"Queríamos hacer una cosa diferente", explica Roger Padilla, "ya lo habíamos pensado cuando sacamos el anterior disco". El grupo musical Manel explican a El Nacional en el bar Vall de plaça Rovira, en Gràcia, que les apetecía tener su primera experiencia con productor musical, y ha sido con el norteamericano Jake Aron.
"Grabamos en una iglesia de Woodstock, alejados de la civilización", añade Arnau Vallvé. Detallan cómo se levantaban a las 9.00h como muy tarde para empezar a grabar y no salían hasta pasadas las 22.00h, de manera que no han podido impregnarse de la vida rural de esta localidad del Estado de Nueva York. "Como mucho hacíamos un pinta en un bar irlandés", puntualiza Martí Maymó.
Para ellos, trabajar con un productor ha sido una experiencia muy positiva, y aseguran que han intentado "no relajar el cerebro" pensando que la posproducción perfeccionaría la grabación inicial. "Era un peldaño más", explica el vocalista, Guillem Gisbert.