No revelo ningún secreto al afirmar que el auge de Internet puso patas arriba las industrias del entretenimiento porque modificó (sin permiso) la concepción que tradicionalmente se tenía de la propiedad intelectual y de los derechos de autor, además de la manera de consumir contenidos. Era el paso irreversible del mundo analógico al universo digital y del streaming que hoy conocemos. Entonces, las grandes corporaciones pusieron el grito en el cielo para intentar mantener el statu quo del sistema, pero hubo creadores que vieron en aquel caos una oportunidad perfecta para cambiar las reglas del juego a su favor. Uno de los casos más originales es el de Panel Syndicate, la plataforma de distribución de cómics digitales que crearon el 2013 al dibujante catalán Marcos Martín y el guionista norteamericano Brian K. Vaughan para distribuir sus obras de manera independiente bajo la premisa de "paga lo que quieras". A lo largo de una década, este proyecto a contracorriente ha ido creciendo y justo acaban de presentar el último número del cómic Friday, que Marcos Martín ha hecho junto con el guionista Ed Brubaker y la colorista Muntsa Vicente. Una historia juvenil de detectives que les ha valido en los tres el prestigioso premio Eisner al mejor cómic digital del 2024 (el equivalente a los Oscar en el noveno arte). Aprovechando este éxito internacional, hablamos con el dibujante para conocer los secretos de su última creación y como ha vivido la consolidación de Panel Syndicate.
Hace una década dejaste de colaborar con Marvel para iniciar Panel Syndicate, una plataforma online donde los lectores pagan lo que desean para descargar cómics. ¿Cuál era el objetivo de este proyecto tan ambicioso?
Nuestra intención era encontrar un canal de distribución alternativo que generara una relación más directa entre los creadores y los lectores, donde los dos fueran corresponsables del éxito de los libros. Al dejar en manos de los lectores el precio a pagar, nosotros como creadores nos teníamos que comprometer plenamente con los proyectos para asegurarnos que este interés continuara vivo. Y, por su parte, los lectores tenían que ser conscientes de que el esfuerzo creativo tiene un coste y que el hecho de que las obras funcionaran quedaba totalmente en sus manos. La honestidad de la propuesta contribuía a establecer esta relación de complicidad, que creo que es muy positiva.
El primer trabajo que publicaste fue The Private Eye, con guion de Brian K. Vaughan, y ganó el premio Eisner al mejor cómic digital el 2015. ¿Supuso un reto pasar del formato tradicional al digital para esta distopía futurista?
Tuvo sus dificultades porque queríamos encontrar el mejor formato para la lectura digital. En la práctica, eso quiso decir pasar del habitual formado vertical a un formato horizontal que incluyera toda la pantalla del ordenador (en aquel momento todavía no pensábamos en móviles ni tabletas) y de una página a la vez. Es decir, no había páginas enfrentadas, cada página era un cambio de página. Eso puede parecer una tontería, pero cambia la manera de distribuir la información de la historia. Además, Brian empezó a escribir pensando que utilizaríamos el método tradicional y los dos tardamos en adaptarnos al nuevo sistema de trabajo. Fue un proceso largo de aprendizaje y, de hecho, creo que realmente no nos sentimos del todo cómodos hasta el siguiente proyecto.
El segundo cómic que publicasteis juntos fue Barrier, una historia de ciencia ficción que trata el tema de la inmigración en los Estados Unidos. ¿Crees que su enfoque es más vigente ahora que cuando salió?
Desgraciadamente, creo que tiene la misma vigencia ahora que cuándo salió a finales del 2015. De hecho, creo que se ha agravado por la utilización burda de la situación, principalmente por parte de los partidos de extrema derecha, que han conseguido crear un marco de diálogo sesgado y tendencioso. Pasa en los Estados Unidos con Trump, y en el resto del mundo exactamente igual. Barrier era una propuesta para vernos a nosotros mismos y al otro con una perspectiva diferente, eso sí, con un envoltorio pulp y de ciencia ficción. Es un cómic que entusiasma a algunos, pero que muchos odiaron porque mantuvimos las lenguas de todos los personajes sin traducir (español e inglés) para transmitir mejor este sentimiento de indefensión e incomprensión cuando no nos entendemos. Pero nosotros añadíamos la parte esperanzadora del ser humano que acaba encontrando la manera de acercarse al otro, de comunicarse y de encontrar qué hay en común.
Nuestra intención era encontrar un canal de distribución alternativo que generara una relación más directa entre los creadores y los lectores, donde los dos fueran corresponsables del éxito de los libros
Panel Syndicate también se ha abierto a otros creadores con propuestas arriesgadas. ¿Qué valoráis más a la hora de publicar cómics de otros dibujantes y guionistas?
Principalmente, que estén dispuestos a ofrecer su trabajo al precio que los lectores quieran pagar, incluyendo nada. ¡O sea, que tengan claras tendencias suicidas! El riesgo realmente lo corren los autores ya que las ganancias van directamente a ellos, nosotros solo ofrecemos la plataforma de difusión y no cobramos nada por hacerlo. Aparte de eso, hay otros factores como que la calidad de las obras sea profesional y que el momento sea adecuado para nosotros. Como no somos ninguna editorial ni empresa, el hecho de poder colgar nuevas obras también viene dado por nuestra propia capacidad de tiempo y trabajo.
El último cómic que has dibujado se titula Friday y cuenta con guiones de Ed Brubaker. ¿Cómo os conocisteis y cuál era la premisa original de esta historia de detectives?
Conocí a Ed hace mucho tiempo, justo cuando los dos estábamos en DC, él escribiendo cómics de Batman y Catwoman, y yo dibujando Batgirl: Year One. Después trabajamos en Marvel en una historia del Capitán América y seguimos más o menos en contacto. Por eso pensé en él cuando llegó la hora de decidir mi siguiente proyecto después de Barrier. Le pregunté si querría hacer alguna cosa juntos. Inmediatamente me presentó esta historia de detectives adolescentes, inspirada en los personajes típicos de los libros juveniles de los años sesenta y setenta, pero mezclando elementos de terror lovecraftiano y la visión mucho más oscura y adulta que Ed acostumbra a aportar a todas sus historias. No en vano, es conocido por sus series de cómics de género negro y policíaco como Criminal y Reckless.
Friday es tu primera aproximación al público juvenil más allá de los superhéroes. ¿Nos podrías explicar cómo ha sido el proceso creativo para dibujar a los personajes y ambientar la historia en un pueblo tan típicamente americano?
Friday era justamente el tipo de historia que me apetecía dibujar después de Barrier. Estaba buscando trabajar el dibujo de manera diferente, cambiando el tipo de línea y probando soluciones de las que siempre me había apartado, como los sombreados con rayas, en un estilo lo más próximo posible a Edward Gorey. ¿Y qué historia podía ser más próxima a Gorey, creador de cuentos góticos e ilustrador de los libros de John Bellairs (otro clásico de la literatura juvenil), que Friday? El proceso para encontrar el look de los personajes y del pueblo fue mucho más largo de lo habitual, buscando documentación para conseguir transmitir una sensación de familiaridad y verosimilitud sin caer en la representación fidedigna y con un estilo con el que me sintiera cómodo.
Me llama la atención como incluyes elementos de la cultura popular en algunas viñetas, como la marquesina de un cine con el cartel de una película de James Bond. ¿Qué importancia tiene la cultura pop en tu imaginario creativo?
Estas referencias no siempre son mías. Por ejemplo, el caso de Live and Let Die ya venía en el guion de Ed. Pero sí que me gusta añadir detalles que puedan aportar textura y contexto a la historia, siempre que no distraigan la atención del lector de la información importante. Creo que es una cosa que me quedó de pequeño cuando leía los cómics de Tintín, donde había una riqueza en los detalles y la documentación, pero siempre en la medida justa.
Hay muy poca oferta de cómic en catalán y se restringe, principalmente, a álbumes europeos o manga. Hay poquísimas obras provenientes del mercado americano
Además de las versiones digitales en varios idiomas, acabáis de publicar en papel el Volumen 1 y el Volumen 2 de Friday con la editorial Mai Més. ¿Cómo ha surgido la colaboración con este sello en catalán?
Ahora mismo hay muy poca oferta de cómic en catalán y se restringe, principalmente, a álbumes europeos o manga. Hay poquísimas obras provenientes del mercado americano. Muntsa y yo queríamos ofrecer en primicia un cómic en catalán de un escritor tan reconocido como es Ed Brubaker y que saliera sin acompañar la versión en castellano. Mai Més nos dio esta oportunidad y creo que hacia octubre saldrá el tercero y último libro de Friday.
También acabáis de ganar el premio Eisner al mejor cómic digital de este año por los Volúmenes 7 y 8 de este cómic. ¿Qué importancia tiene este premio? ¿Habéis asistido alguna vez a la ceremonia de entrega en el marco de la Comic-Con de San Diego?
Solo hemos asistido una vez, pero fue hace más de veinte años y solo como espectadores. Me parece que los premios Eisner han cambiado bastante, como también ha cambiado su repercusión, porque ahora son más conocidos y generan más atención. A proyectos como el nuestro, que son relativamente pequeños y están fuera del mainstream, nos supone una inyección de publicidad y promoción que siempre es importante. Aun así, no hay que perder de vista que estamos dentro de una industria como la del cómic y que todo tiene un impacto muy relativo en comparación con otras industrias del entretenimiento, como la del cine o de los videojuegos.
¿Ahora que habéis cerrado Friday con este reconocimiento, cuál será la siguiente aventura de Panel Syndicate? ¿Te planteas volver a colaborar con Marvel?
Pues si quieres que te diga la verdad, todavía no sé cuál será nuestro próximo proyecto. Siempre que acabo un libro, dedico un tiempo de "luto" para cerrar el proceso, pensar en lo que quiero hacer y hacia donde quiero ir después. Me encantan a los superhéroes y Marvel es uno de mis referentes de infancia, tengo muchos amigos ahí y siempre trabajo muy a gusto. O sea, que ahora mismo podría ser una posibilidad, siempre que ellos quisieran, claro. Pero me he acostumbrado a trabajar a mi manera, a mi ritmo y con mis historias, así que me da la sensación que, tarde o temprano, volveré a Panel Syndicate con un proyecto nuevo.