Chinon (valle bajo del río Loira, reino de Francia), 25 de junio de 1429. Hace 593 años. Una campesina adolescente llamada Juana de Arco llegaba a la corte del partido Valois y se entrevistaba con Carlos, el Delfín y candidato francés al trono de París. En aquel momento el reino de Francia estaba dividido entre los partidarios de Enrique VI de Inglaterra; y los de Carlos de Valois, futuro Carlos VII de Francia, en una guerra civil brutal y devastadora. Juana de Arco jugaría un papel decisivo en el desarrollo de aquel conflicto y en la coronación del Valois. Pero aquel protagonismo no habría sido posible sin la intervención de una tercera personalidad, que fabricó un mito para conseguir que Carlos confiara la dirección de su ejército a una campesina adolescente. Esta personalidad era Violante de Aragón.
¿Quién era Violante de Aragón y qué hacía en Francia?
Violante de Aragón, de la estirpe Bellónida, había nacido en Barcelona en 1384; en un contexto general marcado por la lenta recuperación económica después de la Peste Negra (1348-1351). Era la segunda hija del conde-rey Juan I (el penúltimo Bellónida en el trono de Barcelona) y de su segunda esposa, la alsaciana profrancesa Violante de Bar. Durante el reinado de Juan y Violante (1387-1396) la política exterior de la cancillería de Barcelona dibujó un notable viraje hacia el norte, buscando alianzas con la corona francesa, la tradicional rival de los catalanes por el dominio del Mediterráneo occidental. Y eso sería lo que explicaría el matrimonio de Violante —la hija— (1400) con un pariente lejano, Luis, que en aquel momento era un poderoso barón feudal que gobernaba, casi de forma independiente, el condado de Provenza y el ducado de Anjou.
¿Qué papel tuvo Violante en la guerra civil francesa?
Violante enviudó en 1417 y se quedó en Angers, en el valle bajo del Loira y centro de los dominios Anjou. Pero Violante era una personalidad dotada de una extraordinaria capacidad política que ya había conformado una dupla imbatible con su difunto marido Luis; y esta nueva condición no la apartó del conflicto. La viuda Violante trabajó para revitalizar el eje Valois-Armañac-Anjou (el del futuro Carlos VII de Francia); que, en aquel momento, atravesaba una situación crítica. El eje rival Lancaster-Borgoña (el de Enrique VI de Inglaterra) había derrotado repetidamente a Carlos VI de Francia (el padre del futuro Carlos VII) en los campos de batalla; y había conseguido que el Valois nombrara sucesor al rey de Inglaterra. Y el Lancaster, para evitar una contestación a aquel testamento, había arrestado y encarcelado a todos los partidarios importantes de la casa Valois.
Violante, pieza clave del partido Valois
Los contendientes Carlos VI de Francia y Enrique V de Inglaterra murieron casi consecutivamente (1422) y, con la desaparición de los dos grandes jefes militares, el conflicto lejos de disminuir se intensificó. En aquel momento, la figura de Violante adquiriría una especial dimensión. Se convirtió en la principal defensora del único hijo superviviente de Carlos VI: acogió al Delfín en su castillo de Angers y convirtió los dominios Anjou en la matriz de la operación Valois de reconquista del trono de Francia. Sin la decisiva intervención de Violante, los Valois —que querían representar la legitimidad francesa al trono de París— habrían desaparecido engullidos por la nebulosa de la historia y por la voracidad de los Lancaster; y la historia de Francia habría sido muy diferente. Muy probablemente nunca habría abarcado la categoría de primera potencia continental y mundial, que alcanzó pasados dos siglos (a partir de 1659).
Violante de Aragón y Juana de Arco
Se puede decir que el fenómeno Juana de Arco, el símbolo de la primera gran victoria militar del eje Valois-Armañac-Anjou en Orleans (1429), surgió casi por generación espontánea. Pero antes de la decisiva batalla de Orleans, que es lo mismo que decir de la clamorosa derrota del eje Lancaster-Borgoña; aquel fenómeno fue convertido, oportunamente, en un mito. Es muy probable que ni Violante ni el Delfín confiaran en la veracidad de los mensajes divinos que proclamaba Juana. Pero la enérgica y astuta catalana vio en aquella campesina adolescente y mística la oportunidad de restaurar y relanzar la decrépita moral de las tropas Valois. Fue Violante quien ordenó que la condujera de la lejana Lorena a los dominios Anjou, a través de un mítico viaje por el territorio borgoñón enemigo. Y fue Violante quien la presentó al Delfín, el futuro Carlos VII de Francia.
Violante de Aragón, ¿legítima reina de los catalanes?
El resto de la historia ya lo conocemos: la victoria Valois en Orleans, la captura de Juana de Arco por los Lancaster, y la horrible ejecución de la Pucelle de France en Rouen (1431). En definitiva, la culminación de la fabricación de un mito. Pero lo que es más desconocido, aparte del papel que Violante jugó en la construcción del mito de Juana de Arco; son los legítimos derechos de la catalana a la sucesión al trono de Barcelona. Mucho antes de toda esta historia, Violante fue candidata a reina titular de la Corona catalanoaragonesa. Lo fue en 1396, como única descendiente superviviente del conde-rey Juan I. Y lo fue en 1410, como la descendiente de mayor edad del conde-rey Pedro III, el padre de Juan I y de Martí I, los dos últimos Bellónidas en el trono barcelonés. Pero la tradición catalanoaragonesa que impedía a una mujer ocupar el trono como reina titular, no lo hizo posible.
¿Qué habría pasado?
Violante, con su enérgica y decidida intervención, cambió la historia de Francia. Pero siempre nos quedará saber qué habría pasado si, por ejemplo, a la muerte de Juan I (1398) o en el Compromiso de Casp (1412); las oligarquías catalanoaragonesas hubieran apoyado sus legítimos derechos. Aquella mujer que, a diferencia de su padre (Juan) y de su tío (Martín), estaba especialmente capacitada para el alta política... ¿habría cambiado el destino de Catalunya?