Madrid, 27 de mayo de 1935. 10.15 horas. Plaza de París. Tribunal Supremo. Llega el autocar de la Dirección General de Seguridad que transporta a los presos políticos catalanes desde la prisión Celular a la sala del Tribunal. La prensa de la época detalla que la plaza de París y las calles de los alrededores están, literalmente, ocupadas por efectivos del Cuerpo de Seguridad y Asalto; y la sede del Tribunal lo está por efectivos de la Guardia Civil. Del autocar penitenciario bajan el president Lluís Companys y los consellers Pere Mestres, Joan Lluhí, Joan Comorera, Martí Esteve, Ventura Gassol y Martí Barrera. También, según la prensa, los presos políticos catalanes llegan custodiados por agentes del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, comandados por el comisario Enrique Sánchez García.

Parte posterior del Tribunal Supremo (años 30) / Fuente: Wikimedia

La llegada de los presos políticos

Según la prensa de la época, en las puertas del Tribunal ―desde primera hora de la mañana― se concentraron unas doscientas cincuenta personas, que eran la suma de los familiares de los presos, prensa destacada y público. Una cifra que, si bien no era despreciable, tampoco justificaba aquel despliegue policial; y sí que, en cambio, evidenciaba la relevancia política de aquel procés: se juzgaba al legítimo Govern de Catalunya por los hechos del Seis de Octubre (1934). La prensa relataría: "[Los presos políticos] Entraron en el edificio (...) por la puerta del Juzgado de guardia, subiendo al piso del Tribunal Supremo por la escalera de la Audiéncia Territorial. Los flanqueaban agentes de Vigilancia y fueron directamente al despacho del vicesecretario del Tribunal Supremo. El comisario Sánchez García hizo entrega de los procesados al capitán de la Guardia Civil Sánchez Cano”.

Quién es quién: la Guardia de Asalto y el general Muñoz Grandes

Los efectivos del Cuerpo de Seguridad y Asalto, mientras duró el juicio, fueron los responsables de la vigilancia del exterior de la sede del Tribunal y de las plazas y calles de los alrededores. La popularmente conocida Guardia de Asalto era un cuerpo de policía estatal creado en 1932 por el ministro de Gobernación de la República, el exmonárquico y conservador Miguel Maura Gamazo (hijo del ultracatólico Antonio Maura) “para hacer frente a las alteraciones del orden en las ciudades (...) dejando a la Guardia Civil la custodia del campo, su auténtica misión”. En el momento del juicio contra el Govern de Catalunya, su comandante era el general Muñoz Grandes (lo era desde la creación del cuerpo). Más tarde, Muñoz Grandes tendría un papel destacadísimo en la rebelión militar contra la República (1936), en la División Azul (1941) y en el aparato de gobierno franquista (1951-1970).

Sala del Tribunal Supremo, el president y los consellers en el banquillo de los acusados (mayo 1935) / Fuente: Arxiu Nacional de Catalunya

Quién es quién: la Guardia Civil y el ministro Portela Valladares

Cuando se inició el juicio (27 de mayo de 1935), el ministro de Gobernación de la República, el ―sólo teóricamente― independiente Manuel Portela Valladares, o bien le pareció que el Tribunal Supremo era un cortijo o, simplemente, le pareció que la idea de Maura era una tontería, porque la custodia de los presos políticos catalanes, a partir del momento que ponían los pies en la sede del Tribunal, la encomendó a la Guardia Civil. La trayectoria de Portela Valladares, ministro de Gobernación de la República desde el 3 de abril de 1935 (dos meses y pico antes del inicio del juicio) es la que explica mejor la incontestable naturaleza política de aquel juicio. Reveladoramente, desde los hechos del Seis de Octubre y la intervención de la Generalitat (1934), había sido gobernador general de Catalunya y máximo responsable de la represión desatada por el gobierno de la República.

Valladares, Muñoz Grandes y el general Mola / Fuente: Wikimedia

Quién es quién: el Cuerpo de Vigilancia y el general Mola

En cambio, los responsables del transporte diario de los presos políticos catalanes de la prisión al tribunal y al revés, de la plaza de la Moncloa a la plaza de París, eran los efectivos del Cuerpo de Investigación y Vigilancia. También habían sido los responsables del traslado desde el barco-prisión Uruguay (atracados en el puerto de Barcelona) en la prisión Celular de Madrid, el 7 de enero de 1935, en un "autocar sin placas de matrícula". El Cuerpo de Investigación y Vigilancia era el resultado de una profunda reforma en la última fase del régimen dictatorial (1923-1930). Su creador había sido el general Mola que, como Muñoz Grandes, adquiriría un papel muy relevante en el golpe de estado militar de 1936 contra la República. Durante el conflicto civil, la mayoría de sus efectivos, reveladoramente, se sumarían al bando rebelde y el régimen franquista lo reconvertiría en el actual Cuerpo Nacional de Policía.

Quién es quién: el juez Gasset, el fiscal Gallardo y el golpe de estado militar de 1936

En aquella primera sesión, la prensa revela que los presos políticos catalanes estuvieron en el interior de la sede del tribunal, presumiblemente en el despacho del vicesecretario, hasta las 11 de la mañana. También la prensa relata que a esa hora hicieron acto de presencia en la sala del juicio el presidente del tribunal Fernando Gasset Lacasaña, el fiscal Lorenzo Gallardo González y los veintiún vocales designados. Más adelante, Gasset y Gallardo (juez y fiscal) escribirían una de las páginas más rocambolescas de aquella etapa histórica. Trece meses después de haber dictado sentencia condenatoria, y coincidiendo con el estallido de la Guerra Civil (julio de 1936), se exiliarían oportunamente y, oportunamente también, volverían un año después ―en pleno conflicto armado― para sumarse entusiásticamente al bando franquista. En aquel curioso viraje, Gasset proclamaría que los "rojos" lo habían expoliado.

Fernando Gasset Lacasaña y Lorenzo Gallardo González / Fuente: Ayuntamiento de Castelló y Wikimedia

Los familiares de los presos políticos

Hasta las 11.20 no se inició aquella primera sesión. Según la prensa, las autoridades judiciales no contemplaron ningún tipo de medida de consideración humana hacia las familias de los presos, que se tuvieron que organizar para poder acceder a la sala. La prensa relata: “En la puerta de la calle del Marqués de la Ensenada se formó, a las siete de la mañana, una 'cola' de personas que deseaban asistir a la vista. Los quince primeros puestos de la misma fueron ocupados por personas que habían destacado los familiares de los ex consejeros encausados, con el propósito de que, al aproximarse la hora del juicio, les cediesen los puestos. Dichos familiares y algunas personalidades catalanas llegaron juntas poco después de las diez de la mañana. Entonces, el primer puesto de la 'cola' pasó a ocuparlo el ex alcalde de Barcelona don Carlos Pi y Suñer”.

Presó Celular de Madrid (años 30) / Fuente: Blog Urbancidades

La geografía de la sala del tribunal

En el interior de la sala quedaría definitivamente trazada la geografía del juicio: “En presidencia, con el señor Gasset, se sientan los señores Traviesa, Álvarez, Taltabull, Silió y Alcón. Los letrados defensores son: don Ángel Ossorio y Gallardo, que defiende al señor Companys; don Luis Jiménez de Asúa (...) a los señores Lluhí y Comorera; don Mariano Ruiz Funes, (...) de los señores Esteve y Gassol, y don Augusto Barcia, (...) de los señores Barrera y Mestre. Todos ellos se colocan en los estrados de la izquierda de la presidencia, y el fiscal general (...) don Lorenzo Gallardo, a la derecha. Aparecen los procesados. El primero (...) es don Luis Companys. Ocupan en estrados dos bancos. En el primero (...) los señores Companys, Lluhí, Esteve y Gassol, y en otro, los señores Comorera, Barrera y Mestres. Una pareja de la Guardia Civil toma asiento en los márgenes de ambos bancos”. Arrancaba el juicio político a Catalunya, que se sentenciaría en 10 días.