Hace años el manga era un género básicamente masculino. Eran hombres, generalmente adolescentes, los grandes aficionados al género, los que coleccionaban álbumes y los que iban a los primeros Salones del Manga. En los últimos años la situación ha cambiado notablemente, quizás por el impacto del manga que se pasa en televisión. Cada vez hay más mujeres que siguen el manga, y eso se ha hecho visible este año en el Manga Barcelona, donde hay muchas mujeres solas, grupos de mujeres, grupos mixtos e incluso numerosas mujeres entre los expositores. El manga se va volviendo femenino, con respecto a su público.
En el mundo del manga se encuentran cada vez más materiales destinados a un público femenino: desde fanzines pensados para mujeres hasta disfraces o materiales de merchandising para un público femenino. En realidad, incluso aparecen nuevos protagonistas femeninos, que rompen estereotipos, como la Nausicaä de Hayao Miyazaki o Nico Robin de One Piece, de Eiichiro Oda.
Ahora bien, el manga sigue siendo, muy mayoritariamente sexista. Predominan las mujeres débiles, que tienen que ser salvadas por los superhéroes. En los géneros más eróticos, como el hentai, la mujer está completamente sometida al hombre. Los personajes femeninos de manga a menudo son mujeres hipersexualizadas con poca ropa. En realidad, hay muchas series famosas que tienen como principal reclamo la sexualización de la mujer (y a veces, incluso, de las niñas). El cosplay, el disfraz de personajes de manga, pasa a menudo por el erotismo.
El problema del machismo en el mundo del manga también existe a nivel local. En el Manga Barcelona hay varios carteles en que se recuerda que no se puede tocar a quienes hacen cosplay sin su aprobación, recuerdan que "cosplay no es consentimiento" y apuntan que no se tolerará ningún tipo de acoso. Que sea necesario colgar estos carteles es realmente preocupante.
Foto de portada: La modelo catalana Judit Benavente disfressadade Chichi de Bola de Dragón