El Santa Mònica inaugura este jueves la exposición Màquines del temps. Redibuixar el passat i fabular el futur a la presó, un proyecto fruto de la colaboración entre artistas en privación de libertad y Antoni Hervàs. Comisariada por Mery Cuesta, muestra los resultados de las relaciones creativas y afectivas tejidas por el artista en varios centros penitenciarios e invita a reflexionar sobre la percepción del tiempo en la prisión. En total, 170 personas internas han participado en la propuesta. Se trata de una colaboración entre el Departamento de Justicia, Derechos y Memoria, el Departamento de Cultura y el Santa Mònica, en un ejercicio de provocación institucional con motivo de los 40 años de la asunción de las competencias penitenciarias por parte de la Generalitat de Catalunya. La muestra se podrá visitar gratuitamente en el centro de artes Santa Mònica hasta el 8 de septiembre en el horario habitual del centro.
La exposición consta de dos partes: la instalación principal (en la planta superior del Santa Mònica) que despliega las creaciones artísticas, y un preludio (en la primera planta) que desgrana las estrategias de participación que se han tenido que activar para trabajar desde la creación artística en un contexto penitenciario y poder llevar a cabo esta exposición. El trabajo de Hervàs se caracteriza por una metodología de implicación intensa con colectivos al margen de la normalidad social, que promueve la emergencia de representaciones desde dentro (es decir, producidas por el colectivo mismo). Hervàs ha entablado relaciones durante diez meses intensivos con reclusos y reclusas de diferentes centros penitenciarios de Catalunya y, en un proceso de dibujo expandido, ha construido seis tótems que evocan e integran literalmente dibujos, pinturas, cerámicas y otras creaciones que han caracterizado cada conversación. Unas conexiones que responden a la afinidad de lenguajes gráficos y de personalidad entre el artista y las personas recluidas.
En las seis instalaciones expuestas, el dibujo sale del papel y toma una forma nueva a la vez que respeta la esencia de la práctica artística de cada interlocutor. Seis tótems que convierten a los reclusos y reclusas en guías del mundo carcelario, en voces que explican cómo se experimenta el pasado, el presente y el futuro en la prisión. Cada instalación es una puerta temporal abierta en esta gran cápsula del tiempo que es la exposición misma. Todo este compendio de experiencias ha sido posible gracias a la complicidad de los reclusos y reclusas, pero también de los técnicos artísticos de los centros penitenciarios, que son una clave fundamental para entrar en contacto con los artistas en reclusión en el contexto catalán.
La consellera de Justicia, Derechos y Memoria, Gemma Ubasart, ha subrayado que la exposición es una excelente oportunidad para visibilizar el modelo catalán de ejecución penal y para acercar, de forma provocativa, los centros penitenciarios y los internos a la ciudadanía. "Sobre todo, nos permite explicar los valores y principios que sostienen este modelo: en un contexto de auge del extremismo y la intolerancia, la respuesta catalana es humanismo, garantismo y Estado democrático y social," ha destacado durante la rueda de prensa de presentación.
A su vez, Natàlia Garriga, consellera de Cultura, ha reivindicado que la muestra va en la línea de las políticas culturales y sociales que ha impulsado este Govern, centradas especialmente en garantizar el derecho de todo el mundo a participar "de y en" la cultura. En esta línea, la consellera ha recordado que el Departamento ha trabajado en la nueva y pionera Ley de derechos culturales de Catalunya, que actualmente se encuentra en tramitación. "Si creemos firmemente que la cultura es una de las cuatro patas del Estado del Bienestar, tiene que tener una ley, como la tienen la salud, la educación y los derechos sociales", ha dicho. En palabras de Garriga, "tenemos la firme convicción del poder transformador del arte y la cultura, y la muestra que presentamos hoy aquí sintetiza a la perfección estos valores".