Después de siete años viviendo en Moscú como corresponsal de TV3 en Rusia, el pasado 2021 Manel Alias decidió que había llegado la hora de volver a casa. De aquella experiencia vital y profesional, surgió Rusia, el escenario mayor del mundo (Ahora Libros). Obra tejida a partir de fascinantes personajes e historias de una cotidianidad casi mágica, sus 464 páginas son la llave de un decodificador que nos permite entender un poco mejor un país tan complejo como la antigua Unión Soviética. Publicado a finales de octubre de 2021, la guerra en Ucrania, donde Alias ha vuelto como enviado especial, la obra del periodista toma más relevancia y sentido que nunca. "Estoy muy mal situado mentalmente. Vaya donde vaya tengo la sensación que tendría que estar en otro lugar o que llego tarde. Me había planteado una nueva vida: decidí marcharme de Rusia y volver aquí, pero Vladímir Putin me ha trinchado la agenda".
¿En algún momento en estos años llegaste a creer que acabaría estallando esta guerra?
Sabía que la situación en el sur del país estaba caliente. Hasta ahora había sido un conflicto intermitente: subían y bajaban la intensidad cuando querían e interesaba. Pero no habría imaginado nunca que estallaría una guerra, ni siquiera cuando los Estados Unidos ya lo advertían.
El libro no es una respuesta a la Guerra, porque lo publicaste mucho antes, pero sí que nos da pistas para entender muchas cosas.
Funcionó muy bien al principio, pero le preveía una vida comercial mucho más corta. Desgraciadamente, Vladímir Putin se ha convertido en mi mejor agente de ventas. Y sí es muy cierto que el libro no es un análisis político de Rusia, sí que dedico algunos capítulos a explicar por qué es tan importante la idea de guerra en su cultura. Mucha gente me ha comentado que eso los ha ayudado a decodificar un poco mejor todo lo que está pasando.
El libro no es un análisis político de Rusia, pero sí que dedico algunos capítulos a explicar por qué es tan importante la idea de guerra en su cultura
Y cómo es de importante esta idea de guerra para los rusos.
Para los estamentos de poder del país es muy importante. Desde esta perspectiva sí que se puede entender que el movimiento que ha hecho Putin era previsible. Yo mismo, cuando ahora he revisado estos capítulos, me han parecido incluso un punto visionarios.
¿Por qué?
Estamos hablando de un país con unos estamentos de poder que piensan que lo más importante que ha pasado a lo largo de su historia ha sido ganar la Segunda Guerra Mundial. Durante más de setenta años la idea central de su imaginario político y social había sido la Revolución Rusa. Cuando se hunde la Unión Soviética, esta idea tan potente, con muchos partidarios, pero también con muchos detractores y víctimas, cae. A partir de los años noventa, la Revolución Rusa ya no es un elemento unificador. Contrariamente, la victoria en la Segunda Guerra Mundial, sí. Porque es una victoria contra Hitler.
El mal perfecto.
Y Putin ha jugado con esta idea hasta hoy día: "si no estamos bien armados, pueden volver a querer destruirnos, así que tenemos que estar preparados para volver a ganar esta guerra". Y eso es lo que ha aflorado ahora. Putin se ha esperado en un momento en que la Unión Europea está débil y los Estados Unidos postTrump se han retirado un poco del mapa. Él se ha ido armando bien y ahora ha visto su momento para empezar a jugar su partida.
¿Cómo definirías la Rusia actual ideológicamente?
Rusia es un país ultraconservador. Los que aquí consideramos partidos de extrema derecha, allí lo son todos los que tienen representación en el parlamento. Eso no significa que todos los rusos sean conservadores de extrema derecha, pero sí los que mandan en el país. El Kremlin y Putin tienen una idea de Rusia como los últimos garantes de Europa de la moralidad y unos determinados valores. De la declaración de guerra del 24 de febrero, nos quedamos con que empezaban los ataques militares, pero si leemos todo el texto encontramos un ataque directo a la Unión Europea a la cual acusó de querer imponer unos valores que el pueblo ruso, con él al frente, no puede aceptar.
La declaración de guerra del 24 de febrero también es un ataque directo a la Unión Europea a la cual acusó de querer imponer unos valores que el pueblo ruso no puede aceptar
Pero eso también significaba el aislamiento internacional de Rusia.
Putin era plenamente consciente de que esta declaración supondría el levantamiento de un nuevo muro entre Rusia y el resto de Occidente. No sólo eso, sino que se les impondrían sanciones. Y sin embargo, emprende esta batalla. A pesar de haber vivido allí todos estos años, no me deja de sorprender ciertas actitudes de Putin. Para él Barcelona no es más que un putiferio de homosexuales y lesbianas. Pero los hijos de los cabecillas del Kremlin estudian aquí y no en Corea del Norte, y sus yates están amarrados en nuestros puertos. Es un discurso perverso, interesado y partidista.
¿La gente de la calle comulga con este ideario?
Los niños en Rusia crecen adoctrinados con este ideario. En la escuela de mi hijo de 7 años, y a todas las escuelas del país, no se podía hablar de homosexualidad, era un delito. Imagináis, niños de 13, 14 o 15 años que de repente empiezan a sentir y experimentar cosas, pero no pueden ni nombrar a la palabra. Eso crea un marco mental que hace de la homosexualidad una cosa enfermiza. Peor todavía, hasta hace unos meses la gente que quería todavía podía informarse en Internet. Ahora ni eso. Estamos yendo atrás.
¿Hasta qué punto el apoyo mayoritario a Putin es real?
Ahora mismo encuestas realizadas oficialmente, e incluso también por algún centro sociológico independiente, cuando se pregunta si se está de acuerdo con las últimas acciones de Putin, en todos los casos el apoyo es superior al 70%. El problema es que los rusos no saben la verdad. Su principal fuente de información son los canales oficiales federales. Allí todo lo que se ve relacionado con la guerra, es el mal supuestamente provocado por los ucranianos, a los cuales la propaganda rusa les tilda de fascistas. No se ha visto ni un solo civil ucraniano sufriendo. Es todo lo contrario de lo que podemos ver en Occidente. Estoy convencido de que la gran mayoría de rusos están en contra de la guerra. Y si supieran la verdad, todavía lo estarían más. El régimen de Putin es muy hábil controlando todas las esferas: judicial, política, periodística.
Putin todavía considera todos los territorios de la antigua Unión Soviética el patio de su casa
La elección de Ucrania como enemigo no es aleatoria.
Para nada. Putin todavía considera todos los territorios de la antigua Unión Soviética el patio de su casa: "hacia allí vosotros podéis hacer lo que queráis, pero para acá no vengáis". Pero eso le está saliendo mal: Finlandia y Suecia se están planteando si entran en la OTAN.
Países que siempre se habían mantenido neutrales, justamente por la reacción que pudiera tener Rusia.
Exacto, pero han entendido que las reacciones de Putin son tan desmesuradas que quizás es mejor contar con la protección de Putin. Pero no sólo eso. Putin también ha elevado Zelenski al estatus de líder.
Hasta ahora era un político desconocido internacionalmente y con muchos problemas internos en Ucrania.
Ahora es un héroe nacional e internacional. Contrariamente, sí que hay ciertas cosas que sí que le están saliendo bien a Putin.
¿Como...?
Enviar refugiados a Europa, con la tensión que eso puede provocar a la larga. De hecho, la elección de Ucrania, más allá que la considera su casa, también responde al hecho que había iniciado un camino hacia convertirse en un país mucho más moderno, abierto y democrático. Y eso también le molesta.
¿Qué papel tuvo Rusia en el procés catalán?
Todo el mundo ha jugado la carta del procés a su manera y con sus intereses. Rusia apostó muy fuerte por el procés, pero no porque les gustara la idea.
Rusia apostó muy fuerte por el procés, pero no porque les gustara la idea
Va en contra de su idea de unidad indivisible de la nación.
Si no les gusta que Ucrania tome sus decisiones, imaginad cómo reaccionarían si un territorio ruso quisiera independizarse. Putin los fulminaría en 2 segundos. Y el juego con el procés fue hacer creer a los rusos que la Unión Europea, que muchos de ellos tienen idealizada, no es un lugar tan genial cuando pasan cosas como qué haya una región que se quiere independizar. Me había llegado a pasar que se detenían más de mil personas en una manifestación pidiendo elecciones más libres en la principal calle de Moscú y aquel mismo día la televisión pública rusa abría sus informativos con una manifestación de los chalecos amarillos en Francia con no más de 200 o 300 personas. O hacer de las manifestaciones de Plaça Urquinaona de Barcelona cuando había los contenedores quemados una pantallita ofreciendo imágenes en directo en el canal 24 horas.
¿En este escenario tan complejo, en qué estadio se encuentra el conflicto de Chechenia?
Después de la segunda guerra de Chechenia, Putin ha establecido una especie de pacto con este territorio del Cáucaso ruso: dejas de generarme tensiones y problemas dentro de Rusia y en tu casa haces lo que quieras. Tanto es así que allí no se cumple ni la constitución rusa. Ramzan Kadírov, actual presidente de Chechenia, es un dictador con todas las letras.
Volviendo al inicio y al libro, decíamos que no es un análisis político ni social del país, pero a través de la cotidianidad de las historias que explicas puedes llegar a entender Rusia mucho mejor que muchos ensayos.
De la misma manera que puedes llegar a entender mejor Rusia con una conversación con mi suegra que con un discurso de Vladímir Putin, que siempre te querrá colar una idea propagandística. La suma de muchas de estas conversaciones con gente normal, que son la base del libro, explica muy bien cómo es Rusia y el porqué de muchas cosas. El título del libro, Rusia, el escenario mayor del mundo, responde al hecho de que allí pasan cosas que parecen pura ficción.
Puedes llegar a entender mejor Rusia con una conversación con mi suegra que con un discurso de Vladímir Putin
El DJ de Chernobil...
Mucho o poco, la historia de Chernobil ya la conocemos y es muy bestia. Pero encontrar a un personaje como este, el DJ de la ciudad. Una persona que cuando lo evacuan se siente mal y devuelve para poner música cada noche a la gente que se está jugando la vida intentando parar el escape. Me he encontrado gente muy extraordinaria.
La señora que cuando era una niña se encontró en su huerto con Yuri Gagarin y su cohete llegados del espacio.
La misma historia de Gagarin ya es alucinante. Un programa espacial que se prepara en una ciudad secreta que no aparece ni en los mapas. Se presentan 5000 candidatos hasta que llegan a 5, a 3 y finalmente sólo queda Yuri Gagarin: el primer cosmonauta de la historia. Su historia es fascinante. Pero a mí me gustan tanto o más los secundarios de los grandes relatos, como esta (entonces) niña de 5 años y su abuela, las primeras personas que vieron un astronauta caído del cielo cuando nadie sabía qué era un astronauta.
Esta niña ahora tenía 65 años y la fuiste a buscar.
No sabía si la encontraría. Me preguntaba cómo le había cambiado la vida, ser la primera persona en el planeta que vio a un cosmonauta. Y cuando la conocí descubrí que había tenido una vida del todo dramática. Y eso también explica mucho sobre Rusia, porque es un país que ha sufrido mucho. Por eso están mucho más preparados para convivir con una guerra. Preferiaria que no fuera así, pero están más capacitados para sufrir que nosotros. Y eso a mí me ha dado muchas lecciones de vida. Para un ruso, eso que estamos haciendo tú y yo: charlar mientras tomamos un café, sin que pase nada más, ya es un día extraordinario. Para nosotros, que un día sea inolvidable tenemos que ir al mejor concierto en muchos años, para después ir a cenar a un restaurante exquisito, y acabar haciendo unas copas en el club de moda. Tenemos que aprender a disfrutar del simple hecho de estar bien sin que pase nada más. Esta es una de las lecciones que me han dado a los rusos, un pueblo que sabe estar en paz, porque tienen muy pocos momentos de paz.
Siete años en Moscú, pareja, hijo... ¿Tú ya has descifrado el enigma Rusia?
No, les entiendo un poco mejor pero me sigue quedando mucho. Me hace gracia esta gente que viaja tres días a Rusia y vuelven siendo unos expertos en la materia. A mí todavía me sorprenden. De hecho, si me preguntan cómo son los catalanes, no sabría qué responder y he nacido aquí. Imaginad sobre Rusia. Quizás sé un poco más que la media, pero todavía me queda mucho para considerarme un experto.
¿Veremos alguna vez una Rusia plenamente democrática?
Los rusos jóvenes están plenamente preparados para dirigir un país plenamente democrático. Pasa que no sé si las clases dirigentes los dejarán. Hay una teoría entre expertos que dice que siendo un país tan grande con una población tan dispersa, se necesita un líder autoritario para gobernar todo eso. Estoy totalmente en contra.
Es una teoría patrialcal.
Totalmente. Es una teoría por mantener la rueda, el estatus quo. De hecho, Ucrania, en muchas cosas, es un país muy parecido a Rusia, y ellos sí que han utilizara este camino, creo que ya irrenunciable, hacia una apertura democrática.
¿Hay fascistas y neonazis, como dice la propaganda rusa, en Ucrania?
Hay y es preocupante. Pero no más que en otros países y tienen la fuerza que tienen, que es muy poca. Como país democrático que es, los fascistas se pudieron presentar a las elecciones en Ucrania y no alcanzaron el 5% mínimo de votos para tener representación parlamentaria. He cubierto elecciones en Ucrania y Rusia, y sólo en uno de los dos países no sabías de antemano quién ganaría. En Ucrania, donde incluso había candidatos prorrusos, no sabías quién ganaría. En Rusia eso no pasa porque los candidatos de la oposición están en la cárcel o en el exilio. Y es este país el que te dice que se tiene que invadir el país vecino porque son neonazis. Un país, Rusia, en la que también hay muchos neonazis, pero los de su casa no los persiguen.
¿Qué papel juega el periodismo en un conflicto como este?
He vuelto de Rusia un poco quemado con nuestro oficio. Nunca fui un periodista vocacional, pero con los años he acabado sintiendo un gran amor por mi trabajo. Estoy convencido de que si se hiciera buen periodismo el mundo sería mejor. Lo que he visto en la guerra: horror, crueldad... es indescriptible. Y si eso pasa con nosotros, los periodistas, estando allí, qué pasaría si no estuviéramos. Si hiciéramos periodismo de una sola calle, de buena fe, de buena voluntad, en todos los ámbitos, de la política a la cultura, mejoraría todo. Desgraciadamente, hacemos periodismo de trincheras, en las que cada uno defiende a muerte su idea. El periodismo actualmente es una competición muy extraña.