Este septiembre, en el Poliorama, Dagoll Dagom estrenará una obra de William Shakespeare que nunca se ha visto en Catalunya: Pèricles, el príncep de Tir. Y lo hará con una versión musical basada en las canciones de Lluís Llach. Maremar contará con la dirección de Joan Lluís Bozzo, con arreglos musicales de Andreu Gayén y con la coreografía de Ariadna Peya. Un espectáculo sobre el drama de los refugiados con palabra, música y danza, del que hoy se ha hecho una pequeño presentación a la prensa, con un preludio basado con El cant de l'enyor de Lluís Llach.

Ante la crisis de los refugiados

Joan Lluís Bozzo confiesa que el Pericles que se podrá ver en el Poliorama tiene muy poco que ver con el que imaginó en un principio, cuando decidió dirigir esta obra. Maremar es una pieza centrada en el drama del Mediterráneo, porque, de hecho, los escenarios del Pèricles de Shakespeare están, hoy en día, en zonas muy conflictivas, y a Bozzo no le pareció ético ignorarlo en la obra. Al inicio de Maremar, que se presenta como una casi fábula, una niña llora desconsolada en el campo de los refugiados, porque no encuentra a sus padres. Con la finalidad de animarla, le explican la historia de Pericles, quien vence tras superar múltiples obstáculos. Rosa Maria Cisquella, productora ejecutiva de Dagoll Dagom,  afirma que esta obra quiere ser un homenaje "a la gente que cruza los mares" y que no quiere definir como víctimas, sino como héroes. Evidentemente, en esta obra "llachiana" sobre el exilio no podían faltar las Coplas de l'exili de Lluís Llach (y, obviamente, Maremar, que da nombre al espectáculo).

Renuncia a Bollywood

Bozzo reconoce que en principio habían pensado en hacer "un Bollywood", pero que con el tiempo vieron que esta obra no podía ir en este pensado. Entonces pensaron en trabajar con los textos y las canciones de Lluís Llach, que tienen muchísimas referencias al Mediterráneo y que contienen melodías de aire mediterráneo. Bozzo afirma que, a medida que se iba trabajando, este texto "ha sido despojado de ornamentos" y anuncia que el público se encontrará con un espectáculo "austero", con una escenografía "minimalista", a años luz del barco espectacular de Mar i cel. Eso sí, se recurrirá a las proyecciones para facilitar los cambios de ambientes, porque la obra original de Shakespeare se situaba en muchos escenarios diferentes.

La renovación de una compañía veterana

Anna Rosa Cisquella afirma que este espectáculo será especial, ya que supone una ruptura con respecto a los "típicos musicales" hechos anteriormente por Dagoll Dagom. La coreógrafa Ariadna Peya se ha referido directamente al riesgo que supone esta propuesta, diferente, y Bozzo ha ido más lejos y ha hablado abiertamente del "miedo" que le genera un proyecto tan innovador. Pero pese a todo, se aborda eso con mucha ilusión, justamente por el cambio que supone. Los miembros de la compañía han anunciado que será un espectáculo "poético", de más pequeño formato que los que hace habitualmente Dagoll Dagom y mucho más intimista. Incluso han explicado que tendrá una duración más corta de lo que se suele hacer, teniendo en cuenta el esfuerzo que deben hacer los actores, que son al mismo tiempo cantantes, músicos y bailarines. Toda la música la interpretarán los actores, que cantarán a capella o que en algunos momentos concretos interpretarán ellos mismos las piezas con instrumentos. Los actores escogidos con una serie de duros castings, forman un equipo muy joven, que garantiza la continua renovación de la veterana compañía Dagoll Dagom.

Lluís Llach. Foto: Sergi Alcàzar.

La generosidad de Lluís Llach

Andreu Gayén y Joan Lluís Bozzo han coincidido en agradecer a Lluís Llach su disposición a facilitar a la compañía el uso de su obra y en no poner condiciones a cómo se utilice. Andreu Gayén afirma que, a nivel musical, en Maremar habrá una docena de temas, entre los que se mezclarán canciones de Llach adaptadas con temas elaborados por Gayén inspirándose en el estilo de Llach. Todo acompañado de una coreografía que, según afirma Ariadna Peya, quiere hacer llegar al público la historia de Pericles, al margen de las típicas vías de la racionalidad.

Una esperanzada historia de superación

Bozzo ha definido esta historia como "una especie de Odisea". El Pericles de Shakespeare es un personaje que inicia un viaje trágico a través del Mediterráneo, perseguido por un político maligno. Pericles pierde a su mujer y su hija, que pasan por experiencias trágicas. Pero al fin de la historia, gracias a una intervención divina, tiene un final feliz, en el que la familia se reencuentra. En la versión de Dagoll Dagom, la historia de Pericles servirá para devolver la ilusión a la niña refugiada que no veía futuro. Por eso, la obra acaba con una canción de esperanza, de Lluís Llach, que por ahora la compañía se niega a revelar.