi vida

Generalizando, hay un desplazamiento hacia la electrónica actualmente en los proyectos catalanes, ¿como lo ves tú?
Creo que todo son momentos, tuvimos uno donde todo el mundo hacía indie, después pop metafísico y ahora es verdad que hay más electrónica, más urbana y tal, pero dentro de unos años seguro que cambia y estamos en otro pico. Yo creo que está guay mirar lo que se está haciendo y saber lo que funciona, pero no tienes que perder en ningún momento el norte y tienes que saber qué haces tú. Y yo creo que es guay irte medio adaptando, pero ser muy fiel a ti misma; no apostar por alguna cosa porque esté de moda, ya que te puede funcionar, pero yo creo que de fuera también se percibe que estás haciendo lo que se tiene que hacer y a veces también es un poco frío.

Antes decías que habías encontrado en el pop lo que buscabas, ¿definirías así tu estilo?
Con la etiqueta de pop estoy tranquilísima. En este disco quizás hay algunas que son más electrónicas, pero también otros que son más friquis y que tampoco sé exactamente como clasificar, o sea que ya me las pondréis vosotros, las etiquetas.

¿Cuándo empezaste a escribir?
Era muy vergonzoso lo que escribía [río]. Debía tener 15 o 16 años y sobre todo era cuando estaba mal. No lo sé, cogí un poco el hábito de escribir. No era un dietario, sino volcar las emociones cuando lo necesitaba. Y poco a poco se fue convirtiendo en formato canción.

¿Te sigue pasando que vacías a través de la escritura?
No me pasa tanto, antes sí que escribía mucho, sobre todo en el primer disco, de cosas tristes o lo que me había pasado, porque también era eso, era postadolescente y lo sentía todo como si se acabara el mundo mañana, y ahora me he tranquilizado bastante. Me gusta también escribir viendo las cosas con un poco de perspectiva y poder también jugar con eso y ser más irónica. Y también he juntado realidad y ficción, antes era todo muy real.

Foto: Pau de la Calle

¿Has necesitado poner esta distancia por la exposición?
Me ha salido bastante de dentro porque también tenía ganas de charlar de otras cosas, quiero decir, a la gente le importa hasta un punto lo que te pasa cada día. Te pueden salir discos muy guapos, pero también llega a un punto que yo agradezco cuando escucho un disco y me explican cosas diferentes que no sea todo el tiempo cómo de mal que lo he pasado estos meses. También depende del momento en que estás, a veces te entran que flipas y a veces se necesita un poco de aire. Y hay letras inspiradas en historias de mi alrededor o con alguna cosa que he visto y he querido estirar el hilo. Incluso me ha pasado de tener canciones prácticamente acabadas y no tener letra y decir: ¿de qué quiero charlar? Evidentemente, siempre tiras de tu vivencia personal, lo que te ha pasado, pero te puedes inventar una historia recurriendo a cosas que te han pasado o simplemente con las ideas y las opiniones que tienes.

¿Te sientas a escribir o te va saliendo?
Lo he hecho y me cuesta más cuando es así, porque es la angustia esta de tener una página en blanco y tener que llenarla. Acabas escribiendo muchas cosas y te gusta un porcentaje muy pequeño... Sí que me va muy bien cuándo estoy en la ducha, no sé por qué, pero siempre me salen frases e ideas y tal y lo tengo que repetir todo el rato para que no me olvide [ríe]. Me ha pasado a veces que no me he acordado y es bastante frustrante. Combino bastante las formas, también saliendo a andar... Ahora ya no me da vergüenza sacar el móvil y hacer un audio.

Creo que sería un choque un poco fuerte volver a Mallorca, pero sí que todavía veo que en el futuro me gustaría volver

¿Te planteas volver a Mallorca?
Sí, pero no dentro de poco. Ahora mismo, si me quiero dedicar a esto (que es mi única fuente de ingresos) y le añades vuelos, hoteles, transporte, etc. se te va bastante presupuesto. Evidentemente, vivir en Mallorca es un poco más barato que vivir aquí, pero tampoco hay mucha diferencia y básicamente no me podría permitir hacer estos viajes cada semana. Y también que ahora estoy más a gusto aquí, y creo que sería un choque un poco fuerte volver a Mallorca, pero sí que todavía veo que en el futuro me gustaría volver.

Maria Hein, Reïna, Júlia Colom... Hay bastantes proyectos musicales mallorquines afincados en Barcelona. ¿Hacéis red? ¿O de la misma manera que con el resto de artistas que viven en Barcelona?
Evidentemente, con los mallorquines hay una cosa que somos de allí mismo y nos conocemos todos, somos amigos. Y es muy guapo también, porque te encuentras aquí y es como gente de tu casa, ¿sabes? Pero sí que es verdad que con mucha otra gente que es de aquí, de Catalunya, también hemos creado un poco este vínculo y es bastante guay porque te vas encontrando por los lugares y tienes colegas allí donde vas.