Els Hostalets de la Panadella (entonces veguería de Cervera), 30 de diciembre de 1613. Hace 409 años. Un ejército formado por unos cien bandoleros a caballo asaltaba un convoy real de moneda que hacía el trayecto Madrid-Barcelona-Génova-Bruselas. Aquel convoy, custodiado por cincuenta soldados, transportaba un cargamento de tres millones de ducados castellanos (el equivalente aproximado a unos quinientos millones de euros) destinado a poner al corriente las pagas retrasadas de los Tercios de Castilla acuartelados en los Países Bajos hispánicos (la actual Bélgica). Aquel asalto representaría un antes y un después: el "tren de Glasgow" del bandolerismo catalán. Pero, sorprendentemente, en la dirección de aquel asalto no habría ninguno de los grandes capitanes de aquel fenómeno bandolero, sino un personaje desconocido y misterioso que, posteriormente, sería detenido y asesinado en extrañas circunstancias.
¿Quién era Barbeta?
Barbeta era el apodo de Pere Barba dels Carbonells, nacido Pere Roca. La historiografía española, inexplicablemente, lo consideraba de algún lugar del reino de Nápoles. Sin embargo, la investigación historiográfica más reciente ha localizado su primera existencia en el Memorial de Compliments Pasquals de la parroquia de Vallfogona (entonces veguería de Montblanc). En esta documentación, actualmente depositada en el Archivo Histórico Comarcal del Baix Camp ―en Reus―, se constata que Pere Roca había nacido en Guimerà (entonces veguería de Tàrrega) el año 1578 o 1579. Y que el año 1592, con trece años, formaba parte del fuego (familia) de los Barba-Roca, que explotaban los carbonells (un horno de fabricación de carbón vegetal) situado a medio camino entre Vallfogona y Santa Coloma de Queralt, y al otro lado del comalat (la cordillera) donde veinte años más tarde se llevaría a cabo el gran asalto.
¿Cuál era el origen de Barbeta?
Pere Barba, Barbeta, nacido Pere Roca, fue un producto de su tiempo. Huérfano de padre a una edad muy temprana (probablemente entre los cuatro y los ocho años), acompañó a su hermana mayor Caterina Roca (nacida en Guimerà en 1568) en el matrimonio que celebró con Francesc Barba (el carbonero, nacido en Vallfogona en 1569). Según los Memorials, la familia Roca, formada por la novia Caterina, su madre Esperança y sus hermanos pequeños Pere y Joan, se establecieron en los carbonells. Pero aquella misma documentación nos revela que los Roca, que después de la prematura muerte del jefe de familia habían quedado en una situación muy precaria, no fueron establecidos en pie de igualdad con respecto a los Barba, sino que tanto la suegra como los pequeños cuñados de Francesc fueron reducidos a la condición de criados y sirvientas. Incluso, se apunta que Francesc habría impuesto su autoridad "marcando con fuego" al pequeño Pere.
¿Por qué Pere Roca pasa a ser Pere Barba?
La integración de los Roca ―una familia rota y en precario por la muerte del jefe de familia― en el universo familiar y productivo de los Barba se inscribe en el contexto ideológico de la "cultura de la casa" y en el valor de los elementos que la formaban como "fuerza motora de trabajo", que habían hecho fortuna después del triunfo campesino en la Revolución Remensa (finales del siglo XV). En esta unión matrimonial entre Francesc y Caterina ―muy probablemente pactada― los Barba aportan la "detención" (el derecho perpetuo de explotación) de la torre y cuadra de los Carbonells ―una importante infraestructura formada por un molino herrero y una carbonería― especialmente próspera en un escenario dominado por el bandolerismo: clandestinamente fabricaban "pelotas" (balas de pedernal y de escopeta). En cambio, los Roca quedaban limitados a la categoría de elementos destinados exclusivamente a la producción: "brazos para trabajar". Eso explicaría por qué Pere pasa de ser Roca a ser Barba.
¿Por qué Barbeta?
Otra vez la historiografía española, inexplicablemente, asocia el diminutivo con una pretendida baja estatura del personaje. En cambio, la investigación historiográfica reciente lo desmiente. Barba era "Barbeta" porque era el varón más joven de los Carbonells. Y el más rebelde. Y eso sumado al hecho apuntado anteriormente ―que los Roca tenían una sórdida relación comercial con los grandes grupos bandoleros de la zona― explica el tráfico del joven Pere hacia el mundo del bandolerismo. En este punto, la documentación histórica no revela ningún detalle importante, pero resulta plausible pensar que la carrera delictiva de Barbeta siguió una progresión imparable. Tanto que, en su edad adulta se había convertido en uno de los lugartenientes de Pere Roca d'Oristà, alias Perot Rocaguinarda o Perot lo Lladre, el gran capitán bandolero del partido nyerro y de quien Vicent Garcia, el célebre rector de Vallfogona ―¡y de Barbeta!―, diría que era “el millor pillard del cristianisme”.
Una trama corrupta
La dirección de aquel asalto, por jerarquías, correspondía a Rocaguinarda. Pero, teóricamente, no se podía poner al frente de aquella operación, porque poco antes (1611) se había acogido a una amnistía general decretada por el virrey hispánico Monteleone, y había estado integrado en los Tercios de Castilla en el reino de Nápoles con el grado de capitán. Pero su estancia en la península italiana está muy mal documentada. Tanto que resulta sospechosa. Barbeta dirigió el ataque en la Panadella, y es muy probable que Rocaguinarda no estuviera lejos de aquel escenario. Aquel robo dibujó una corrupta trama formada por el mismo Lerma, ministro plenipotenciario de la monarquía hispánica; Hurtado de Mendoza, virrey hispánico en Catalunya, y el bandolerismo nyerro (señorial) catalán, que explicaría, entre otras cosas, que después del asalto Barbeta fue "exiliado" sorprendentemente en los Estados Pontificios, aliado y colaborador de la monarquía hispánica.
¿Cómo murió Barbeta?
Barbeta era un hombre de acción. Forjado con hierro candente, y nunca mejor dicho. Que no tenía una visión política de las cosas. Exiliado en Roma, exigió una parte más grande del pastel y amenazó con hablar si no lo satisfacían. El pánico se apoderó de los dirigentes de aquella trama y, al cabo de un tiempo, la Guardia Pontificia detenía a Barbeta y lo entregaba a las autoridades hispánicas en Barcelona. Pere Barba dels Carbonells, nacido Pere Roca, el bandolero oculto, fue torturado, condenado, ejecutado y descuartizado sin ningún tipo de juicio (1617). Pura y sencillamente, porque los muertos nunca han hablado.